La condición de los obispos

Los obispos católicos estadounidenses tienen una larga tradición de abogar y ayudar a los inmigrantes. Sin embargo, parece que este respaldo está siendo condicionado por su oposición a la homosexualidad, castigando cualquier asociación lejana que no coincida con ellos en este tema.

El caso es que el programa antipobreza de los obispos, la Campaña Católica para el desarrollo Humano (CCHD), retiró su aporte económico a la organización pro inmigrante VOZ de Portland, Oregon, por estar asociada al Consejo Nacional de la Raza (NCLR) . A los religiosos les molesta que NCLR considere a los gays en su agenda de protección de los derechos civiles.

Es insólita la nueva exigencia a VOZ para que renuncie a su membresía en NCLR como condición para recibir fondos. VOZ no lo hizo porque NCLR es una organización diversa con un gran alcance que le trae mayores beneficios económicos y sociales que el dinero atado a la exigencia de la ahora restringida agenda del CCHD.

El cardenal Francis George de Chicago justificó en su momento este tipo de acción diciendo que “Jesucristo no es estúpido” para caer en la manipulación de los inmigrantes y de la iglesia con fines políticos.

No nos atrevemos a decir que es o no es Jesucristo. Lo que se sabe, según el Nuevo Testamento, es que a la hora de resucitar a Lázaro, de curar los enfermos, y de ayudar al forastero, Jesús no preguntó por afiliación ni exigió que crean en algún punto específico de su fe.

El CCHD, que otorga 14 millones de dólares anuales, cambió el lenguaje para sus subsidios en 2010 a consecuencia de la presión de grupos católicos, cuya prioridad es combatir el matrimonio gay, como condición para dar dinero al CCHD.

El cambio refleja la creciente inflexibilidad de la iglesia católica estadounidense y su tendencia a convertirse en una de tantas organizaciones que gira alrededor de un solo tema y mide sus acciones según esa limitada agenda.

Los jornaleros agrupados en VOZ perderán 75 mil dólares, una cifra muy importante para su labor de ayuda al progreso de los inmigrantes. Seguramente la unión gay no es una prioridad en su agenda, como muchos otros temas que bajo el paraguas de NCLR debaten conservadores y liberales.

El CCHD no es una organización de caridad, sino tal como se auto describe, su intención “es romper el ciclo de pobreza para ayudar a la gente de ingreso bajo en decisiones que afectan sus vidas, familias y comunidades”. Ahora hay que agregar, siempre y cuando no se junten con gente que puede pensar distinto en la cuestión gay.

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