Dreamers bloquean la entrada de Disneylandia pidiendo que congresistas aprueben el Dream Act
Con pancarta en mano y sus esperanzas en alto, Bárbara Hernández se unió a un grupo de jóvenes indocumentados y activistas el lunes por la mañana para pedir una aprobación del DREAM Act (Ley de los sueños) frente al lugar “mas feliz del mundo”, Disneylandia.
“Disneyland es un lugar simbólico donde los sueños se hacen realidad y yo quiero que mis sueños se hagan realidad”, dijo la joven beneficiaria de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
Poco después de las 10:00 de la mañana, unos 25 activistas bloquearon brevemente la entrada de vehículos al parque de diversiones. Repitiendo la frase “No dream, no deal” (No sueño, no hay trato) los jóvenes pedían al Congreso en su tercer día de cierre, que apoyen la aprobación del DREAM Act—el cual brindaría un camino la residencia legal para los más de 800,000 jóvenes indocumentados.
“Los congresistas no deberían jugar desinteresadamente con las vidas de los jóvenes indocumentados”, dijo Dafne S., otra beneficiaria de DACA quien participó en la manifestación. “La gran mayoría del público estadounidense apoya el DREAM Act sin nada a cambio. No nos mantendremos al margen mientras los miembros de nuestra comunidad se ven obligados a adentrarse más en las sombras”.
Los jóvenes dijeron estar conscientes de los riesgos que corren al realizar este tipo de desobediencia civil. No obstante, en repetidas ocasiones han dicho que vivir con miedo ya no es una opción.

“Me cansé de no hacer nada por miedo. Decidí pelear por mi estatus, estoy frustrada, cansada y ahora ese miedo es el que me motiva”, dijo Hernández, de 26 años, quien llegó a Estados Unidos a la edad de 6 años.
Casi al mismo tiempo que se llevaba a cabo la manifestación frente a Disneylandia, el Congreso tomaba una decision importante. Después de tres días de cierre gubernamental los congresistas llegaron a un acuerdo de reapertura a cambio de una promesa del debate migratorio.
Pero los demócratas dieron un plazo de tres semanas—que expira el 8 de febrero—para que se realice una votación del DREAM Act.
Hernández dijo estar un poco temerosa de su future ya que pese a haberse graduado como maestra antes de obtener su DACA, una vez con su permiso de empleo pudo trabajar como profesora de niños con necesidades especiales por cinco años.
“Después que se canceló DACA, decidí regresar a la escuela y ahora estoy estudiando sociología y mi enfoque es seguir siendo activista, demostrando que estoy aquí y necesito un plan a largo plazo”, aseveró la joven cuyo DACA expira en octubre de este año.
No se reportaron detenciones y los manifestantes se mantuvieron al margen protestando por un periodo de una hora.