¿De qué murió mi padre? se pregunta hijo que vino de México a recoger sus restos

No sé explica cómo se les pudo escapar del asilo donde lo cuidaban trayendo una pulsera de monitoreo

Raúl César Martínez junto a su abogado Arnoldo Casillas. / Aurelia Ventura

Raúl César Martínez junto a su abogado Arnoldo Casillas. / Aurelia Ventura Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinión

Con la cara descompuesta por la tristeza, Raúl César Gutiérrez no encuentra las respuestas que necesita para saber la historia de la muerte de su padre.

“¿De qué murió?… ¿de frío? ¿de hambre? Por qué tuvo que morir así. No entiendo qué pasó. Me dicen que escapó de un asilo en Huntington Park el 28 de julio y que estuvo perdido tres semanas hasta que un trabajador, encontró su cuerpo. No sabemos si muerto o agonizante”, dice consternado César Gutiérrez.

“Sé que todos vamos a morir pero mi padre no merecía perder su vida en un sitio inmundo en la calle”, expresa.

“El cuerpo de mi padre estaba irreconocible. Había perdido mucho peso”, dice .

Lo que más le genera impotencia es no saber las condiciones y las causas de su muerte. “Quizá nunca voy a saber cómo murió”, se lamenta.

Raul Cesar con su abogado Arnoldo Casillas platica sobre la información que obtuvo sobre su papá. / Foto: Aurelia Ventura

Las circunstancias de la muerte

Jesús César Martínez fue encontrado el 17 de agosto en Long Beach, en lo que antes era un campo de golf pero que en la actualidad está convertido en un refugio para desamparados, lleno de basura, localizado en el número 3725 de Pacific Place.

Había vivido desde hace más de 40 años en Torrance. Era mecánico de autos clásicos. Su familia, su esposa y sus tres hijos adultos viven en México. Él era pensionado.

Cuando pudo traer legalmente a su familia al país:  a su esposa no le dieron la residencia. Su hijo considera que posiblemente se la negaron porque se había declarado previamente en bancarrota y no tenía capacidad económica.

En tanto sus hijos ya estaban casados con familia para poder emigrarlos, y decidieron quedarse en México.

Así que por una decisión personal, él padre decidió seguir en los Estados Unidos y su esposa e hijos en México.

Vivía solo pero se comunicaba constantemente con sus hijos y esposa. “Cuando yo podía venía con mi familia, no lo llevábamos a pasear. Le gustaba mucho ir a Disneylandia”, menciona.

Pero desde marzo pasado, tuvieron problemas para hablar con él. No contestaba el teléfono de su casa y no tenía un móvil.

“No nos preocupamos de momento porque él nos había dicho que lo desconectaba porque no le gustaba que lo molestaran los de las campañas políticas o los vendedores”, dice.

“Pero después de varios meses de no saber de él, yo vine en agosto a Los Ángeles angustiado por no saber de su paradero. Fui a buscarlo a su departamento en Torrance. No lo encontré. Un vecino me mostró un volante que decía que estaba desaparecido pero también me dijeron que estaba en un lugar para ancianos”, menciona.

El hijo se dirigió al Huntington Park Nursing Center localizado en la avenida Miles número 6245 de Huntington Park.

“No pude hablar con el director Mark Panlilio hasta el 16 de agosto por la noche. Me explicó que en marzo, mi padre había sido hospitalizado por un problema de una encefalopatía. Cuando fue dado de alta se lo llevaron al asilo de Huntington Park el 12 de marzo”, recuerda.

En vida Javier Cesar Martinez con su hijo Raúl César Gutiérrez durante una visita a Disneylandia. (Photo Aurelia Ventura/ La Opinion)

Desaparecido

También le hizo saber que su padre se había escapado y que no era la primera vez que lo intentaba.

Yo no lograba entender cómo se les salió porque me informaron que mi padre estaba extremadamente débil y que pasaba mucho tiempo en una silla de ruedas. Me dijeron que padecía demencia, y su memoria no recordaba lo inmediato”, observa.

Dicen que el día que se les fue, tuvieron visitas y tal vez por estar muy ocupados no sé percataron de su salida ni el ruido que hizo el censor que traía colocada y que avisa cuando un adulto mayor traspasa la entrada.

“Al escapar dieron aviso a la policía de su desaparición. Y ésta emitió una alerta Silver para tratar de localizarlo”.

El hijo cuenta que al día siguiente siguió en busca de su padre. “El director Panlilio me dijo que la única información extra que podía darme es que había estado en otro centro Vista Cove en Long Beach pero que ahí lo dieron de alta y no se explicaba por qué, ya que mi padre era incapaz de tomar decisiones y valerse por sí mismo”, indica.

Días después, sin tener mayores noticias, el hijo regresó a México pero desde allá volvió a llamar al director del asilo. No podía darse el lujo de pasar más días en Los Ángeles por sus compromisos laborales y familiares. Cada día, además tenía que pagar el costo de un hotel.

Casi cortante, me respondió que ya no me podía ayudar porque no tenían más datos de dónde pudiera estar.

Jesús  César Martínez (i)  con su hijo Raúl César Martínez (d) y su nieto (c) durante unas vacaciones. Aurelia Ventura

Se confirma la fatal noticia

Un mes después, el 22 de septiembre, la familia recibió una llamada del Consulado de México en Los Ángeles para avisarles que su padre había sido hallado muerto. “Lo identificamos a través de una foto que me hicieron llegar”, observa.

Y confiesa sentirse muy triste y frustrado como toda su familia. “Me resulta muy difícil entender cómo al asilo se les pudo salir sobre todo cuando era un hombre débil que ya tenía el antecedente de haber intentado escaparse”, expone.

Le asaltan muchas preguntas: “Cuánto tiempo tardaron en salir a buscarlo. Cuánto puede avanzar un hombre que camina muy despacio”.

Lo que no puede creer es que si la Policía tomó nota de que el cuerpo encontrado el 17 de agosto era de su padre, el asilo no hubiera sido notificado y éste a su vez no le haya informado a la angustiada familia.

Raúl César Martinez discute con su abogado Arnoldo Casillas las inexplicables circunstancias de la muerte de su padre Jesús César de 81 años. (Photo Aurelia Ventura/ La Opinion)

Posible demanda

El abogado Arnoldo Casillas analiza ejercer acción legal contra el asilo que cuidaba a Jesús César de 81 años. “Aquí hay un caso de negligencia. Al asilo se les escapó, sabían que podía intentarlo otra vez y no puede ser que no lo hayan visto; y que no lo hayan encontrado por casi un mes”, dice.

Sin embargo, reconoce el esfuerzo que hizo el Consulado de México en Los Ángeles para rastrear a la familia en México y avisarles de la desgracia ocurrida.

Devastado, su hijo Raúl César Gutiérrez viajó de Toluca, México a Los Ángeles para recoger las cenizas de su padre.

“Queríamos llevarnos su cuerpo a México pero en las condiciones en las que estaba, era imposible. Fue muy duro hacer entender a nuestra madre que solo le llevaríamos las cenizas. Y regreso muy triste con muchos huecos sobre la historia de la muerte de mi padre pero con el deseo ferviente de que ningún otro anciano tenga que morir perdido en la calle, en un descuido completo”.

La Opinión no tuvo respuesta del asilo Huntington Park Nursing Center para comentar sobre el caso de Jesús César.

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