En el lugar adecuado

Salvadoreño destaca en fábrica de cepillos industriales

NUEVA YORK.— Desde hace años los latinos han llegado a Estados Unidos buscando una vida mejor y oportunidades laborales. Pero no siempre se materializan. Ricardo Ruiz, de 52 años, tuvo la suerte de llegar, accidentalmente, al lugar adecuado.

Ruiz, estudiante de ingeniería industrial, dejó El Salvador cuando tenía 21 años con la idea de llegar a Canadá. Fue detenido antes de cruzar la frontera y su tía le tuvo que ayudar cuando su solicitud de asilo político fue denegada. Ruiz consiguió un permiso de trabajo que le permitió entrar en Gordon Brush Manufacturing como conserje dado su bajo nivel de inglés en ese entonces.

Eso marcó la diferencia.

Ruiz empezó a crecer profesionalmente en esta compañía que fabrica cepillos industriales de forma estandarizada pero también a medida de compradores como el Ejército y la NASA. Hoy es el director de una de sus plantas en California.

Durante su carrera en la empresa empezó a estudiar arquitectura y contabilidad y, a pesar de las posibilidades que se le podían abrir, decidió quedarse a trabajar con el fabricante de cepillos.

Su caso no es inusual en Gordon Brush, como explica Alan Schechter, director de compras. “Casi no tenemos rotación de empleados”, explica. “Hay un total de 125 personas empleadas y hay muchos que han estado más de 25 años. Los hijos de algunos de ellos trabajan aquí también”. El 90% del personal de este fabricante que hace más de 15 mil modelos de cepillos, es latino.

Uno de los motivos de esta escasa rotación es que la empresa, presidida por Ken Rakusin, va en cierta medida a contracorriente en materia laboral.

Mientras crecen las quejas por las rebajas a horas de trabajo en buena parte de los negocios del país y los salarios se quedan estancados, en el mejor de los casos, Schechter explica que en Gordon Brush se pagan salarios competitivos que se suben anualmente, se ofrece un plan de pensiones (401k) con una pequeña aportación de la empresa, bonos en navidad y un seguro médico que no requiere co-pagos por parte de los beneficiarios. Este seguro tiene un plan suplementario al estándar que impide que por una cirugía el trabajador pague más de $200, por ejemplo.

“Creemos que la gente que trabaja para nosotros es muy valiosa e importante y no estaríamos donde estamos si no fuera por nuestra gente”, explica Schechter. “No queremos que tengan problemas de dinero porque estén enfermos y por eso queremos la mejor cobertura médica. Deseamos que estén felices y seguros”.

Según este directivo, para la empresa sería mucho más costoso “reemplazar a la gente que se fuera y entrenar constantemente a nuevos empleados”.

Y pese a los costes, los negocios van bien para Gordon Brush, una empresa que es rentable, obtiene beneficios (“en porcentajes de dos dígitos”, explica Schechter sin dar detalles) y en los últimos seis años ha comprado cinco compañías. Pese al crecimiento, Ruiz afirma que aún mantiene la atmósfera de la empresa familiar que fue en su fundación en los años cincuenta.

Este salvadoreño explica que aún no ha llegado donde quiere llegar. “La empresa está creciendo y quiero ir a la universidad a ampliar mis miras y ayudar a que la empresa crezca”.

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