Tierra de “moros” y cristianos, la región de Andalucía en el sur de España es una amalgama de historia, tradición y fe, con infinidad de bellos paisajes, imponentes edificios y una corriente de fe católica que se expandió a América y el resto del mundo.
Desde Caravaca de la Cruz, pasando por Beas de Segura y hasta llegar a Granada y Sevilla, son las iglesias con sus diseños barrocos que, en ocasiones, combinan diagramas árabes, los que vinculan un pueblo con el siguiente.
Es también la tierra donde Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, dos místicos y escritores españoles que aparte de escribir poemas fundaron conventos (palomarcicos, como también se les conoce) donde frailes y monjas, algunas de ellas en completa reclusión, mantienen tradiciones desde hace varios siglos.

Caravaca de la Cruz
El Santuario de la Santísima Vera Cruz se eleva imponente sobre este pueblo de poco más de 22,000 habitantes, donde cada mayo los “caballos del vino”, vistiendo ropajes altamente decorados, suben las cuestas a todo galope como lo han hecho por décadas.
La cruz sobre el santuario, que una vez fue un fuerte militar, tiene los “dos brazos”, algo que denota su conexión a los Caballeros Templarios quienes supuestamente la trajeron desde Jerusalén luego de una de las cruzadas.



Con sus calles estrechas y apacibles, este pueblo ofrece un ambiente relajado al visitante que busca evitar el ajetreo de las grandes ciudades.
Beas de Segura
A tres horas de distancia en automóvil está el poblado de Beas de Segura, donde el “oro líquido” (el aceite de oliva) fluye en estas fechas.
Esta región, y el sur de España, es la de mayor producción de aceite de oliva en todo el mundo.
Beas es un poblado de 6,000 habitantes con viviendas situadas casi una frente a la otra y un ambiente rural.



La cosecha del olivo empieza en noviembre y termina en febrero.
Solo en la cooperativa Almazara “San Juan de la Cruz”, compuesta por 750 socios, se procesan hasta 20 millones de kilos de olivo al año.
Las aceitunas pasan por un riguroso proceso de limpieza y filtraje que se almacena en enormes cilindros antes de pasar a las plantas de embotellado.



Esta antigua ciudad es también donde en 1575 Santa Teresa de Jesús fundó el Monasterio de San José del Salvador, el primero en la región de Andalucía y donde hasta hoy en día 14 monjas viven en estricta clausura, sin ni siquiera dejarse ver por aquellos que visitan el lugar.



Granada
Un referente cultural de Europa, la ciudad de Granada ofrece la mejor mezcla del legado árabe y cristiano en esta parte de España.
Su mejor oferta turística es sin duda la Alhambra, una ciudadela nazarí con una arquitectura rica en decoración y detalles.
“El Castillo Rojo” encompasa lo mejor del arte islámico que sigue maravillando a los visitantes y en su punto álgido llego a albergar hasta 4,000 personas, entre soldados, servidumbre y los príncipes musulmanes que la habitaban.



En este lugar, ubicado en una de las colinas de Granada, frente a la Sierra Nevada, se pueden apreciar todavía los impactos de balas de cañones en las imponentes murallas del área reservada para los soldados, los aposentos de la familia real y hasta el “Generalife” el “Palacio Veraniego”.
Al recorrer la Alhambra, el visitante puede apreciar bellas columnas en sus palacetes, apacibles piscinas (el agua era uno de los elementos más preciados para los árabes, gente que venía de zonas desérticas) y diseños armoniosos y complejos que simplemente no se pueden describir con palabras.



Y para un atardecer sin igual, no hay como llegar al Albaicín, uno de los centros islámicos más antiguos de Granada, justo en una colina opuesta a la Alhambra que por las tardes se llena de turistas ansiosos de captar bellos paisajes con la puesta del sol.
Sevilla
Decir que la Catedral de Sevilla le quita el aliento a uno sería menospreciar su belleza arquitectónica e historia.
Más allá de ser una de las tres más grandes del mundo y que fue erguida en lo que antes era la mezquita de esta ciudad, es aquí donde se España se une con el “Nuevo Mundo”.



Cristobal Colón pasó mucho tiempo en esta ciudad, y recorría el Guadalquivir (el río que atraviesa Sevilla) antes de partir hacia los descubrimientos de América.
Y luego de pasar por cuatro aposentos, es en esta imponente catedral donde ahora se encuentran sus restos, que son cargados por cuatro enormes estatuas representando los cuatro reinados que existían en España en ese tiempo.
Sevilla también es la cuna de la Inquisición, el mandato católico que expulsó a los judíos de España y que llevó a muchos a la tortura.



La historia se respira en cada rincón de esta ciudad con calles laberintescas y estrechas. Está la esquina del inmortal “Don Juan Tenorio”, columnas del acueducto romano y también el Alcazar, el palacio real más antiguo en Europa y que todavía se utiliza para menesteres administrativos.
Por el Alcazar pasaron Hernán Cortés, Francisco Pizarro, Vasco Núñez de Balboa y tantos otros conquistadores españoles que partían hacia el nuevo continente con la bendición y el apoyo de los reyes católicos Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.
El Alcazar era el palacio real árabe antes de que Sevilla fuera conquistada por los cristianos y en su decoración se aprecia ese intricado detalle musulmán.



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