“Dreamer” entre los viajeros del Air Force One

Activista segura que la invitación es una victoria del movimiento

Con apenas 24 horas de aviso, la activista “Dreamer” Lorella Praeli se sumó recientemente al exclusivo club de líderes privilegiados que viajan con el presidente Barack Obama en Air Force One, y esa experiencia, aseguró, le da nuevos bríos para seguir luchando por los inmigrantes.

“Creo que (la invitación) es un reconocimiento y una victoria para nuestro movimiento… hemos podido ser estratégicos, exigentes, confrontando al poder de forma muy directa, y eso no va a cambiar”, dijo Praeli.

“Jamás nos hemos ablandado, en ‘United We Dream’ jamás seremos portavoz de ningún partido. Hay una meta y es que los alivios migratorios sean un triunfo para la comunidad, y no lo serán si la gente no se registra y los solicita”, enfatizó Praeli.

Se refería a la expansión del programa de “acción diferida” para “Dreamers” (DACA) y un nuevo programa similar para adultos, conocido por su sigla “DAPA”.

Ambos programas, que afrontan el posible bloqueo de los republicanos que dominarán el Congreso en 2015, beneficiarán a hasta cinco millones de indocumentados.

Praeli y otros dos activistas del movimiento pro-reforma fueron invitados de honor de Obama en su viaje del pasado 21 de noviembre a Nashville, donde defendió sus alivios migratorios.

La avezada activista de United We Dream, de origen peruano, ha superado pruebas personales y ha tenido protagonismo ante pequeños y grandes escenarios.

Pero, sentada en su oficina en un día normal de trabajo, nada la preparó para la llamada de la Casa Blanca: al día siguiente viajaría en Air Force One con Obama, un gesto de solidaridad de la Casa Blanca con los activistas.

Lo que vivió a continuación, cual escena de Hollywood, le ha dejado una huella imborrable en su activismo por la reforma migratoria.

Antes de abordar el Air Force One, Praeli y los otros dos activistas, Frank Sharry de “America´s Voice” y David Lubell, de “Welcoming America”, fueron trasladados a la base aérea de Andrews en la caravana de asesores y decena de periodistas que, bajo escolta policial, acompañan al mandatario en sus viajes.

En el trayecto hacia la ciudad de Nashville, Lorella pudo cruzar opiniones con Valerie Jarrett, estrecha asesora de Obama, sobre la lucha que queda por delante para los indocumentados.

Yo le hablé del deseo de los Dreamers y de otros inmigrantes indocumentados de conseguir un permiso para viajar fuera de EEUU; mi madre no pudo ir al funeral de mi abuela el año pasado”, recordó Praeli.

Poco antes del aterrizaje, apareció Obama con un obsequio: una foto autografiada de una reunión que ella tuvo con él en marzo pasado.

“Me quedó grabado que me dijo ´aún no hemos terminado´ y que es importante seguir presionando por una legislación”, dijo Praeli al resumir su breve intercambio en el avión con Obama.

Praeli insistió en que la experiencia no afectará su activismo y que nadie de su organización “ha tenido que vender su alma por querer tener acceso a espacios políticos o de poder”.

Praeli aún saborea el privilegio y las comodidades del Air Force One pero, sobre todo, piensa siempre en su madre “porque sus sacrificios no han sido en vano”.

A ella le regaló la foto autografiada de Obama.

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