Dos fuentes de ingresos

Las anualidades y los seguros de vida son dos dos tipos de contratos con ciertas similitudes y que muchas personas confunden. Las anualidades también las venden las compañías de seguro, pero son notablemente distintas de las pólizas de seguro. Básicamente, compras una anualidad a cambio de una serie de pagos que se entregarán en puntos específicos a lo largo del tiempo de duración del contrato de anualidad. Muchas anualidades pueden tener un programa de pagos indefinido; mientras más vivas, más recibes.

En parte debido a que las anualidades son productos vendidos por las compañías de seguro, a veces la gente las confunde con pólizas de seguros de vida. Y cuando oyes términos como “pagos de por vida”, o “cláusulas de beneficiario”, es natural pensar que las anualidades están relacionadas con los seguros de vida. En realidad, las anualidades y los seguros de vida son dos tipos de contratos muy distintos.

Las anualidades están diseñadas para usarse como fuente de ingreso —usualmente como parte de un plan general de jubilación—, mientras que el dueño de la póliza esté vivo. Por otra parte, las pólizas de seguro de vida están diseñadas sobre todo para respaldar las necesidades financieras de los miembros de la familia o de otros beneficiarios de una persona que fallece.

Otra diferencia es que la cantidad de dinero que pagan las pólizas de seguro de vida casi siempre exceden, con mucho, la cantidad de dinero que el dueño de la póliza ha pagado. Las anualidades fijas, sin embargo, devuelven el valor total de la inversión original, junto con incrementos de ganancias sobre la inversión acumulada a lo largo del tiempo — pero ni se acercan a las múltiples cantidades que se pagan a las reclamaciones de seguros de vida.

La mayoría de las pólizas de anualidades ofrecen en sus contratos una cláusula llamada “beneficio de muerte”. Pero no debes confundirla con la de las pólizas de seguro de vida. Esencialmente, el beneficio de muerte te garantiza que tu anualidad mantendrá un cierto valor inclusive si mueres antes de que comiencen a llegarte los pagos de tu anualidad. En la mayoría de los casos, esto significa que tu beneficiario recibirá al menos la cantidad total invertida—inclusive si la cuenta ha perdido dinero, lo que puede suceder con las anualidades variables.

Las anualidades variables también ofrecen a sus compradores la opción de mejorar periódicamente la cantidad de dinero del beneficio de muerte. (Si optas por no anualizar —es decir, por no recibir pagos— entonces el beneficio de muerte por lo general expira a una cierta edad, a menudo alrededor de los 75 años). Ten en cuenta que pudieras pagar un poquito más, o un cargo separado, por una anualidad con una cláusula de beneficio de muerte que por una que no la tenga.

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