‘Al ver el fuego, salí gateando por la ventana’

Sobreviviente de un incendio narra lo vivido y llama a crear conciencia sobre los calentadores portátiles

Shannon Collins sufrió quemaduras de tercer grado en sus brazos y espalda a causa de un calentador portátil. (Jacqueline García)

Shannon Collins sufrió quemaduras de tercer grado en sus brazos y espalda a causa de un calentador portátil. (Jacqueline García) Crédito: La Opinión

A más de una década de una tragedia que cambió su vida y con el objetivo de crear conciencia sobre los aparatos que se usan en época de frío, Shannon Collins se animó este viernes a mostrar las fotos de las quemaduras que sufrió tras un incendio en su casa de Torrance cuando solo tenía 9 años de edad.

La joven, quien ya tiene 21, dijo recordar vívidamente aquel 26 de diciembre de 2006 cuando se desató un intenso fuego dentro del hogar de dos recámaras en el que vivía y que despertó a toda la familia.

Narró que un calentador portátil que dejaron encendido comenzó a incendiar unsillón adyacente e inmediatamente el fuego se propagó hacia el árbol de Navidad.

“Yo me acuerdo que salí gateando por la ventana y después quedé inconsciente. Desperté por un momento cuando llegaron los paramédicos y quedé inconsciente de nuevo”, dijo Collins ayer en el Centro Médico Torrance Memorial, donde compartió su expriencia rodeada de miembros del Departamenro de Bomberos de la zona.

Tras apagar el incendio, la familia de 11 miembros se quedó sin hogar y el abuelo de la joven murió en un intento por salvar a su esposa, quien estaba discapacitada.

Collins sufrió quemaduras de tercer grado en el 35% de su cuerpo, principalmente en sus brazos y espalda.

“Siento que no viví lo peor porque yo aún estoy viva, estoy aquí. En el incendio perdí a mi abuelo y en ese entonces no sabíamos que no teníamos detectores de humo”, indicó.

Shannon Collins sufrió quemaduras de tercer grado en sus brazos y espalda a causa de un calentador portátil. (Torrance Memorial)

Tragedia en Long Beach

Collins corrió con mejor suerte de la que enfrentaron tres hermanitas de Long Beach en 2007.

Jasmine, de 9 años de edad, Joselyn, de 7 y Stephanie Avilés de 6, se quedaron a dormir con una tía que vivía en una cochera que de manera ilegal había sido convertida en vivienda.

Para calmar un poco el frío, la mujer decidió encender un calentador portátil.

En medio de la noche, se despertó en medio de un incendio que dio inició con el aparato eléctrico y cuando ésta quiso despertar a las niñas, las pequeñas ya no respiraban.

Aparentemente habían fallecido mucho antes por el monóxido de carbono que emanaba del calentador.

Cuando la tía salió de la cochera en busca de ayuda, el lugar quedó reducido a cenizas rápidamente.

La muerte de las tres hermanitas dio paso a que se aprobara la Ley Avilés la cual penaliza a hogares que tengan cocheras construidas de manera ilegal para dar vivienda o que no tengan los permisos necesarios para resguardar la seguridad de los inquilinos.

Los bomberos pidieron no dejar los calentadores eléctricos cerca a cosas inflamables. /foto: archivo.

Crear conciencia, salva vidas

Collins dijo haber logrado superar su amarga experiencia y ahora dedica su tiempo a crear conciencia acerca de la importancia de tener cuidado con los calentadores portátiles; además brinda apoyo a quienes han enfrentado quemaduras.

Esta es una llamada de atención importante sobre todo en estos momentos que el sur de California enfrenta una oleada de frío y lluvia severa como no se veía desde hace mucho tiempo.

Ted Friedman, paramédico del Departamento de Bomberos de Torrance, dijo que lo más importante es leer las instrucciones de los calentadores portátiles para no poner en riesgo a familiares y vecinos por un incendio
accidental.

“[De no hacerlo] pueden causar un daño en todo lo que posees desde la pérdida total de tu hogar hasta la muerte de tus seres queridos”, advirtió.

Entre sus recomendaciones dijo que siempre se deben mantener los calentadores portátiles alejados de cualquier cosa inflamable.

Y, dependiendo de las instrucciones de cada calentador —temperatura máxima, tamaño, etc— nunca se deben dejar desatendidos y mucho menos prendidos cuando uno duerme.

“Nunca deben usar un calentador como su fuente primaria de calefacción, si no más bien como suplemento. Nunca usen extensiones de cable para conectarlos… Tampoco usen un calentador que use una fuente de combustible externa. Esos solo se usan afuera”, dijo Friedman.

“Asegúrense que nunca pongan un calentador donde se puedan tropezar o donde el calentador pueda caer y quemar a alguien”.

El paramédico agregó que entre lo más importante que se debe tener en cuenta es que siempre deben haber detectores de humo [en casa]. Los detectores más nuevos usan batería de litio y no les tienes que cambiar la batería hasta después de casi 10 años.

“Pónganle la fecha cuando los instalen y si son de los detectores más viejos recuerden cambiar las baterías cuando se cambia la hora [del reloj] dos veces al año”.

Friedman dijo que si los detectores de humo se usan junto con detectores de monóxido de carbono pueden tener un hogar mucho más seguro.

E indicó que aunque en Torrance no han visto un aumento por este tipo de incidentes, sí se aseguran que todos los estudiantes tomen clases de prevención de incendios cada año.

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