BEIRUT, Líbano. Los insurgentes sirios avanzaron sobre un estratégico vecindario en la ciudad de Alepo tras varios días de intensos combates y tomaron control de por lo menos parte del distrito, al tiempo que mataron a un clérigo suní pro gubernamental capturado durante la lucha, dijeron el sábado activistas y la prensa estatal.
Aunque había versiones contradictorias sobre la magnitud del avance rebelde en el vecindario de Sheik Maqsud, sus progresos representan el mayor cambio en meses en la línea del frente en la acosada ciudad de Alepo. La urbe, la mayor de Siria y la más importante en comercio, ha sido un frente de batalla clave en la guerra civil desde que los rebeldes lanzaron una ofensiva en julio, cuando capturaron varios distritos antes de que la situación quedara virtualmente estancada.
El Centro de Prensa de Alepo, de oposición, y el activista Mohamed Said, que reside en esa ciudad, dijeron que los rebeldes tomaron control completo de Sheik Maqsud el viernes por la noche.
Sin embargo, el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, dijo que los insurgentes sólo capturaron la parte oriental del vecindario. También reportó intensos combates ayer sábado.
Sheik Maqsud, habitado predominantemente por los curdos minoritarios, está situado sobre una colina en el extremo norte de la ciudad, lo que lo convierte en un sitio estratégico.
El Observatorio dijo que los rebeldes capturaron a un clérigo suní progubernamental durante la lucha, lo mataron y después desfilaron exhibiendo el cadáver por todo el vecindario.
La televisión estatal Al-Ikhbariya identificó al clérigo como Hassan Seifeddine. Dijo que fue decapitado y su cabeza colocada sobre el minarete de la mezquita Al-Hassan, donde solía conducir las plegarias.
El cadáver de Seifeddine fue “mutilado” después del “asesinato”, dijo la agencia noticiosa estatal SANA.
Las versiones sobre la decapitación del cuerpo del clérigo no pudieron ser confirmadas en forma independiente.
La muerte de Seifeddine se produce unos 10 días después que un atacante suicida se inmoló dentro de una mezquita en Damasco y mató al predicador suní jeque Mohamad Said Ramadan al-Buti cuando pronunciaba un sermón. La explosión del 21 de marzo provocó la muerte de otras 48 personas e hirió a decenas más.
Al-Buti, al igual que Seifeddine, era firme defensor del régimen de Bashar al Assad, que está dominado por miembros de la secta minoritaria alauita del presidente, un desprendimiento del islamismo chií. La oposición está integrada mayormente por suníes, que son la mayoría en Siria.
Los extremistas han desempeñado un papel importante entre los rebeldes. Incluyen el movimiento islámico Jabhat al-Nusra, desprendimiento de al-Qaida en Irak, al que se atribuye la mayoría de los ataques suicidas más mortíferos contra el régimen y que, como consecuencia, ha ganado popularidad entre algunos rebeldes.
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