Papeles: Las escaleras que impactaron a Obama
Para los más exagerados e ingenuos, como este pecho, las escaleras son la demostración de la existencia de Dios
La noticia no apareció ni en el pasa del periódico: Hace varias semanas, en un acto en la Casa Blanca, el presidente Obama aludió avaramente a las escaleras eléctricas de Medellín “que suben a las montañas”. Las cinco palabras las pronunció en el lanzamiento del programa Paz Colombia que le daba entierro de pobre al Plan Colombia.
Las escaleras que mencionó Obama son una prolongación del metro. O el metro reencarnado en escalera eléctrica. O un ascensor acostado, para reciclar la metáfora del paisa que definió así el metro cuando este fue inaugurado.
Más de uno quedó viendo un chispero con la mención de Obama en presencia del presidente Juan Manuel Santos y de buena parte de sus ministros.
Con tecnología japonesa (empresa Fujitec) y fabricación china, es decir, clonada como si fuera un electrodoméstico, las escaleras funcionan como un relojito llegando hasta donde no se atreven las águilas en el barrio popular Independencias 1 de la parte alta de la comuna 13 de Medellín, la segunda ciudad colombiana.
La cuota inicial de esas escaleras que hace la ruda cotidianidad más amable a 12,000 usuarios hay que rastrearlas en las que se usan en otros países para transportar turistas a sitios más cerca de las estrellas. El pragmatismo paisa le puso papel carbón a esas escaleras y las convirtió en servicio público, como certero y gratuito medio de comunicación.
Los alcaldes de ciudades colombianas y extranjeras suelen darse su rodada para conocer el funcionamiento del sistema de transporte masivo de la Bella Villa (=Medellón), escaleras incluidas.
Como las cosas no son del dueño sino del que las necesita, aparte de copiar la idea, se arbitraron los recursos necesarios y “habemus” las dichosas escaleras que les ahorran tiempo, zapatos, estrés, fatiga y yerbas afines a los lugareños.
La obra se inició en febrero de 2011 y estaba al servicio de la comunidad a principios de 2012. Claro que desde 2008, “la EDU lideró una gestión de acompañamiento social con la comunidad del área de influencia del proyecto, con el objeto de lograr apropiación con la obra y minimizar los riesgos por su mala utilización”, advierte la prosa oficial.
La última vez que la visité, como la primera, se podía comer en ellas: limpias como un plato de sopa. Gracias a una campaña de empoderamiento las escaleras son cuidadas por sus beneficiarios como si se tratara de la nevera o el televisor de la casa.
Son las primeras en su género en Colombia y el mundo, se jactan constructores y operadores.
Para los más exagerados e ingenuos, como este pecho, las escaleras son la demostración de la existencia de Dios. Que torre Eiffel ni qué puente colgante de san Francisco.
Señor Obama, si aparece por estos pagos en el gobierno, o ya defenestrado por mandato de la democracia, cuente con este guía.