La carne de res ha sido bastante satanizada en los medios por múltiples razones y principalmente por los grupos que defienden las dietas vegetarianas. ¿Cuál es la realidad? La mayoría de los cortes de carne proporcionan una importante cantidad de proteínas; como ejemplo 100 gramos de bistec te aportan el 40% de tu requerimiento diario de las mismas.
Por supuesto, la carne es rica en otros nutrientes también tales como grasas y aminoácidos. Debido a que ingerir carne en exceso también significaría absorber grasas saturadas innecesarias, la clave se encuentra en la moderación y equilibrio. No tienes por qué privarte de esta y otras delicias; simplemente hay que vigilar las porciones para alimentar a tu cuerpo justo con la cantidad necesaria y nada más. Para ello es necesario escoger cortes de carne magros; es decir aquellos con menor cantidad de grasa, entre los cuales se encuentran cuete, pierna y t-bone. La forma de prepararla también es importante y he aquí algunos ejemplos:
Carne asada a la parrilla: el exquisito sabor de esta receta es inconfundible y se prepara de la siguiente forma; de acuerdo al número de comensales puedes comprar de medio a un kilo de carne de res; se limpia la carne perfectamente y se coloca sobre las brasas hasta que adquiera un color oscuro, durante unos 15-20 minutos. Para acompañarla se utiliza cebolla y ajo asados con la salsa de tu preferencia, sirviéndola con tortillas de maíz o harina. Es preciso recordar que una adecuada porción por persona es de 100 a 150 gramos y también puedes optar por servirla en deliciosos tacos.
Tostadas de carne: este platillo se prepara con medio kilogramo de espaldilla deshebrada, previamente cocida. Se sirve en tostadas de maíz integral en una porción de 35 a 40 gramos bañándola con salsa de tomate y/o chile rojo, lechuga y aguacate muy bien picado. Si gustas puedes variar la receta añadiendo frijol refrito antes de colocar la carne.
También es importante recordar la frecuencia con la que debes comer carne roja; se recomienda que sea no más de una vez a la semana para evitar problemas por consumirla en exceso, entre los que están la ineficiente eliminación del ácido úrico, el sobrepeso e incluso problemas cardiovasculares. Si estás dentro de un régimen para ganar peso o acudes al gimnasio diariamente y tu objetivo es marcar ligeramente tu cuerpo, entonces puedes aumentar la frecuencia a dos veces por semana. Por supuesto, antes de hacerlo es recomendable consultar con tu médico y/o nutricionista.
La carne de res es un verdadero placer, pero debes saber medirte. Para ello combínala con carne de pollo y pescado; no sólo añadirás variedad a tu cocina, sino que también contribuirás a cuidar de tu salud.
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