DEA mintió sobre operación en Honduras que dejó cuatro civiles muertos

Dos de las víctimas eran mujeres embarazadas de la étnia misquito

Agente de la DEA.  GABRIEL BOUYS/AFP/Getty Images

Agente de la DEA. GABRIEL BOUYS/AFP/Getty Images Crédito: Getty Images

WASHINGTON — La Agencia Estadounidense Antidrogas (DEA) mintió sobre una operación antidroga que se desarrolló en Honduras en 2012 y que se saldó con la muerte de cuatro aborígenes misquitos, entre ellos dos mujeres embarazadas, según un informe publicado por un órgano de control del Gobierno.

El informe concluye que la DEA no investigó “adecuadamente” lo ocurrido el 11 de mayo de 2012 durante una operación en Honduras y, como consecuencia, dio información “inexacta o incompleta” al liderazgo del Departamento de Justicia, al Congreso y al pueblo estadounidense.

El documento, de 424 páginas, detalla cómo agentes de Honduras y de Estados Unidos abrieron fuego contra un bote que llevaba civiles y viajaba por el río de La Mosquitia, cuya costa estaba considerada entonces por EEUU como un enclave estratégico en el que aterrizaban aviones que traían cocaína de América del Sur.

Poco después de las primeras balas, los pasajeros de la embarcación recibieron más disparos desde un helicóptero, que llevaba a agentes estadounidenses y hondureños.

Como resultado, cuatro personas resultaron heridas y cuatro murieron, entre ellas dos mujeres embarazadas.

Los Gobiernos de Estados Unidos y de Honduras han defendido durante años que la DEA solo apoyó a los agentes hondureños, encargados de liderar la operación.

En el momento del incidente, la DEA insistió en que la gente a bordo del barco eran narcotraficantes que dispararon primero, lo que obligó a los agentes estadounidenses y hondureños a defenderse.

Sin embargo, el informe aseguró que el personal de la DEA tenía “un control sustancial sobre el rumbo de la operación”, y afirmó que no se encontró ningún tipo de droga en el barco y que, además, no han podido encontrarse evidencias de disparos por parte de los pasajeros.

Adriana Beltrán, coordinadora del programa sobre seguridad ciudadana de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), consideró que “el incidente y el encubrimiento subsiguiente revelan una cultura peligrosa dentro de la DEA”.

“Los responsables de los disparos y los que truncaron las investigaciones deben rendir cuentas. Estados Unidos tiene la responsabilidad de proporcionar una compensación adecuada a las víctimas”, subrayó Beltrán en un comunicado.

La investigación sobre esta y otras dos operaciones de la DEA, llevadas a cabo en junio y julio de 2012, en Honduras comenzó en 2014 y ha sido llevada a cabo por dos órganos de supervisión del Departamento de Justicia y del Departamento de Estado.

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