¿Vale la pena dejarlo todo en la cancha?

La película ‘Concussion’ revive el tema de exjugadores de la NFL que han desarrollado un mal neurológico crónico degenerativo causado por los golpes en la cabeza y que los ha llevado a perder la sanidad mental y hasta la vida

Ben Roethlisberger, con la mirada perdida, es auscultado tras sufrir un golpe en la cabeza en un juego del 3 de enero.

Ben Roethlisberger, con la mirada perdida, es auscultado tras sufrir un golpe en la cabeza en un juego del 3 de enero. Crédito: Getty Images

Con cada golpe que daba, Mike Webster construía su leyenda. Con cada golpe que recibía, Mike Webster se acercaba a la muerte.

El legendario centro que ganó cuatro Super Bowls con los Steelers de Pittsburgh en la década de los 70 dejó un legado por lo que hizo en vida, pero más importante aún, por lo que aportó después.

Durante los 17 años que jugó en la NFL, Webster sacrificó su físico al recibir tremendos golpes tratando de proteger a su mariscal de campo.

Muchos de los impactos que recibió fueron en la cabeza; choques de casco contra casco que hacían sacudir su cerebro como si se tratara de una sonaja en las manos de un bebé.

Webster se retiró de los emparrillados a la edad de 38 años. A los 50 años murió.

Presa de un desequilibrio mental que lo llevó a perder su dinero y su familia, Webster vivió sus últimos años enjaulado en una pesadilla emocional que lo empujó al camino de las drogas y el alcohol que terminaron con su existencia.

Sin poder recordar cosas tan simples como los nombres de sus ex compañeros de equipo, con lagunas mentales que le impedían reconocer las calles de la ciudad a la que le entregó años de gloria y viviendo dentro de su auto, Webster cayó en un irreversible estado de depresión.

Al momento de morir, el cuerpo de Webster fue a dar a la oficina del médico forense de la ciudad de Pittsburgh, y fue ahí, en la plancha de autopsias, donde el ex jugador de los Steelers hizo la mejor aportación de su existencia.

El encargado de establecer la causa de la muerte de Webster fue el doctor Bennet Omalu, un inmigrante de Nigeria que llegó a Estados Unidos con el sueño de construir una mejor vida para él y su familia.

Omalu, un patólogo forense que siempre buscaba establecer de manera clara y directa las causas de muerte de los cuerpos que le entregaban, no hizo excepción alguna en el caso de Webster.

Con pocos años de haber llegado a Estados Unidos, Omalu no tenía idea alguna de quién era Webster ni de lo que el ex jugador representaba para la ciudad acerera de Pittsburgh.

Intrigado por la consternación que había creado la muerte del centro de los Steelers, Omalu empezó a cuestionar las razones por las que un hombre relativamente joven, y que no tenía antecedentes de problemas médicos, había fallecido de manera súbita.

Para tratar de descifrar las causas, Omalu ordenó que al cerebro de Webster se le hicieran una serie de estudios clínicos.

La decisión de Omalu fue opuesta por su jefe inmediato, aduciendo que no había personal ni presupuesto suficiente para realizar ese tipo de análisis.

Paso al estudio

Con la obligación moral que sentía por descubrir qué es lo que llevó a Webster a la muerte, Omalu pagó de su bolsa más de 20,000 dólares para realizar el estudio del cerebro del ex jugador.

Con los resultados obtenidos en el laboratorio, Omalu hizo un descubrimiento que cambiaría para siempre la manera de interpretar la cruel fuerza a la que se someten los jugadores de futbol americano.

El patólogo forense se dio cuenta que tejidos del cerebro de Webster presentaban heridas microscópicas que con el paso del tiempo alteraron el comportamiento neurológico del exjugador de los Steelers hasta llevarlo a la demencia.

Omalu clasificó su hallazgo como Encefalopatía Traumática Crónica (CTE por sus siglas en inglés) y a partir de ese momento comenzó su lucha para dar a conocer los riesgos que corren los atletas que practican este deporte.

