Editorial: La imagen de EEUU en el exterior

Trump puso en riesgo la relación de EEUU con sus aliados

El presidente Trump ofreció un discurso ante miembros de la OTAN.

El presidente Trump ofreció un discurso ante miembros de la OTAN. Crédito: CHRISTOPHE LICOPPE/AFP/Getty Images

La primera gira internacional del presidente Donald Trump mostró cuán a contramano de la del resto de sus aliados tradicionales es la nueva política exterior de EEUU.

La Casa Blanca dice que es la doctrina de “realismo con principios”, aunque tenga poco de realismo en su interpretación de los acontecimientos globales y carezca de principios básicos estadounidenses como la promoción de la libertad. Tiene poca lógica.

Por ejemplo, si la prioridad es impulsar el combate al terrorismo de ISIS, Arabia Saudita es el país menos indicado para iniciar esta gira.
Es sabido que ese reino dio dinero a un grupo extremista islámico sunita para socavar al gobierno alauita de Bashir Al Assad en Siria y para detener el avance de los chiítas después de la caída de Saddam Hussein en Iraq. Arabia Saudita es gobernada por un régimen dictatorial islámico y de allí surgió la mayoría de los autores del ataque del 9/11.

El reino sin lugar a duda es un buen cliente de la industria militar estadounidense, pero no es un aliado contra el terrorismo. A Washington y Riad los une un interés distinto, el de enfrentar a un Irán antiisraelí y chiita.

Esta es una relación pragmática manejada por los dueños de casa, que deslumbraron con su recibimiento y atención al millonario neoyorquino.
Trump también llevó un mensaje equivocado a la reunión de los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

El Presidente no necesitaba explicarles a los europeos la amenaza del terrorismo. Ni tampoco relacionar esa amenaza con la inmigración, cuando la mayoría de los autores de atentados allí son nativos. Los europeos esperaban que el Presidente reafirmara el compromiso de defensa mutua en el que está basado la OTAN, como lo hicieron sus predecesores.

En cambio, les reprochó que no aportaran más dinero a la OTAN y les criticó su política comercial. El único ganador del resquebrajamiento de la alianza militar es el presidente Vladimir Putin de Rusia, algo inaudito, cuando el propósito principal de la OTAN es la protección de sus integrantes de una agresión rusa.

Por último, la alianza económica del G-7 por primera vez no logró un consenso sobre el Acuerdo de París sobre el cambio de clima, por el desacuerdo de EEUU. Fue simbólico que Trump rechazara la caminata con esos jefes de Estado para seguirlos detrás, en un carrito de golf.

De esta gira de “realismo con principios” son los líderes autoritarios los que salen mejor parados como resultado de las prioridades establecidas por nuestro presidente.

Este viaje fue una ruptura con los cuatro presidentes anteriores que fueron a Canadá o México en su primera salida. Allí ellos mostraron la importancia que tienen estos socios comerciales.

Trump eligió un viaje difícil al Medio Oriente y a Europa que requería pragmatismo, conocimiento y visión para reforzar alianzas. El resultado, fue un desastre.

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