La hipocresía de Donald Trump

Esta semana me propuse escribir una columna seria, analítica y social sobre la identidad afroamericana y los problemas que causó Rachel Dolezal en la comunidad afroamericana.

Sin embargo, como un cuento entremezclado de espanto, risas y lágrimas, volvió a aparecer la figura de Donald Trump en los medios de comunicación con su anuncio presidencial. Mis planes se fueron a la borda.
No es que una información sobre Trump no sea importante, especialmente si tomamos en cuenta que se esta semana que postuló oficialmente a la primera magistratura del país. Por supuesto que es importante y hay que darle el espacio necesario dentro del análisis político.
Empero, un candidato que hace relucir su ego ilimitado, que hace brillar estereotipos, que hace resplandecer el sexismo, que hace enaltecer el capitalismo salvaje y que hace sobresaltar la hipocresía,no hace más que convertir un circo a toda su campaña política.
Muy a su manera, como si estuviera promoviendo un programa virtual de televisión, su hija Ivanka lo presentó como el nuevo candidato a la presidencia.Trump hizo una entrada extravagante en su propio edificio. Bajó la escalera eléctricay caminó a paso fijo hasta el estrado donde lo esperaba su hija.
Desde allí, detrás del pódium, empezó su diatriba. Inicialmente sugirió que Estados Unidos no es el mismo; todos le ganan, incluyendo México. Este país latinoamericano, según Trump, no está enviando su mejor gente. Por el contrario, lo que nos mandaes sus traficantes de drogas, sus pandilleros y sus depravados sexuales.
No hubo un respeto a las personas indocumentadas latinas que brillan en la sociedad norteamericana. Tampoco hubo un reconocimiento a los dreamers y aquellos profesionales quienes, a pesar de los problemas legales que se les presenta en este país, están logrando o han logrado metas académicas significativas.
Más después dijo que su presidencia sería dura con empresarios que inicien plantas productores en otros países. Serán castigados, aseveró.
Años atrás, en una visita al programa de televisión Late Night Show del comediante retirado David Letterman, Trump hizo gala de una marca de ropa interior que llevaba su nombre y que sería introducido inmediatamente en el mercado norteamericano.
De inicio, manifestó que su nueva empresa de prendas de vestir era de los norteamericanos y para los norteamericanos. Sin embargo, en forma sarcástica Letterman mostró a las cámaras de televisión que la nueva marca de ropa interior de Trump llevaba las etiquetas de “hecho en China” y “hecho en Bangladesh”.
Donald Trump no es más que un capitalista bribón y un hipócrita. Le falta más espíritu humano para ser presidente.