Obtuvieron doctorados en México, Estados Unidos y Europa, y ahora son investigadores de vanguardia en una prestigiosa universidad privada de Los Ángeles. Se trata de mexicanos cuyo alto nivel académico y contribución científica derriban el discurso antiinmigrante que se ha escuchado recientemente, en particular de parte de figuras como el precandidato republicano Donald Trump quien dijo que el vecino país solo envia a “criminales, narcotraficantes y violadores”.
“Qué bueno que se nos da la oportunidad de demostrar que sí tenemos con qué”, dice Sócrates Muñoz, uno de los once mexicanos que fueron seleccionados como becarios posdoctorales en un programa de colaboración entre la Universidad del Sur de California (USC) y un instituto científico del vecino país.
Muñoz, originario de Guadalajara, tiene apenas 25 años, pero ya presume un doctorado en química que obtuvo en la USC hace poco. Para poder solicitar la beca, ofrecida por su alma mater y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) de México, él redactó su tesis doctoral en un mes.

Las investigaciones
El laboratorio de USC, en el que colabora, se enfoca en crear síntesis de nuevas moléculas con propósitos médicos. “Pretendemos hacer terapias antivirales, anti-VIH [virus de inmunodeficiencia humana], anti-hepatitis C o incluso anti-cáncer, es por eso que me siento en un lugar muy competitivo”, dice.
Su compatriota Antonia Herrera, quien obtuvo un doctorado en Ciencias de la Salud en un instituto de Morelos, desarrolla en la Escuela de Medicina Keck de USC una investigación que ayudaría a los contagiados de VIH, centrándose en el papel del óxido nítrico en la respuesta inmune del paciente.
“Nos estamos enfocando en poder ayudar a que estas personas no desarrollen el virus del herpes”, dice.
Rigoberto Castro, un ingeniero electromecánico que ha realizado dos posdoctorados en Francia, trabaja en sensores ópticos para tener un mejor procesamiento de señales y lograr un impacto en la biología, la química y las telecomunicaciones. El sinaloense sabe que ha venido a compartir sus conocimientos.
“Esta oportunidad permite a jóvenes investigadores -como nosotros- venir a instituciones de tan alto prestigio y empezar a desarrollarnos, compartir ideas y trabajar juntos”, señala.



Marcela Vélez, otra becaria mexicana, es doctora del Centro de Investigaciones Biológicas del Noreste y su trabajo se ha centrado en analizar indicadores de estrés oxidado en diferentes tipos de peces.
Vélez, de 31 años, agradece esta oportunidad. “Es un intercambio de conocimientos a todo nivel”.
Otro biólogo mexicano, Alejandro Arias, de 43 años, se integró a los científicos de USC en la evaluación de la distribución de hierro en la zona de mínimo oxígeno en Manzanillo, en el Pacífico mexicano.
Su proyecto ayudará a planear la captura de especies marinas, como el pez espada.
Arias, quien recibió un doctorado en oceanografía en la Universidad de Connecticut, celebra que compartirá con académicos de renombre. “Es interactuar con investigadores de mucha experiencia”.



Mexicanos profesionales
En las últimas décadas han llegado más mexicanos profesionales a EEUU. En 2013 había 150 mil mexicanos con posgrados en este país, casi cuatro veces más que en 1990, según el Centro Pew.
Esta cifra tumba el reclamo erróneo –impulsado desde el ala más radical del Partido Republicano en la actual contienda presidencial- de que sólo llegan criminales desde el vecino país.
“Estamos totalmente encantados de dar la bienvenida a los once investigadores mexicanos”, expresó Anthony Bailey, vicerrector de iniciativas globales de USC.
La cantidad de estudiantes mexicanos en USC se ha cuadruplicados en los últimos cuatro años.