Con DACA, mayoría de jóvenes indocumentados sigue contribuyendo a economía, dice encuesta

El futuro de DACA es objeto de una dura batalla legal y política, creando zozobra a más de 700,000 jóvenes indocumentados amparados al programa migratorio

Delia Beristain, celebra el sexto aniversario de DACA pero teme su cancelación.

Delia Beristain, celebra el sexto aniversario de DACA pero teme su cancelación. Crédito: suministrada

WASHINGTON— La salvadoreña Liliana Di-Majo llega temprano a la guardería capitalina donde trabaja como asistente de maestra y no le cabe duda de que, como indicó una encuesta nacional divulgada este miércoles en el sexto aniversario de DACA, ese alivio migratorio no sólo la sacó de la sombra sino que le permite contribuir a la economía de Estados Unidos.

El programa de “acción diferida” (DACA) de 2012, puesto en marcha hace exactamente seis años por la Administración Obama, ha sido un “salvavidas” para centenares de miles de jóvenes indocumentados que, como Di-Majo, pueden estudiar en las universidades, trabajar, conducir con licencia y, sobre todo, vivir libres del miedo a la deportación.

En declaraciones a este diario, el senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, afirmó que DACA “ha sacado de la sombra a miles, ha ayudado a jóvenes que luchan duro a conseguir buenos empleos, y ha contribuido a nuestra economía durante los últimos seis años”.

El futuro de DACA ahora es incierto, pero el programa sigue en pie. Le urjo a cualquiera que tenga permisos de DACA que vencen antes de 2020 a que los renueven lo más pronto posible”, enfatizó Menéndez, uno de los senadores que presionó por su implementación.

Alivio e incertidumbre

Una encuesta nacional difundida hoy reflejó tanto el alivio que DACA ha proporcionado a los jóvenes indocumentados, como el sentido de incertidumbre y el temor a la deportación que tienen si el programa es eliminado.

Para la mayoría de beneficiarios, DACA ha sido el pase hacia trabajos con mejores salarios, un mayor poder de compra, el lanzamiento de negocios, y una mayor participación cívica en sus comunidades.

El sondeo destacó que el 96 % de los “DACAmentados” trabaja o estudia y que, para los que trabajan, el salario por hora aumentó en un 78 %, de $10,32 dóalres la hora a $18,42 dólares la hora. Entre los trabajadores mayores de 25 años, el aumento salarial fue del 97 %.

Además, el 6 % de los encuestados, y el 8 % de los mayores de 25 años, iniciaron sus propios negocios tras recibir DACA, superando al resto de la población general respecto a la creación de empresas.

DACA también les ayudó a aumentar su poder de compra: el 62 % de los beneficiarios pudo comprar su primer coche, y el 14 % compró su primera casa, contribuyendo en ambos casos a la economía local y estatal y, de paso, a la creación de empleos.

Sin embargo, la incertidumbre creada por la Administración al desmantelar DACA está afectando el bienestar de los “DACAmentados”, indicó la encuesta, realizada entre 1,050 jóvenes en 41 estados y el Distrito de Columbia, sede de la capital estadounidense.

Para el 45 % de los encuestados, no pasa un día sin que piensen en el riesgo a ser enviados a un centro de detención para inmigrantes, mientras que el 55 % piensa que podrían ser deportados, y el 64 % piensa que la misma suerte correrían sus familiares.

La zozobra diaria es peor entre los que son padres de familia: el 76 % piensa que serán separados de sus hijos debido a la deportación, y el 74 % teme que no verá crecer a sus hijos si llegasen a ser deportados.

Aunque la incertidumbre les robe la calma, el 49 % dijo que ha incrementado su activismo político, y el 52 % ha aumentado su participación comunitarias. Tras recibir sus permisos de DACA, el 64 % dijo haber perdido el temor debido a su estatus migratorio, y un porcentaje similar dijo sentir que pertenece en este país.

De hecho, “sin papeles y sin miedo” ha sido el grito de guerra de miles de jóvenes activistas de grupos como “United We Dream”.

La encuesta dejó en claro que el programa “no sólo ha mejorado la vida de los beneficiarios sino que también ha afectado positivamente a sus familias, a las comunidades en las que viven y, en general, a nuestra economía”, explicó  Tom K. Wong, analista de política migratoria del “Centro para el Progreso Estadounidense” (CAP, en inglés) y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de California en San Diego.

“Esta encuesta, como las anteriores, sigue demostrando que sin DACA, los logros de los beneficiarios de DACA… serían imposibles. Eliminar DACA sería cruel y contraproducente, y disminuiría los logros que han tenido los beneficiarios de DACA, cuando apenas comienzan a encontrar el ritmo en sus vidas y carreras”, advirtió el experto.

