Broner repite la historia de otros inflados

La victoria de Marcos “Chino” Maidana sobre Adrien Broner produjo un gran impacto para los que no la esperaban, que eran la mayoría, pero no para los que tenían reservas sobre el verdadero potencial del chico a quien apodan “The Problem”.

Ahora no está de más detenerse ya no en el por qué, sino en el cómo.

Cómo le ganó Maidana a un hombre al que tantos —no este columnista— daban favorito y le ponían etiqueta de súper estrella, aunque no tenía una sola victoria de valía.

Maidana, que es buen peleador, de recursos limitados, pero de una pegada criminal, le gana a Broner no tanto por lo que es él, sino por lo que no es el nativo de Cincinatti.

Es decir que la mitad de la explicación de la derrota de Broner la tienen los que le dijeron que podía pasar de las 130 libras a las 135 en menos de un año y que luego sin pelear en las 140 libras podía subir a coquetear con los duros de las 147 libras.

Le dijeron a Broner que era un parlanchín sin medida y podía ser buen producto venta. Y Broner se lo creyó.

Y si Pacquiao peleaba en 108 libras y luego peleó con Margarito y De la Hoya, y a los dos les dio severa paliza, ¿por qué no puede Broner?

Eso pensaron.

Pero resulta que hay milagros que no los hace Dios y las categorías del boxeo existen por y para algo.

Ya habíamos advertido que Broner no podía ser más que un buen campeón en 135 libras. Lo vimos pasar de un brinco sobre los superligeros, con lo que evitó cruzarse con Danny García, Lucas Matthysse, Tim Bradley, “Bam Bam” Ríos, Mike Alvarado y otros dinamiteros, mejores que él, pero como habla basura y convoca a la prensa se creyó que porque le había ganado a Paulie Malignaggi era un peso welter.

Error fatal, porque si algo quedó claro después de aquella pelea en Nueva York, fue que Adrien Broner no pegaba en 147 libras. Si no pudo dañar a Malignaggi, en tonces es que no pega.

Así de rotundo.

No pega como welter porque no es welter y en cambio sí afloja ante el castigo de uno de más fuelle en ese peso.

Así, cuando Maidana escuchó la campana y fue a marcar su territorio y demostrar quién era el perro grande del patio, a Broner se le vino la noche.

Ahora, este muchacho inflado de comer pizza, tacos y helados y también inflado por los promotores debe pensar muy en serio en echar reversa para pelear donde su boxeo valga.

En 147 libras Broner es una mentira.

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