‘El futbol me salvó’: Osorio

Rafael Osorio y cómo el deporte cambio su perspectiva

Su infancia estuvo marcada por la pobreza y el alcoholismo, pero el futbol le permitió descubrir un nuevo mundo, uno que no entendía de clases sociales, ni de problemas familiares.

Rafael Osorio creció en un rancho en El Grullo, Jalisco, y fue a los 8 años cuando gracias a un amigo que lo invitó a unirse al equipo infantil pudo comprender que la vida tenía mucho para ofrecerle. Dentro de la cancha no sólo aprendió a ser mejor persona, también conoció el verdadero significado de la amistad.

“Para mí el futbol fue una fuente de progreso en mi vida, yo vengo de una familia muy pobre y de muchos vicios, mi papá era muy tomador”, afirmó Osorio, que a sus 63 años aún sigue encontrado en el deporte rey a su mejor aliado.

Según recuerda Osorio, la situación económica de su familia era muy difícil, “yo no podía comprar zapatos, jugaba descalzo”, y a pesar de la humildad de su hogar, sus compañeros de equipo siempre lo visitaban.

Para Osorio y sus 11 hermanos, que él se involucrara en el futbol significó un nuevo descubrimiento, “mis hermanos y yo no sabíamos de deporte, sólo de trabajo”, explicó.

Con el paso del tiempo se dio cuenta que su vida y la de sus compañeros de equipo era diferente y eso lo inspiró a ser un mejor ser humano. “En la familia de mi amigo no había vicio, mis amigos me ayudaban, me compraban un refresco o comida, porque yo no tenía dinero”, relató con una sonrisa en el rostro, “ahí aprendí a valorar y a respetar a las personas, porque a ellos nos les importaba como era yo”.

Cuando tenía 19 años viajó con un compañero de equipo hasta Guaymas, Sonora, pero por iniciativa de otro conocido que lo invitaba a venir a Estados Unidos, decidió tomar el riesgo de ir hasta Tijuana, donde su amigo iba a mandar por él.

Ya en territorio americano, otra vez el futbol, le da una nueva oportunidad: fue llamado para ser parte de un equipo de una compañía distribuidora que terminó por ofrecerle trabajo, lo que le permitió establecerse en la ciudad angelina.

Han pasado 55 años desde la primera vez que Rafael Osorio tocó un balón y desde entonces no ha dejado de jugar, ha formado parte de importantes equipos en las ligas locales, destacando en el Deportivo El Grullo, donde jugó hasta hace algunos años, antes de unirse al Last Chance de la Liga Garden Grove, donde milita.

Su vida marchó alejada de los vicios, fundó su propio negocio de carpintería y diseño de interiores y se enfocó en el bienestar de los que había dejado en México y luego en la familia que formó junto a su esposa Obdulia Michel con quien procreó 4 hijos.

“El futbol, después de mis hijos y mis esposa, ha sido todo, hasta la fecha lo adoro, el futbol me cambió la vida, si no hubiera sido por el futbol, mi vida quizá, hubiera sido del vicio. El futbol me salvó”, afirmó

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