La encuesta nacional fue realizada por Wong, en colaboración con “United We Dream”, y el “Centro Nacional para Leyes de Inmigración (NILC).

Desde que fue implementado el 15 de agosto de 2012, DACA ha dado cobijo a cerca de 800,000 jóvenes indocumentados que llegaron de pequeños a Estados Unidos. Según datos actualizados de la Oficina de Servicios de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) para el pasado 31 de julio la cifra es de 704,000, debido a que muchos han ajustado su estatus migratorio a la residencia permanente, no han renovado sus permisos, o les fue revocado.

La Administración Trump desmanteló el plan de apoyo en septiembre de 2017 y dio plazo al Congreso hasta el pasado 5 de marzo pasado para una solución legislativa permanente. Pero el Congreso no logró consenso y, mientras tanto, entre enero y abril pasados, tres tribunales federales exigieron al gobierno la reactivación del programa para la renovación de permisos.

El pasado 6 de agosto, un cuarto tribunal federal, en la capital estadounidense, exigió además la inclusión de nuevas solicitudes, pero dio plazo a la Administración hasta el próximo 23 de agosto para responder al fallo. El fiscal general, Jeff Sessions, dejó en claro que impugnarán esa decisión.

Mientras, el juez federal, Andrew Hanen, el mismo que en 2015 bloqueó la expansión de DACA y otro similar para adultos, conocido como “DAPA”, estudia una petición de una coalición liderada por Texas para frenar la reactivación de DACA.

Así, el programa pende de un hilo en los tribunales federales, donde grupos a favor y en contra de DACA protagonizan una lucha campal para definir su futuro.

“DACA nos cambió la vida”

Preparando su aula en la guardería “Barbara Chambers Children´s Center, Di-Majo, de 27 años, señaló que optó por la carrera de maestra, siguiendo los pasos de su madre y sus tíos, porque es la base para la formación de futuras generaciones.

Para mí (DACA) ha sido un gran alivio porque he podido estudiar, agarrar mi licencia (de conducir), y seguir adelante con mi vida. Pero si DACA termina, todo eso terminaría también”, dijo Di-Majo, quien obtuvo un diploma de dos años de la Universidad del Distrito de Columbia y ahora persigue la licenciatura en educación infantil.

Para Di-Majo, el DACA la escuda de las redadas y la deportación, pero no es un “trato especial” porque todos trabajan, pagan impuestos y contribuyen a la economía.

Por su parte, la mexicana Delia Beristain, de 22 años, recibió DACA en 2013 y, gracias a ese permiso, obtuvo una licenciatura en Relaciones Internacionales el año pasado de la universidad Wesleyan College, en Georgia, y por ahora trabaja a medio tiempo escribiendo blogs de asuntos culturales para la página web “Holacultura.com”.

DACA nos cambió la vida, sin duda, porque me abrió las puertas y sin el permiso no hubiese podido estudiar o trabajar. Trabajé dentro y fuera del recinto universitario mientras sacaba mi carrera”, dijo Beristain, oriunda de Veracruz.

Estoy muy nerviosa porque no sé qué va a pasar con DACA, ahora estoy buscando empleo a tiempo completo, pero nadie sabe qué nos espera”, señaló.

La Dreamer mexicana, Delia Beristain, en esta foto con su madre, Delia, obtuvo su licenciatura en Wesleyan College (Georgia) en 2017, gracias a DACA. Foto: suministrada.

Tanto Di-Majo como Beristain enviaron recientemente a USCIS sus solicitudes para renovar sus permisos, y expresaron nerviosismo por las demoras en los trámites, conscientes de que pueden quedar en riesgo de la deportación.

De hecho, 64,000 “DACAmentados” tienen permisos que vencerán antes de fin de año y aún no los han renovado, aumentando el riesgo de la deportación.

El CAP calculó que sólo el 3 % de los Dreamers con permisos que caducan en 2019 han solicitud una renovación, con lo que unos 452,700 afrontan riesgos. Para julio de 2020, otros 156,250 jóvenes perderían su protección bajo DACA.

Sin contar a quienes aguardan la renovación de sus permisos, 1,240 “DACAmentados” perderán a diario su protección en 2019, y entre enero y julio de 2020, otros 732 afrontarán el mismo problema, según proyecciones de CAP.

Di-Majo y Beristain no participaron en la encuesta pero se vieron reflejadas en el mar de jóvenes que, como ellas, esperan que los tribunales fallen a favor de la continuidad de DACA.

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