Investigan contaminación de alimentos en escuelas de LA

Decenas de niños de dos escuelas enferman pero LAUSD dice que no hay evidencia de comida en mal estado

Silvia López con su hijo Juan Meza, quien enfermó luego de comer en la escuela primaria  Dolores Huerta.

Silvia López con su hijo Juan Meza, quien enfermó luego de comer en la escuela primaria Dolores Huerta. Crédito: <copyrite>La Opinión - </copyrite><person>Emilio Flores< / person>

Juan desayunaba y almorzaba todos los días en la primaria Dolores Huerta, en el Sur Centro de Los Ángeles. Pero después de lo que le ocurrió el lunes, su madre, Silvia López, ha decidido mandarle su almuerzo de casa y hacer lo posible para que desayune antes de ir a la escuela.

Esto debido a que Juan, un alumno de tercer grado en esta escuela del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), fue uno de los ocho estudiantes de este plantel que enfermaron el lunes, aparentemente después de ingerir su almuerzo escolar.

Los casos se sumaron a otros 20 estudiantes que también enfermaron de forma similar el viernes previo, pero en la primaria Ritter, de Watts.

El viernes, enfermeras y otro personal médico de apoyo llegó al plantel escolar a evaluar el estado de salud de los niños. Uno de ellos fue transportado al hospital y el resto fueron entregados a sus padres.

“Me dieron muchas ganas de vomitar. Era la leche, ya no servía”, dijo a La Opinión el pequeño Juan, ayer mientras salía de clases y era instruido por la administración de la escuela, de no hablar al respecto.

Su madre autorizó al niño a compartir su experiencia con este diario, ya que no tiene intención de tomar represalias contra la escuela por lo ocurrido, y espera que el plantel tampoco lo haga con su hijo por hablar sobre lo que sucedió.

“Ya fue revisado por el doctor y visto por la enfermera de la escuela. Él esta bien, pero para prevenir, prefiero mandarle su comida de casa por ahora”, compartió López.

“Obviamente la escuela no hace esto a propósito y creo que en adelante deben tener mas cuidado”, fue todo lo que pidió la madre.

“La leche no olía mal, por eso me la tomé y todo se veía bien, pero sabía mal”, agregó el estudiante.

El LAUSD ofreció una explicación pública sobre lo acontecido con los 28 estudiantes en total, y declaró que el incidente en Ritter no fue relacionado con el almuerzo escolar.

“El LAUSD examinó muestras de alimentos el fin de semana para determinar si los estudiantes enfermaron a causa de una fuente de comida. Los resultados fueron negativos”, dice el comunicado.

Los servicios médicos y de enfermería del distrito escolar han estado trabajando con el Departamento de Salud del Condado para determinar qué otra enfermedad transmisible pudo haber causado estos síntomas entre los estudiantes.

Joel Peñaloza, padre de una alumna de quinto grado de la primaria Dolores Huerta, indicó que la escuela le informó al respecto a través de un mensaje telefónico. Le dijeron que el incidente fue provocado por comida en mal estado, donada a la escuela.

“No estoy conforme con esa explicación, porque ¿cómo pueden dar comida a los niños sin darse cuenta de que ya está pasada?”, expresó el padre. “Son niños, deben tener más cuidado y no andar aceptando comida donada que no sirve”.

Lo mismo opinó la hermana de otra estudiante de esta escuela, Priscilla Martínez. “Esto pasa por andar aceptando comida donada, porque nuestras escuelas no tienen suficientes fondos y dependen de donaciones”, dijo la joven.

Por su parte, el LAUSD dijo desconocer acerca de cualquier donación de alimentos a esta escuela, cuyo servicio de alimentos está bajo el manejo de la asociación Partnership for Los Ángeles School (PLAS). Su portavoz negó que las comidas fueran donadas.

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