Editorial: “La negación del Cambio Climático”

¿Es la idea implementar una política en contra de lo que dice la ciencia?

En 2016, se registraron temperaturas mundiales sin precedentes.

En 2016, se registraron temperaturas mundiales sin precedentes.  Crédito: Shutterstock | Shutterstock

Hace uno días el jefe de la Agencia para la Protección Ambiental (EPA),  Scott Pruitt, dijo que la “ciencia no debe ser algo que se lanza para intentar y dictar política en Washington”.

¿Es la idea implementar una política en contra de lo que dice la ciencia?

La respuesta parece evidente, pero no lo es en la administración Trump. Allí las palabras cambian de definición, cuando no desaparecen olímpicamente de su diccionario. Una de ellas es cambio climático.

Cuando en Houston se produce la peor lluvia que se tenga memoria en Estados Unidos en cuatro días, es necesario saber todo lo posible sobre este fenómeno metereológico.

Es difícil hacerlo cuando se acusa de hacer política a quien menciona cambio climático. Es imposible hallar respuestas cuando hay una inquisición lista para quienes las buscan.

Nuestro gobierno se niega a reconocer que la actividad humana produce gases contaminantes que causan el calentamiento global, un efecto invernadero. Esto crea un desestabilizante cambio climático.

La industria, especialmente la energética, es la que niega lo que es aceptado universalmente porque no quiere reducir sus ganancias, invirtiendo en sistemas para regular la contaminación. Para eso, ellos aseguran que la tierra es plana y la administración en manos empresariales lo repite.

Como resultado, a lo largo del gobierno se eliminaron páginas enteras de los sitios federales de internet con referencias al cambio climático. En otras, como la de los Institutos de Salud Nacional, se eliminó la palabra “cambio” de la frase cambio climático.

El primer presupuesto de Trump elimina fondos para las investigaciones relacionadas al cambio climático a lo largo del gobierno federal.

En el caso de la Oficina del Servicio Climático, le reduce 16% del presupuesto. Un 26% a la Oficina de Investigación Atmosférica y Oceánica, 26% al Servicio Nacional Satelital de Datos e Información. Esta es la reducción a la Administración Nacional Atmosférica y Oceanográfica (NOOAA).

Se estima que el huracán Harvey no es el resultado del cambio climático. Este es un fenómeno regular en el Golfo de México. En cambio sí se relaciona la inusual virulencia a la elevada temperatura de las aguas, el alto nivel del mar y la humedad atmosférica.  Esto es material de estudio para NOOA.

Pero los mismos que desafían al mundo retirándose del Acuerdo de París, son los que eliminan presupuestos y hoy esconden la cabeza como el avestruz ante la tragedia de Houston. Gritan “política” cuando escuchan cambio climático.

Hay palabras prohibidas en la administración Trump. Sin ellas no hay defensa ni avance posible. Ellas seguirán desapareciendo mientras que la la complicidad de los avaros y los ignorantes no sea detenida por el Congreso.

Esta es la mayor amenaza para la seguridad nacional.

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