EEUU comienza despliegue de Guardia Nacional en la frontera sur

La Guardia Nacional no tendrá autoridad para hacer arrestos, y la mayor parte de sus funciones será de logística, inteligencia y mantenimiento

Kentucky National Guard Arrives In Arizona

Crédito: Gary Williams/Getty Images

WASHINGTON– Unos 500 miembros de la Guardia Nacional comenzaron este viernes su desplazamiento a la frontera sur para ayudar en las tareas de vigilancia, apenas dos días después de que el presidente Donald Trump firmara una orden para iniciar el despliegue militar en la zona.

En  un comunicado conjunto, la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, y el secretario de Defensa, Jim Mattis, dijeron que los soldados han sido desplegados esta misma noche para dar apoyo a “misiones de seguridad fronteriza en la frontera del suroeste de EEUU”.

Tras consultar con gobernadores de estados fronterizos, el Departamento de Seguridad Nacional “identificó vulnerabilidades de seguridad que podían ser atendidas por la Guardia Nacional”, dijo el comunicado conjunto, que prometió desplegar “los recursos necesarios hasta que las fronteras de nuestra nación estén seguras”.

El comunicado no ofrece ningún detalle sobre el costo previsible de la misión.  La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, dijo hoy que ese y otros detalles seguían negociándose con los gobernadores.

Sin embargo, el jefe del Buró de la Guardia Nacional, el general Joseph Lengyel, dijo en Twitter que el despliegue inicial será de 500 soldados.

Sin embargo, el presidente Donald Trump dijo hoy que desearía entre 2,000 y 4,000 soldados en la frontera, como elemento disuasorio contra la inmigración ilegal por la presunta porosidad de la frontera.

El Pentágono dijo que Mattis firmó una orden para el despliegue ” de hasta 4,000 personal de la Guardia Nacional” para apoyar a la Patrulla Fronteriza “hasta el 30 de septiembre de 2018”.

Entre 2006 y 2008, el presidente George W. Bush desplegó a 6,000 soldados de la Guardia Nacional, mientras que el presidente Barack Obama desplegó a 1,200 entre 2010 y 2012.

El comunicado conjunto creó confusión no sólo por la falta de detalles sino porque, cuando Trump firmó el miércoles pasado la orden para el envío de la Guardia Nacional, el documento daba un plazo de 30 días para que miembros de su Gabinete, en consultas con otras agencias federales y gobiernos estatales, entregase un plan de acción con recomendaciones específicas.

Nielsen había dicho el jueves que el DHS continuaba negociando los detalles con el Pentágono y los gobernadores de California, Arizona, Nuevo México y Texas, incluyendo si los soldados podrían o no portar armas. También había sugerido antes que la misión sería similar a los despliegues anteriores en 2006 y 2010.

De los cuatro estados fronterizos, California es el único bajo control demócrata y aún no había decidido si sumarse al despliegue militar en la frontera.

Arizona enviará a 150 soldados la próxima semana,  mientras que Texas, que ya tiene un centenar de soldados en la zona como parte de otra operación desde 2014,  añadirá a otros  250 el próximo lunes, pero hoy mandó un equipo de avanzada de “planificadores”.

El despliegue militar ha sido objeto de críticas de expertos en temas de seguridad y de activistas de la comunidad fronteriza, que aseguran que la militarización de la frontera es injustificada.

En declaraciones a este diario,  David J. Danelo, analista de la “Iniciativa Global”, consideró que este despliegue tiene motivaciones “políticas,  nacionalistas, e ideológicas” para aplacar a una base conservadora que exige “mano dura” contra la inmigración ilegal, pero no se corresponde con la realidad sobre el terreno.

“La frontera jamás ha estado más segura en los últimos 40 años…  desde 1997,  tras la muerte de un inmigrante en la frontera, los militares han tenido mucha cautela” para evitar incidentes,  advirtió Danelo.

Bajo la Constitución, en tiempos de paz, la Guardia Nacional está bajo el control de su correspondiente estado, pero una modificación a una ley federal en 2007 permite que el presidente de turno, sin consultar a los gobiernos estatales, pueda ordenar su despliegue durante verdaderas emergencias nacionales, como una rebelión interna, emergencias de salud pública, desastres naturales,  para la protección de los derechos civiles, o para aplacar disturbios.

Una ley federal que data de 1878 prohíbe que la Guardia Nacional sea utilizada para operaciones policiales en territorio estadounidense. Así, los soldados desplazados a la frontera no tienen autoridad para hacer arrestos de inmigrantes indocumentados ni otras tareas de inmigración, pero sí puede dar apoyo logístico, de inteligencia, vigilancia aérea y terrestre, capacitación, y mantenimiento de vehículos y carreteras.

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