“Yo llegué a este país queriendo construir una mejor vida aprovechando el clima de democracia y libertad de esta nación. Tenía la obligación de buscar y contar la verdad”, dijo Omalu en entrevista con La Opinión.

La historia que llevó al doctor de Nigeria a establecer la presencia de CTE en jugadores de fútbol americano es reflejada en la película “Concussion”, que protagoniza el actor Will Smith.

La cinta describe las presiones a las que Omalu fue sometido por parte de la NFL, que por ningún motivo quería que se hicieran públicos los riesgos que conllevan las conmociones y lesiones cerebrales que sufren los jugadores en los partidos o entrenamientos de sus equipos.

“Las cabezas de los seres humanos no están diseñadas para dar ni recibir golpes”, estableció el patólogo.

“Cada vez que nuestra cabeza recibe un golpe, el cerebro rebota varias veces en contra del cráneo y eso provoca heridas irreversibles. Hay que pensar en eso cada vez que vemos a un jugador de futbol americano hacer una tacleada”, dijo.

Webster comenzó a jugar futbol americano desde que era niño, pasó por las filas colegiales y estuvo casi dos décadas en la NFL.

En ese lapso, Omalu estima que el centro de los Steelers se llevó un mínimo de 70,000 golpes en la cabeza.

“Ése es un cálculo muy conservador, pudieron haber sido más de 200,000”, comentó.

Para tener una idea de lo que representa recibir un golpe en la cabeza durante un partido de futbol americano, Omalu puso un ejemplo muy claro.

“La fuerza de un golpe en la cabeza en un partido de futbol equivale a la misma fuerza de recibir un martillazo en la cabeza con el casco puesto. Un solo golpe de esa magnitud puede causar daños graves al cerebro. ¿Te imaginas entonces las consecuencias de recibir 70,000 de esos golpes en la cabeza?”, comentó.

“Los daños cerebrales van a ocurrir, tarde o temprano el 90 por ciento de los que juegan futbol americano van a mostrar síntomas de CTE”, advirtió Omalu.

Cada vez son más

Fue en 2002 cuando el doctor Omalu diagnosticó con CTE a Webster y el paso del tiempo ha sido el mejor aliado del patólogo forense para reafirmar la credibilidad científica de su hallazgo.

Cada vez han sido más frecuentes los casos de ex jugadores de la NFL que se han suicidado y que al estudiar su cerebro presentan rastros de CTE.

El de Webster fue el primer caso documentado, y a partir de ese momento se han registrado decenas de casos similares.

Uno de los más recientes fue el de Junior Seau, el linebacker de los Chargers de San Diego, Dolphins de Miami y Patriots de Nueva Inglaterra, quien en 2012 se quitó la vida pegándose un escopetazo en el pecho.

La evidencia científica, y casos como el de Junior Seau, obligaron a la NFL a admitir descuido en la manera de atender a jugadores que sufrían conmociones cerebrales en sus partidos.

La admisión por parte de la NFL impulsó a que en 2012 más de 4,000 ex jugadores interpusieran una demanda por negligencia en contra de la Liga.

Ante las circunstancias, la NFL se vio obligada a establecer nuevos protocolos de atención a jugadores que presenten conmociones cerebrales en los partidos y a disponer 765 millones de dólares para compensar a los ex jugadores que presentaron la demanda.

Las medidas tomadas por parte de la NFL no son, al parecer de Omalu, suficientes para erradicar el problema.

“Nada es suficiente cuando se trata de salvar vidas. Nada es suficiente porque decir que lo ha sido sería como decir que ya hemos vivido más de la cuenta. Mientras se siga practicando futbol americano es necesario continuar con los esfuerzos de hacer este deporte más seguro para aquellos que lo practican”..

