Autodefensa indígena en México

Danzantes nahuas durante fiesta tradicional en Ayotitlán, Jalisco.

Danzantes nahuas durante fiesta tradicional en Ayotitlán, Jalisco. Crédito: Ricardo Ibarra

Viajaba en la parte trasera de una pickup junto con varios nahuas en la Sierra de Manantlán, costa sur de Jalisco. Era febrero de 2006. Nos dirigíamos a una asamblea comunitaria donde los nativos de esa zona hablarían sobre los riesgos de tener a compañías mineras transnacionales en sus montañas. Varios líderes estaban siendo desaparecidos o asesinados y el pueblo necesitaba tomar acción, llamar la atención de los medios.

Nuestro vehículo quedó rezagado del contingente. Nos quedamos atrás; últimos de la caravana motorizada. De pronto, otra camioneta, cargada con sujetos de cachucha y sombrero, nos rebasó y redujo la velocidad adelante de nosotros hasta quedar inmóvil. Una camioneta más quedó justo atrás. Y nosotros, en medio, silenciosos. A la expectativa. Adentro de la sierra. A un lado teníamos el cerro, al otro el abismo. No había posibilidad de reaccionar. “¿Qué está pasando?”, le pregunté a uno de los nahuas viejos. “¿Quiénes son éstos?”. “Son los ‘contras'”, me respondió en voz baja, refiriéndose a los grupos armados que trabajan a favor de las mineras, y quienes por años se han encargado de desaparecer o levantar o asesinar a líderes indígenas de esa zona que concentra a la población nahua más grande de Jalisco, y que para su desgracia están asentados justo encima de socavones repletos de hierro, plata y oro.

Después de un par de aterradores minutos, los sujetos retomaron su camino y volvieron a perderse en el monte. Así es como las mineras utilizan agentes externos para acosar a los pobladores locales, me explicaría después un defensor de los derechos humanos, Óscar González Garí.

Rememoro este acontecimiento porque el surgimiento de las policías comunitarias, la autodefensa indígena en México, comienza a adquirir fuerza en zonas como la Costa Chica de Guerrero; entre tzeltales, tzotziles y tojolabales de Chiapas; en las comunidades purépechas de Michoacán; recientemente en dos municipios del Estado de México (donde reportan al menos cinco recientes desaparecidos); y ahora, los nahuas del sur de Jalisco también han planteado armarse para defenderse del crimen organizado.

La colega Mariana González, periodista de Guadalajara, me envió algunas voces para retransmitirlas por el Radio Indígena, luego de haber asistido a la asamblea comunal del pasado 11 de febrero, donde el Consejo de Mayores discutió la posibilidad de integrar una policía comunitaria.

Blanca Estela González, esposa de Celedonio Monroy Prudencio –líder nahua levantado en su casa en octubre de 2012–, comentó: “Ahorita todos tenemos inseguridad, porque la sierra es grande. Hay dónde los delincuentes pueden esconderse, entonces sí necesitamos el apoyo de los elementos, porque ya no dormimos, porque no sabemos qué quieren, a quién buscan, a quién quieren levantar. Yo he recibido amenazas de que me quieren levantar […] Yo ya no me siento segura. ¿O qué quiere, que también me levanten a mí?”.

El representante del Consejo de Mayores, Gaudencio Mancilla Roblada, denunció en la entrevista con la reportera el constante saqueo de maderas y de minerales e incluso la posible intromisión de una nueva minera en la zona.

“Nosotros queremos la seguridad de la comunidad. La comunidad está sufriendo de saqueo, está sufriendo desapariciones, está sufriendo muertes que no se han aclarado. Por eso ya no nos confiamos. Queremos la policía comunitaria para que nosotros mismos vigilemos quién entra y quién sale”, expresó Gaudencio Mancilla.

El representante de la Secretaría de Seguridad Pública, Francisco Solorio, reconoció la incapacidad de los 50 elementos policiacos que tienen para cubrir todo Cuautitlán de Barragán y la serranía: “Simplemente meter una unidad con cuatro elementos a la sierra y enfrentarse a un grupo armado que puede tener arriba de cuatro o cinco unidades, como ya sucedió, es ir a que los maten”, alertó.

Me tocó visitar esta región en distintas ocasiones con la idea de comprender la problemática que viven los originarios frente a las mineras, además de reportar los asesinatos impunes; realicé una producción que reconoció la Feria Internacional del Libro de Guadalajara por medio de su desaparecido premio “Fernando Benítez” en 2006, categoría radio, y ha sido notable que desde entonces ninguna administración de gobierno ha intentado solucionar la situación del pueblo Nahua, ni Francisco Ramírez Acuña ni Emilio González Márquez y ahora tocará al priista Aristóteles Sandoval.

Ante la incapacidad de las corporaciones policiacas y la impunidad del sistema judicial mexicano, el que las comunidades indígenas comiencen a retomar sus formas de autogobernarse y autodefenderse es un avance para los pueblos organizados, abandonados por administraciones de gobierno permisivos a los abusos de corporaciones extranjeras, y que al volverse contemplativos, incurren en la violencia coordinada hacia las comunidades y sus habitantes.

[Escucha el informativo Noticias bajo el Sol, de Radio Indígena]

En esta nota

Guerrero indigena México Michoacán Policia

Suscribite al boletín de Noticias

Recibe gratis las noticias más importantes diariamente en tu email

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias!

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain