Riviera Nayarit invita a un mar de magia y esplendor

Pocas veces la palabra “paraíso” ha tenido una aplicación más acertada que en esta región de la costa central mexicana.

Islas Marietas. Este parque natural acoge más de 90 especies de aves.

Islas Marietas. Este parque natural acoge más de 90 especies de aves. Crédito: Josep Parera / La Opinión

Sus residentes lo dejan bien claro (y lo hacen sin animosidad alguna): Riviera Nayarit no tiene nada que ver con Los Cabos. Ni siquiera con la cercana población de Puerto Vallarta, aunque uno de sus lugares más visitados fuera bautizado como Nuevo Vallarta.

Esta región en la costa central mexicana, que acoge localizaciones tan encantadoras como San Pancho (o San Francisco), Sayulita o Punta de Mita, se ha convertido recientemente en un imán turístico, no sólo por su innegable seguridad, sino también por su gastronomía apetecible, sus paisajes ensoñadores, su gente acogedora y sus playas impolutas.

Todo ello sin perder su esencia, la esencia de México, que emerge de una historia legendaria, nativa, que se expande no sólo en su citada gastronomía, sino también en el arte y las tradiciones.

No hay nada más fácil que llegar a Riviera Nayarit. El aeropuerto Lic. Gustavo Díaz Ordaz tiene conexiones directas con las principales ciudades del país (por ejemplo, desde Los Ángeles, Alaska Airlines vuela desde $320, ida y vuelta).

Una vez allí, la elección es fácil: para aquellos que prefieren un área que combina accesibilidad a la región, pero también cercanía a las áreas de ocio nocturno, siempre está Nuevo Vallarta o, en menor medida, Sayulita. Si se apuesta por zonas más relajadas, los resorts selectos en Punta de Minta son la apuesta segura. Y si se desea descubrir áreas más alejadas, Higuera Blanca, la Bahía de Matanchén o la Isla de Maxcaltitán abrazan su historia y calma con determinación.

Con el plan bien delineado, a continuación se ofrece una guía de qué hacer en Riviera Nayarit… aunque quizás, lo mejor, es, simplemente, dejarse llevar y descubrirla. Sin prisas.

ISLAS MARIETAS — Este parque natural, una auténtica belleza a poca distancia de la costa de Punta de Mita, acoge más de 90 especies de aves, que adornan sus rocas y playas, solamente accesibles a nado desde las embarcaciones. Una playa oculta (que normalmente no está muy ocupada a primera hora de la mañana), buceo y relajación se dan la mano en un paraje encantador. Una forma de llegar a él es contratando los servicios de Vallarta Adventures (www.vallarta-adventures.com — de $55 a $79), siete horas de aventura paradisíaca.

1. SAN FRANCISCO — No hay lugar más acogedor que San Francisco, o como se conoce a este pueblo, San Pancho. Al norte de Sayulita, suma tradición con paisaje, con una costa única y la jungla tropical a su lado. No se olvide de tomar agua de coco en uno de sus bares frente a la playa.

2. SAYULITA — Más turístico que San Pancho, Sayulita también ofrece más opciones de recreo. Por supuesto, no falta su concurrida playa, centro de reunión de surfistas de alrededor del mundo, y, a pocos pasos, no se olvide de pasear por sus calles, que muestran una variedad de colores (y puertas) seductora.

3. PUNTA DE MITA — Dos áreas definen esta localidad. Primero, la que pertenece al pueblo en sí, donde la dependencia al turismo es evidente (y donde no puede faltar comerse una buena parrillada de pescado frente a la playa). Y después, la privada, aquella que acoge resorts de lujo como el Four Seasons o el St. Regis, verdaderos paraísos.

Comer en Riviera Nayarit es un placer continuo. La variedad de opciones es incomparable y la frescura de los productos, envidiable (por ejemplo, en el Four Seasons de Punta de Mita, cada tarde los pescadores traen a la orilla de su playa su pesca). En Sayulita, Don Pedro’s (www.donpedros.com) ofrece un menú ideal, del que es obligado probar su pulpo y su “tuna tartar”; en San Pancho, el Bistro Orgánico (www.hotelcielorojo.com), a cargo del chef Calixto Gattas, concentra su oferta en ingredientes naturales y, a ser posible, locales y orgánicos (por ejemplo, el restaurante tiene su propio tequila).

No se olvide de probar sus “Scones” con miel de Tapalpa, o sus Huevos Rancheros Orgánicos (huevos estrellados con frijol negro, arepa de trigo integral, salsa roja, queso panela y aguacate); en Punta Mita, dos recomendaciones: el Four Seasons (www.fourseasons.com/puntamita), que cuenta con cuatro restaurantes, en el que destaca Aramara, que combina sabores asiáticos con la gastronomía mexicana (atención al aperitivo “Hot Rock”, cortes finos de ternera New York cocinados sobre una piedra caliente en la misma mesa), y en el pueblo, frente al mar, Mariscos Tino’s (www.tinosvallarta.com), o La Catedral de los Mariscos, donde uno no puede dejar de pedir su Gran Parillada y, de postre, los Plátanos Flambeados; y en Nuevo Vallarta, hay que visitar Ommagio en el Marival Residences & World Spa (www.marivalresidences.com) abierto para desayuno, comida y cena.

La oferta hotelera de la Riviera Nayarit cubre todo tipo de presupuestos y preferencias, desde un ambiente más familiar, al más juvenil, pasando por el más independiente y aislado.

Como referencia, en Nuevo Vallarta, entre sus múltiples opciones, citar el Hard Rock Cafe (www.hrhvallarta.com) con acceso directo a su playa con puestas de sol embriagadoras… y un jacuzzi doble en cada habitación, además de un completo bar y su apreciada política de “todo incluido”; y el espectacular Marival Residences & World Spa (www.marivalresidences.com), con posibilidad de rentar sus casas privadas que incluyen piscina individual, o sus amplias suites, también con una minipiscina en su balcón. No obstante, lo que resalta de este hotel es su spa, que ofrece diversas habitaciones dedicadas a países en concreto, como Japón, Rusia o Italia, con sus tratamientos y aromas respectivos. Y en Punta de Mita, tanto el St. Regis (www.starwoodhotels.com/stregis) como el Four Seasons (www.fourseasons.com/puntamita) forman parte de la oferta más exclusiva. En este último caso, su piscina con vista al infinito, la facilidad para ver ballenas en su horizonte, la posibilidad de contemplar la liberación de tortugas al anochecer, su “río perezoso” y su spa (que pronto se remodelará: atención al masaje “Punta Mita”, en el que se usa… ¡tequila! y técnicas de saneamiento mexicanas), todo ello en un ambiente tropical acogedor, lo hacen una cita inexcusable.

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