Legisladoras en un ‘juego de hombres’

Tienen el poder, pero no es tarea fácil tener un lugar en la mesa del debate

HOUSTON, Tx.— Viven en un mundo donde la mayoría son hombres blancos, donde se las arreglan para hacer contar su voto, son las mujeres hispanas con poder, las que debaten en la más alta esfera política del país: el Congreso de EEUU, pero aún ellas dicen batallar por la igualdad en pleno siglo 21.

La igualdad de derechos para las mujeres que planteó recientemente el Presidente Barack Obama en su último discurso dirigido a la nación, no es tarea fácil e incluso ahora cuesta tener un lugar en la mesa de debate.

“Cuando entro en una reunión usualmente soy la única mujer ahí y también la única representante de minorías”, explica Loretta Sánchez, representante de California, quien ha logrado ser incluida en comités con mayoría masculina como Fuerzas Armadas y Seguridad Nacional, en este último como miembro de más alto rango, por su antigüedad. Ella admite que “el Congreso sigue siendo un juego de hombres”.

“Es muy difícil hacerte escuchar. Tu hablas y ellos pueden estar mirando sus teléfonos. Incluso es difícil tener la palabra, porque tienen su propio diálogo, llegan con una idea preconcebida de lo que van a hacer”, explica.

Lucille Roybal-Allard, quien ha caminado los pasillos del Capitolio. Desde 1986 como representa al distrito 40 de California,cuenta que la lucha “por la igualdad” de sexos tomó más de 20 años desde su llegada, “cuando las mujeres eran excluidas de todo, grupos de trabajo, debates”.

En 2007 se logró que la congresista de California Nancy Pelosi se convertiera en la primera mujer presidenta de la Cámara de Representantes, un rol que ocupó hasta 2011; actualmente es la presidenta de la minoría demócrata en esta cámara donde de 433 miembros solo 80 son mujeres.

“Tengo que estar doblemente preparada. En algunos casos debes ser un poco ruda e interrumpir, para poner ideas sobre la mesa”, lamenta Sánchez.

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