La postura de la NFL

En repetidas ocasiones la NFL mencionó que no existían suficientes evidencias que lleven a la conclusión de que jugar fútbol americano pueda causar CTE u otro tipo de lesiones cerebrales.

La NFL revirtió su postura en 2009 al admitir que existen evidencias científicas entre jugar fútbol americano y lesiones cerebrales a largo plazo.

En 2014, la Liga implementa nuevos protocolos para proteger la integridad de los jugadores al impedir que, cuando sufran conmociones cerebrales puedan regresar al mismo y deberán esperar a ser dados por el médico de su equipo.

¿Qué es CTE?

Es la degeneración neurológica de los tejidos del cerebro

¿Cómo se puede detectar? Mediante la autopsia del cerebro

¿Se puede diagnosticar en personas vivas? No

¿Es curable? No

Síntomas: Lagunas mentales, dolores de cabeza, confusión, pérdida de la memoria, cambios en la visión, desplantes de ira, fatiga, depresión y pensamientos suicidas

Casos confirmados

Un estudio realizado a 128 cerebros de ex jugadores colegiales y profesionales arrojó como resultado que 101 de ellos presentaban la presencia de CTE.

El estudio identificó que 79 por ciento de los cerebros en los que fue detectada la presencia de CTE pertenecían a jugadores colegiales y 96 por ciento a jugadores de la NFL.

Estos son algunos de los ex jugadores de la NFL a los que se les detectó CTE mediante la autopsia de su cerebro: Jovan Belcher, Forrest Blue, Lew Carpenter, Lou Creekmur, Shane Dronett, Dave Duerson, Ray Easterling, Frank Gifford, Justin Strzelczyk y Mike Webster.

No respeta épocas

Aunque la presencia de CTE solamente se puede diagnosticar en base a la autopsia del cerebro, hay exjugadores vivos que han reportado síntomas relacionados al padecimiento neurológico.

La lista incluye a exjugadores contemporáneos que alcanzaron gran popularidad en la NFL como: Tony Dorsett, Brett Favre, Mark Duper, Bernie Kosar, Jim McMahon, Harry Carson y Art Monk.

Estadísticas de la NFL

Cantidad de diagnósticos de conmociones cerebrales durante juegos y entrenamientos de pretemporada y temporada regular.

Temporada 2012: 261

Temporada 2013: 229

Temporada 2014: 202

El largo dolor de cabeza

1994: El comisionado de la NFL, Paul Tagliabue, crea un comité para estudiar lesiones y traumatismos cerebrales. El comité es encabezado por Elliot Pellman, un doctor sin experiencia en lesiones cerebrales.

2002: Bennet Omalu, un patólogo forense, identifica la Encefalopatía Crónica Traumática (CTE por sus siglas en inglés) en el cerebro de Mike Webster. Omalu es el primer doctor en identificar CTE en un jugador de fútbol americano.

Enero de 2005: El comité de la NFL establecido para estudiar lesiones y traumatismos cerebrales asegura que regresar al campo de juego inmediatamente después de sufrir una conmoción cerebral no envuelve un riesgo para que el jugador sufra una segunda conmoción en el mismo juego o en la misma temporada.

2005 a 2006: El Dr. Omalu identifica CTE en los cerebros de los ex jugadores de los Steelers, Terry Long, de 45 años, y Andre Waters, de 44 años. Ambos cometieron suicidio.

Febrero de 2007: El Dr. Elliot Pellman renuncia a la dirección del comité de la NFL para estudiar lesiones y traumatismos cerebrales.

Junio de 2007: La NFL realiza un congreso sobre conmociones cerebrales.

Agosto de 2007: La NFL establece nuevos códigos de atención para jugadores que sufran conmociones cerebrales. Uno de los códigos establece una línea telefónica para que los jugadores con conmociones cerebrales reporten casos de haber sido forzados a jugar a pesar de no tener el consentimiento del médico del equipo.

