De indocumentado a mujer transgénero con asilo político

La inmigrante transgénero Victoria Murillo muestra el permiso migratorio tras recibir el asilo. (Aurelia Ventura/La Opinion)

La inmigrante transgénero Victoria Murillo muestra el permiso migratorio tras recibir el asilo. (Aurelia Ventura/La Opinion) Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinion

Victoria Murillo por primera vez en su vida se siente plena. El mes pasado consiguió el asilo político, pero a la vez durante el proceso, logró convertirse en una mujer transgénero.

“He alcanzado el sueño americano al dejar de ser indocumentada”, expresa jubilosa, radiante.

Al mismo tiempo, dice que se siente en su propia piel, porque la mujer que había dentro de ella, sale todos los días libremente a la calle sin temor alguno.

Victoria nació hace 31 años en un pueblo de Michoacán, México como Eduardo Marin.

“Mi madre deseaba una niña, pero le nació un hombrecito. Yo recuerdo que siempre fui muy femenina. ¡Camine como hombre! Solían decirme en mi casa”, relata.

Victoria Murillo muestra la foto de cuando era un niño. (Aurelia Ventura/La Opinion)

Rechazo familiar

A pesar de que ella se sentía mujer dentro del cuerpo de un hombre, dice que trataba de ser discreta y no llamar la atención sobre su verdadera identidad. “En mi familia pensaban que yo era metrosexual, como les llaman en México a los hombres que cuidan mucho su apariencia física”.

Pero su feminidad expresada en el cuerpo de un muchacho, le ocasionaba muchos problemas con su padre “Creo que en el fondo mi papá sabía lo que yo era, y empezamos a tener muchos pleitos. Hasta que un día me dijo, ‘o te vas tú o me voy yo de la casa’”, cuenta.

Agobiada por la tensión que libraba con su progenitor, poco antes de cumplir los 18 años, decidió venir a Estados Unidos. Literalmente en 2006 saltó el muro en la frontera sur y guiada por un coyote llegó a Santa Ana, California.

Victoria Murillo con su esposo Hugo. (Aurelia Ventura/La Opinion)

De abogado en abogado

En el 2013 se casó con Hugo, un ciudadano de Estados Unidos.

“Fui a ver a un notario en la ciudad de El Monte para que me ayudara a someter una petición de ajuste migratorio en base a mi matrimonio. Después de cobrarme varios miles de dólares, me dijo que la pensara bien porque tenía que salir a Ciudad Juárez por un perdón y corría el riesgo de quedarme en México”, comenta.

Frustrada, abandonó al notario y consultó a otros abogados de migración a los que veía con frecuencia en la televisión opinando sobre diversos temas.

“Ninguno de ellos me pudo ayudar. Prácticamente me dijeron que esperara una reforma migratoria y ‘a ver si calificaba’. La verdad que estaba muy enfadada pero seguí buscando”, dice.

Así fue como dio con el abogado de migración Eric Price. Ya era el cuarto abogado que consultaba. La animaba saber que en su historial decía que había sido fiscal. “Yo dije, si él ya estuvo dentro del sistema, tal vez pueda hacer algo por mi”, observa.

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“Después de escuchar mi historia, Price me dijo que yo calificaba para el asilo político por lo que viví en Michoacan al ser transgénero. Me fui a mi casa muy ilusionada. Aunque al llegar mi suegro me bajó de la nube en un segundo cuando me dijo que era muy difícil lograr el asilo”, dice.

En 2016, Victoria entregó toda la documentación y las pruebas que le pidió el abogado.  “A principios de julio recibí una llamada de la oficina del abogado para decirme que me habían aprobado el asilo. Sentí tanta emoción y llegué a pensar que estaba soñando. A la mañana siguiente cuando desperté, dije ‘no, esto solo fue un sueño, no es verdad’. Fui al teléfono a checar si había tenido una llamada del abogado un día antes. Confirmé que todo era verdad, cuando ese día recibí por correo la carta con la aprobación del asilo”, dice feliz.

Victoria Murillo nuestra los papeles del asilo político que obtuvo el año pasado. (Aurelia Ventura/La Opinion)

¿Cómo obtuvo el asilo?

“Creo que las evidencias que presenté fueron determinantes. A un tío mío gay en México lo asesinaron en Michoacán, dándole a beber ácido. A mi mejor amigo gay de la escuela lo degollaron y lo tiraron en un baldío. En México es muy peligroso ser transgénero. Estoy segura que si me hubiera quedado allá, ya estaría muerta”, sostiene.

