Aferrarse al rencor es como aferrarse a una brasa caliente para tirársela a tu enemigo. La única que se quema eres tú. Buddha
Es difícil perdonar. Cuando nuestra pareja, amigos, familiares o incluso compañeros de trabajo nos lastiman, física o emocionalmente, cuesta mucho recuperar la confianza. Hay quienes reaccionan buscando venganza, quienes se apartan y quienes se retraen, como medida de protección. Pero con la falta de perdón también llegan el resentimiento y el rencor, sentimientos que pueden hacer tanto mal como la ofensa misma.
“Muchos estudios han demostrado que las personas que perdonan son más felices y más sanas que aquellas que no”, indicó la doctora Melanie Greenberg , experta en estrés y trauma, y bloguera de PsychologyToday.com. La autora de Stress-Free Brain explicó que el rencor provoca estrés y estimula la hormona cortisol, que a su vez aumenta la presión arterial y perjudica la actividad cardiaca. Varios estudios neurológicos descubrieron que el sólo considerar perdonar a alguien afecta positivamente ciertos centros del sistema límbico.
Lo que vale es la intención
Greenberg (www.drmelaniegreenberg.net) explicó que es más fácil perdonar a quien realiza un daño sin darse cuenta, que a quien lo hace a propósito. Siguiendo esta lógica, la autora aconseja contemplar las circunstancias que llevaron al agresor a lastimarnos. Quizás se trata de una persona que está pasando por un mal momento en su vida, alguien sin educación, con muchos problemas o intoxicado por las drogas o el alcohol. Cuando tratamos de entender la motivación del ofensor, es más fácil perdonar.
La experta indicó que la manera de lidiar con una ofensa es analizar y expresar abiertamente y con honestidad lo que sentimos, y evaluar el impacto y repercusión de la ofensa en nuestras vidas.
Según la autora, en los casos en los que el agresor continua hiriendo, faltando el respeto o ignorando los deseos de quien lo perdona, nacen los sentimientos de rencor.
“A nadie le gusta sentirse como un felpudo. Las personas que tienen que lidiar con personalidades narcisistas, y que a lo largo de los años los perdonan una y otra vez, terminan sintiéndose desmoralizadas y resentidas. Esto a su vez, disminuye su autoestima. Puede ocurrir en el matrimonio, con la pareja, entre hermanos o incluso entre padres e hijos”, señaló.
Pasado imperdonable
Todos cometemos errores y muchas veces son estos errores los que más nos cuesta perdonar. Puede tratarse de un affair, una mentira, o una decisión desafortunada que no logramos olvidar.
¿Cómo logramos perdonarnos a nosotras mismas?
- De todo se aprende. ¿Qué harías diferente si pudieses volver atrás? ¿Qué puedes aprender de la experiencia? Recuerda que la única manera de crecer es aprendiendo de los errores.
- Acepta la responsabilidad. Desarrolla una visión realista y balanceada de ti misma. Ni eres una víctima del mundo, ni eres su victimaria. La única manera de cambiar y evitar cometer los mismos errores una y otra vez es aceptando la responsabilidad por tus actos. Pide perdón y trata de enmendar o minimizar el daño.
- Da vuelta la página. Aunque parezca obvio, el pasado es pasado. No sigas torturándote por algo que no vas a poder cambiar. La vida no viene equipada con un manual de instrucciones. Si actuaste de una manera determinada, probablemente haya sido consecuencia de la información, habilidad y necesidades que tenías en ese momento.
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