Octubre de 2009: El congreso de los Estados Unidos realizan una audiencia con el comisionado de la NFL, Roger Goodell, para que explique la política de la Liga en cuanto a conmociones cerebrales.

Enero de 2010: En una audiencia ante el congreso de los Estados Unidos, el doctor Ira Carson, perteneciente al comité de la NFL para estudiar lesiones y traumatismos cerebrales, asegura que no hay una relación entre golpes repetitivos a la cabeza de los jugadores con daño cerebral a largo plazo.

Octubre de 2010: El comisionado de la NFL, Roger Goodell, envía un mensaje electrónico a los 32 equipos para prevenirlos de posibles suspensiones para aquellos que no implementen la política de cuidar la salud de los jugadores, especialmente de aquellos que hayan sufrido golpes en la cabeza y el cuello.

Febrero de 2011: El ex jugador de los Bears de Chicago, Dave Duerson, comete suicidio a los 50 años disparándose en el pecho para preservar su cerebro y que éste sea analizado. Exámenes posteriores indican que padecía CTE.

Abril de 2012: El ex jugador de los Falcons de Atlanta, Ray Easterling, comete suicidio a los 62 años. La autopsia encuentra que padecía CTE.

Mayo de 2012: El ex jugador de los Chargers de San Diego, Junior Seau, comete suicidio a los 43 años de edad. Su familia aduce que decidió quitarse la vida por los efectos de múltiples conmociones cerebrales.

Junio de 2012: Más de 2,000 ex jugadores de la NFL presentan una demanda federal contra la NFL acusando a la Liga de negligencia por no informar de la relación entre conmociones y lesiones cerebrales.

Agosto de 2012: La NFL pone en marcha una moción para que la corte desestime la demanda interpuesta por ex jugadores de la Liga.

Enero 10 de 2013: El Instituto Nacional de la Salud confirma que el cerebro de Junior Seau mostraba rastros de haber sufrido CTE.

Enero 23 de 2013: La familia de Junior Seau entabla una demanda en contra de la NFL al asegurar que su suicidio se debió a daños cerebrales que sufrió en su etapa de jugador profesional.

Agosto de 2013: La NFL y los ex jugadores que demandaron a la Liga llegan a un acuerdo. En el pacto, la NFL se compromete a pagar 765 millones de dólares. Para entonces, la cantidad de demandantes ya excede los 4,500 ex jugadores

Diciembre 13 de 2013: El cuerpo del ex jugador de los Chiefs de Kansas City, Jovan Belcher, es exhumado para someter su cerebro a estudios médicos. Dos semanas antes, Belcher se suicidó tras asesinar a tiros a su novia.

Enero de 2014: Un Juez federal declina aprobar la propuesta de la NFL de pagar 765 millones de dólares a los ex jugadores que demandaron a la Liga. El juez argumenta que no hay suficiente dinero para pagar a todos los demandantes.

Mayo de 2014: El ex mariscal de campo de los Dolphins de Miami, Dan Marino, demanda a la NFL por conmociones cerebrales que sufrió en su época de jugador activo. En la demanda, Marino afirma que la NFL sabía desde hace mucho tiempo que las conmociones cerebrales conllevaban a otros problemas de salud.

Junio de 2014: Dan Marino retira su nombre de la lista de ex jugadores que demandan a la NFL.

Julio de 2014: La fiscalía general del estado de Pennsylvania aprueba el acuerdo entre la NFL y los más de 4,500 ex jugadores demandantes.

Septiembre de 2014: El doctor Piotr Kozlowski publica un informe en donde dice que muy probablemente Jovan Belcher sufría de CTE cuando mató a su novia y se suicidó.

Abril de 2015: Un juez federal aprueba el acuerdo entre la NFL y los ex jugadores demandantes.

Noviembre de 2015: La familia se Frank Gifford afirma que el ex jugador sufría de CTE. Gifford murió de causas naturales el 9 de agosto de 2015 a los 84 años de edad.

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