La personalidad de cada adulto se debe en gran parte a la forma en que se relacionó con sus padres y cómo fue educado desde su niñez. Los patrones que esta persona vio en casa desde temprana edad serán los patrones que aprenderá y después repetirá.
Es importante que reconozcas qué tipo de maternidad ejerces en cuanto al afecto y comunicación hacia tus hijos , así como al grado de exigencia y control que buscas tener sobre ellos.
Una relación equilibrada con los hijos les permitirá ser unas personas capaces de adaptarse a cualquier tipo de circunstancias en la adultez y a compartir más momentos agradables en el presente.
La comunicación es esencial
La psicóloga Ana Muñoz menciona que es importante que como madre comuniques tus ideas sin ambigüedades, respetando que el niño es un ser individual, dándole instrucciones claras que le permitan aprender y crear hábitos sanos y una autoestima saludable. La empatía con el niño y la comunicación asertiva los llevará a construir una relación equilibrada entre la permisividad y la autoridad excesiva.
Tipos de relaciones con los hijos
1. Democrática. Los padres y madres que ejercen este tipo de educación, son sensibles a las necesidades de los niños y les demuestran afecto; hablan con ellos buscando la comunicación abierta y franca sin caer en la permisividad. Imponen normas claras y constantes.
En caso de tener una educación de este tipo, los niños desarrollan una autoestima saludable que les permite una mejor competencia social, un adecuado autocontrol y tolerar de mejor forma la frustración.
2. Autoritaria. En este caso se muestran niveles bajos de afecto y comprensión, la comunicación se convierte en una exigencia unilateral en la que las normas son impuestas por parte de los padres sin importar las necesidades del otro y si el niño no las cumple es castigado.
Caer en este estilo de enseñanza llevará a tus hijos a desarrollar una baja autoestima que impedirá una adaptación adecuada a la sociedad.
3. Permisiva. Aún cuando mantienen altos niveles de afecto, el nivel de exigencia y control sobre las conductas infantiles es mínimo, es por ello que los niños que se encuentran con este tipo de relación serán personas indisciplinadas y con poco control sobre sus emociones y actos.
4. Negligente. En este caso no se involucra con la educación, ni con el afecto del niño. La relación es más bien distante y los chicos que se encuentran en estos casos suelen desarrollar serios problemas adaptativos respecto a su entorno.
Y tú, ¿qué tipo de madre eres?
Fuente imagen: Esta imagen es una obra derivada de Madre e hijo por Raúl Hernández González , disponible bajo la licencia Licencia de Atribución en http://www.flickr.com/photos/rahego/3615847713/
Recibe gratis las noticias más importantes y más leídas diariamente en tu email