Ya sea eléctrico, de gas o de carbón, la vida de tu asador depende de la limpieza y el cuidado que le pongas a su mantenimiento.
¿No sabes cómo hacerlo? Te damos una guía básica sobre los aspectos que debes tener en cuenta de acuerdo al tipo de parrillera que uses.
Si la vas a usar por primera vez, para mayor duración, cubre su fondo con arena y encima coloca el carbón que vas a prender. Algunas personas prefieren usar papel de aluminio en vez de arena, así que escoge el que más te convenga.
De ser una parrilla vieja, antes de usarla, retírale el polvo acumulado y, con un cepillo de cerdas duras, limpia las rejillas.
Cuando acabes de asar los alimentos, cierra la parrilla para que el fuego se ahogue por sí solo. Nunca lo apagues con agua. Con esta práctica se puede doblar o quebrar el metal del tambor, además lo dejarás embarrado de ceniza mojada.
Asegúrate de que el cable no esté pelado en ninguna parte.
No uses pinzas metálicas, ya que con éstas dañarás el teflón.
Al terminar tu asado, limpia la base de la parrilla con un trapo, siguiendo las instruciones del producto.
Antes de darle al gas para prender el piloto, fíjate que la manguera del balón de gas esté bien conectada al asador.
Si el asador es nuevo, verifica que el sistema de encendido esté operando correctamente.
Cuando uses la parrilla de gas por primera vez, unta las rejillas con un poco de aceite vegetal y pon las perillas de control en posición “low”, luego déjalas prendidas por unos 30 minutos para que éstas se curen.
Fíjate que la llama de los quemadores se vea azul. Si luce amarilla, tendrás que ajustar el tornillo de aireación en el cuello del quemador; girándolo hacia la izquierda. Aumentará la intensidad azul, y a la derecha, la intensidad amarilla.
Cuando las rejillas estén frías, luego de terminar de hacer tu asado, límpialas, al igual que la tapa y el resto del armazón de la parrilla.
Usa una cubierta para protegerla del sol y la lluvia.
De carbón: de $20 a $500 o más, según la marca o calidad del producto.
Eléctricos: de $50 hasta $2,000.
De gas: los más baratos pueden costar de $100 a $300, y los precios de las más sofisticadas (de la línea de acero inoxidable), oscilan entre los $5,000 y $10,000.
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