‘La Navidad y la Nochebuena no es igual sin los tamales’

Inmigrantes oaxaqueños dueños de Tamales Alberto alcanzaron el sueño americano preparando y vendiendo este tradicional alimento

Jorge Mejia, propietario de Tamales Alberto prepara uno de los cientos de encargos que reciben antes de la Navidad. / Aurelia Ventura

Jorge Mejia, propietario de Tamales Alberto prepara uno de los cientos de encargos que reciben antes de la Navidad. / Aurelia Ventura Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinion

Con una técnica y dinamismo que pocos se pueden imaginar, Jorge Mejía no para un minuto de preparar tamales. Tres miembros de su familia le ayudan en la tarea que comenzaron desde las 3:00 de la mañana en la víspera de la Navidad. En el cuarto de al lado, una larga fila de angelinos aguardan para asegurar que los tradicionales tamales no falten en la cena de Nochebuena y Navidad.

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“Noviembre y diciembre es la mejor temporada para los tamales pero Nochebuena y Navidad son de los mejores días del año para nosotros. Vendemos 3,500 tamales por día”, asegura Mejía, un inmigrante oaxaqueño quien junto con sus hermanos es propietario de los Tamales Alberto ubicados sobre la cuadra 1644 al oeste de la calle Temple en Los Ángeles (presiona aquí para ver un mapa).

Fabiola Martínez, una inmigrante mexicana se compró seis docenas de tamales de chile y pollo. “Tengo cinco años que vengo aquí a comprarlos. Son muy ricos y no pueden faltar esta noche en la casa junto con el pozole. No se disfruta igual la Nochebuena y la Navidad sin los tamales”, explicó.

Pero no sólo mexicanos se abastecen  de tamales para Navidad. María Alvarado, una inmigrante cubana llegó por dos docenas. “Esta es mi primera vez pero me han dicho que son muy buenos”, comentó.

El anglosajón Mark Lubin llegó con su esposa guatemalteca Sonia a comprar dos docenas de tamales de queso y jalapeño, puerco con salsa roja y espinacas. “Llevamos para todos los gustos en la familia”, dijeron Sonia  y Mark Lubin.

Alcanzan el sueño americano con los tamales

El negocio de los Tamales Alberto lo fundó don Alberto Mejía, el padre de Jorge hace más de tres décadas. Don Alberto llegó de Oaxaca y se puso a vender tamales en las aceras de la Placita Olvera. El dueño de una panadería lo invitó a trabajar para él.

De ahí nada lo detuvo, comenzó a agarrar clientes en restaurantes y hace 32 años abrió su propio negocio Tamales Alberto. Su hijo Jorge Mejía llegó a los 16 años de Oaxaca y a los 18 años se puso a hacer tamales.

“Cada año viene más gente, somos más reconocidos. Tenemos mucho éxito, todo está en la masa y la salsa, nos dicen que nuestros tamales son diferentes a otros lugares”, comentó contento.

Los Tamales Alberto venden 11 diferentes tipos de tamales y del negocio viven ocho familias.

“Tenemos 11 empleados, todos hijos, primos, hermanos”, observó Jorge Mejía muy satisfecho porque nunca pensó al emigrar de Oaxaca a Los Ángeles que él y su familia alcanzarían el sueño americano a través de la venta de tamales.

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Cientos de órdenes listas para ser entregadas / Aurelia Ventura

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