Lo voluntario no es obligatorio
La participación de los padres en las actividades escolares de sus hijos es importante y debe ser estimulada. Sin embargo, ese aliciente no puede convertirse en una condición, en una obligación, que pueda tener un impacto negativo en la educación.
Un memorandum del Departamento de Educación de California recordó que la ley establece con claridad que “un distrito escolar o escuela, incluyendo las charter, no pueden ofrecer o remover créditos de cursos o privilegios relacionados a actividades educativas basándose en si la escuela recibe dinero o donaciones o servicios de los alumnos sus padres o guardianes”.
Esta aclaración, realizada hace unos días, fue necesaria ante el creciente número de escuelas que imponían exigencias a los padres para que sus hijos puedan asistir a clases.
El grupo de derechos civiles en la educación, Public Advocacy, realizó un estudio en el que halló que hay 177 escuelas charter que exigen de los padres un compromiso de ayudar a la escuela antes de que sea admitido su hijo. De estas escuelas, 73 están ubicadas en el condado de Los Ángeles, incluyendo varias pertenecientes a Green-Dot, Alliance y KIPP.
Según Public Advocates, en algunas escuelas charter se les dijo a los estudiantes que no podían participar en viajes (field trips) u otras actividades porque sus padres no habían hecho trabajo voluntario suficiente. A algunos padres incluso se les dijo que sus hijos podrían participar si los padres compraban útiles de clases o donaban dinero a cambio de hacer labor voluntaria.
Eso está mal. Las escuelas charter son parte de la educación pública y gratuita que pagamos todos. Las exigencias de este tipo antes de la inscripción de un alumno tiene el efecto de desalentar a los padres. Especialmente si estos son de bajos ingresos y no tienen ni los recursos ni el tiempo por tener dos empleos o más- para ser voluntario.
Las escuelas charter son un buen recurso siempre y cuando sean mejores que las regulares y que no excluyan alumnos. Lamentablemente estas escuelas ya tienen antecedentes de seleccionar impropiamente a sus estudiantes.
Una escuela pública le puede pedir tiempo voluntario, pero su posibilidad de hacerlo o no, no debe repercutir en el alumno. Esa es la ley