Victoria dice que lo que más desea ahora es obtener su residencia para poder visitar a sus padres en México a quienes no ve desde hace 13 años. “Siento que necesito ir a cerrar un capítulo que dejé pendiente con mi padre”, observa con los ojos llorosos.

A la par que inició su proceso de asilo Victoria Murillo comenzó su proceso para transformarse en mujer. (Aurelia Ventura/La Opinion)

De hombre a mujer transgénero

Junto con el proceso migratorio, también vino una transformación de género.

Victoria dice que ella trató de sofocar a la mujer que llevaba dentro, con muchas horas de trabajo. “Una vez que estaba laborando en un restaurante, llegó a comer una mujer transgénero. Se me acercó y delante de mis compañeros me dijo, ‘tú a mi no me engañas, tú eres como yo, una mujer transgénero. ¡Búscame!’ me dijo, te voy ayudar”, cuenta.

Ese mismo día la buscó. “Conviví con esa persona dos semanas porque estaba de visita en Santa Ana. Pero ella fue fundamental para que yo dejara salir quien soy. Con su ayuda por primera vez me vestí como mujer y salí a la calle. Nunca la volví a ver”, relata.

Victoria dice que comenzó vistiéndose como mujer dos o tres veces a la semana hasta que un día ya no pudo dar marcha atrás.

En 2014 inició su transformación física de hombre a mujer con tratamientos hormonales, cirugías cosméticas y procesos láser para eliminar el vello en la cara y otras áreas.

“Hasta la piel me cambió. Mucha gente ni se da cuenta que soy una mujer transgénero. En mi trabajo, mis compañeros no saben. Me ven como una mujer más”, cuenta.

“Me siento muy bendecida porque soy una mujer transgénero casada. Los padres de mi esposo me aceptan y me quieren mucho. Mi suegra es mi mejor amiga y aliada. Hugo, mi marido es hijo único. Vivimos con mis suegros y nuestras dos mascotas”, dice feliz.

El 5 de julio de 2020, Victoria podrá solicitar su green card (residencia permanente) y en cinco años más su ciudadanía. Ambos documentos podrán ser expedidos a nombre de Victoria Murillo, ya que legalmente ya hizo el cambio de nombre y género.

Victoria Murillo está feliz de haber logrado el asilo político y convertirse en una mujer transgénero (Aurelia Ventura/La Opinion)

Solicitan asilo para no exponerla 

El abogado Price dice que se decidió por el asilo político porque era la única forma de evitar que Victoria tuviera que salir a México.

La parte más difícil fue la entrevista de asilo en abril de 2017, donde fue sometida a un interrogatorio de casi tres horas. “El momento más duro fue cuando me preguntaron por un arresto previo. Yo había sido detenida por manejar un carro que había sido de mi hermano, a quien habían deportado. Pero cuando revisaron el vehículo, encontraron los documentos falsos que yo usaba para trabajar. Milagrosamente la juez que vio mi caso en corte, desechó todos los cargos, y solo me dejó una falta por manejar sin licencia”, comenta Victoria.

La oficial de migración le dijo que solo iba a revisar que no tuviera delitos graves, y la decisión la aplazó por más de un año.

El 5 de julio, el abogado Price recibió la noticia de la aprobación del asilo político para Victoria.

Respuestas del abogado

¿Fue un caso difícil o complejo el caso de Victoria?

Fue difícil porque Victoria tenía más de un año en el país cuando sometimos su petición y una detención en la frontera. Para asilo político, sin importar del país que vengas incluyendo México, la recomendación es hacerlo antes de un año de llegar a Estados Unidos si realmente tienes motivos reales para no regresar a tu lugar de origen. Para este tipo de casos complicados, es vital tener la representación de un abogado que comprenda las leyes migratorias, de lo contrario sería desastroso.

En el caso de Victoria se consideraron factores actuales de extremo riesgo de su vida en México y que había nuevos motivos que la ataban en Estados Unidos como su esposo ciudadano, para solicitar el asilo después del primer año que llegó al país.

¿No era más fácil solicitarle la green card a través de su matrimonio?

Buscamos que Victoria no saliera del país para recibir su status legal. Debido a una detención en la frontera, temía salir y no poder regresar. La forma más segura era a través del asilo, que fue más complicado, pero mucho más seguro para ella.

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