El proyecto de ley SB872 del Senado estatal impediría que los municipios y condados de California aprobaran impuestos locales sobre las bebidas azucaradas e hicieran de la salud una de las prioridad en nuestras comunidades. ¿Quién está detrás de esta medida? No es una sorpresa, es la industria de la soda.
El proyecto de ley, presentado durante el fin de semana, se encuentra ahora ante la Legislatura de California, y elimina el control local al prohibir a las ciudades y condados que graven las bebidas azucaradas.
Los impuestos sobre las bebidas azucaradas ya están recaudando millones para programas de salud comunitaria en San Francisco, Oakland, Berkeley y Albany. Los fondos recolectados están financiando programas de actividad física de “after school,” después del horario escolar, apoyo a pacientes con diabetes tipo 2 y sistemas de hidratación de agua en las escuelas.
No podemos permitirnos aceptar una legislación que impide que otras comunidades hagan lo mismo, porque la salud de nuestros hijos es demasiado importante para ponerla a riesgo. Se prevé que uno de cada tres niños nacidos en el año 2000 sufrirá de diabetes tipo 2 en algún momento en su vida. En el caso de los niños latinos y afroamericanos, la cifra es uno de cada dos. Los padres quieren lo mejor para sus familias y la comunidad, pero muchas veces falta acceso a parques y espacios de juego, o alimentos saludables y asequibles en sus vecindarios.
Todos deberíamos tener la oportunidad de tomar medidas para promover una mejor salud en nuestros barrios. Hay algunos alimentos y bebidas que son mejores opciones que otras; ¿por qué no hacer la opción saludable la opción más fácil?
Es imperativo que tomemos una posición contra los intereses especiales y proporcionemos un camino a los alimentos y bebidas nutritivos y asequibles. Desafortunadamente SB 872 sólo creará una barrera a una generación de californianos sanos.
El tiempo es corto. Contacte a su legislador local y déjele saber que se opone a SB 872.
David Lee, M.D. es el presidente de la Junta Directiva de las oficinas afiliadas de los Estados del Oeste de la American Heart Association, y ejerce como cardiólogo en Palo Alto. Kathy Rogers es vicepresidenta ejecutiva de la organización, con sede en los Ángeles.
