El salvador se llama Kasich

El gobernador de Ohio se ha caracterizado por sus políticas sociales moderadas y un conservadurismo económico

En su discurso pos-Súper Martes, Marco Rubio manifestó lo siguiente: “El partido político de Lincoln y Reagan, al igual que la presidencia de Estados Unidos,nunca van a ser sometidospor un ‘estafador’…Voy a luchar hasta el final para que esto no ocurra…”.

Si desbaratamos estas palabras y las analizamos, nos daremos cuenta que la nueva estrategia de Rubio tiene dos componentes políticos interesantes.

Por una parte, evitar a toda costa el nombramiento de Donald Trump como candidato oficial a la presidencia del Partido Republicano.

Por otra parte, crear una coalición y elegir, entre ellos, un representante en plena Convención republicana, el cual se llevará a cabo en Cleveland, Ohio, entre el 18 al 21 de julio.

La nueva estrategia de Rubio implica, entre otras cosas, que ninguno de los candidatos republicanos alcance a tener el número mínimo de delegados.  Es decir, de un total de 2,472, un candidato tiene que haber logrado por lo menos 1,237 a su favor para ser nombrado candidato oficial a la presidencia.

La propuesta implícita de Rubio hace suponer que sería él –no uno de los otros candidatos republicanos (Cruz, Kasich o Carson)—, quién recibiría el apoyo de los delegados de los otros candidatos.

¿Hay o no dificultades con su plan?  Al igual que Rubio, Cruz quiere ser el candidato oficial de los republicanos.  En tal sentido, es muy poco probable que le entregue a sus delegados en bandeja de plata.

Así, se nota la existencia de una disyuntiva difícil de resolver en el momento de decidir el voto de los delegados.   Pero no todo está perdido.  Siempre hay una luz después de transitar un túnel tétrico y oscuro.

John Kasich, gobernador de Ohio, se encuentra ideológicamente en la parte media de Cruz y Rubio.  Kasich no se ha distinguido por ser carismático, ni tampoco es un candidato ofensivo.  Por el contrario, durante su campaña a la presidencia, se ha caracterizado por sus políticas sociales moderadas y un conservadurismo en la economía.

Por consiguiente, Kasich sería el candidato apropiado, a quién, tanto Cruz como Rubio, tendrían que ceder sus delegados.  Este acuerdo o pacto mitigaría la crisis de los republicanos y pondría fin la contienda por la nominación oficial hacia la presidencia.

Después de todo, la idea de Rubio de esperar hasta la convención no es tan ilusoria como parece.  Tiene su lógica y sus méritos.  Empero, para que el libreto suceda tal como está escrito es necesario que Rubio venza a Trump en las primarias de Florida.  De lo contrario, sería muy difícil detener el remolino devastador que ha sembrado Trump al interior del Partido Republicano.