La ‘sala’ de Boyle Heights con aroma a café

Empresaria latina habla de cómo empezó su negocio y motiva a otras mujeres a llevar a cabo sus sueños

Daisy Iniguez es la co-propietaria de Capuyo Cafe en Boyle Heights. (Aurelia Ventura)

Daisy Iniguez es la co-propietaria de Capuyo Cafe en Boyle Heights. (Aurelia Ventura) Crédito: La Opinión


Para Daisy Iñiguez tomar un café no solo se trata de verter el líquido en una taza. Se trata de conocer el aroma, el color, la textura y deleitarse con el sabor del grano dependiendo de su lugar de procedencia. Se trata de su pasión.

A sus 35 años, es la dueña de Capuyo Cafe, una cafetería en el icónico vecindario de Boyle Heights, al Este de Los Ángeles.

La empresaria, de raíces mexicanas, se enorgullece en decir que su negocio se ha convertido en “la sala de Boyle Heights” ya que se siente cómoda y es muy popular entre los visitantes que llegan a pasar agradables momentos mientras disfrutan su café.

“Están quienes vienen y ponen música en el tocadiscos mientras platican”, dijo Iñiguez mostrando el aparato ‘vintage’ de discos que esta cerca de la ventana.
Pero llegar hasta aquí le tomó tiempo y esfuerzo a la madre soltera de dos.

Daisy Iñiguez sostiene una taza de café en su negocio. / fotos: Aurelia Ventura.)

Antes trabajó en un negocio de seguros para autos, propiedades y más. No obstante, hace poco más de un año la cafetería adyacente al negocio de seguros —sobre la calle 1st— cerró sus puertas y por meses el local estuvo vacío.

“Una vez vino el dueño y nos dijo que si conocíamos a alguien que quisiera rentar el local”, recordó Iñiguez. “Y entonces pensé: ‘¡Yo! Yo quiero abrir un negocio ahí’”.

Fue así como con la ayuda de su prima, Beatriz Zaragoza —quien fungió como inversionista— se dio a la tarea de poner manos a la obra para abrir su primer negocio.

Aprendiendo a hacer café

Iñiguez recuerda que pese a tener todas las ganas para abrir su negocio, no sabía cómo hacer café.

“Una vez que firmamos el contrato de arrendamiento, fui a Kansas City para certificarme con la Specialty Coffee Association [SCA]”, indicó. “Ahí aprendí de dos mujeres emprendedoras que han estado en la industria del café por más de 30 años [entre ambas]”.

Iñiguez explicó que la SCA pone los estándares de la calidad del café para saber cuándo es calificado como uno de especialidad.

“Me dije: ‘Tengo que saber lo que estoy vendiendo tengo que hacerme especialista en café’. [Con las clases] aprendes de todo, desde el cultivo [del grano], el proceso, cómo tostarlo. Mucho es matemáticas, ciencia, te pones a pensar que todo lo que haces con el café, es una reacción química”.

Para darle el toque latino, Iñiguez se aseguró de incorporar la historia de sus ancestros con productos naturales y de Latinoamérica.

En lugar de usar sabores procesados para endulzar, utiliza semillas de la vaina de vainilla. Para hacer el Love [té] latte, incorpora un toque especial con agua de rosa que ellas elaboran y se adorna con pétalos de rosa seca.

“No solo aprendes usar la química al hacer café, también traes la cultura y unes todo para hacer una pieza de arte”, recalcó.

Una de las bebidas es adornada con pétalos de rosa. / foto: Aurelia Ventura.

Abre sus puertas Capuyo Café

Iñiguez recuerda que entre sus más gratos recuerdos es cuando tenía 3 o 4 añitos y disfrutaba cantar la canción del grupo musical la Sonora Dinamita “Capullo y Sorullo”.

“Siempre andaba cantando y bailando porque crecimos escuchando toda la música latina. Mi papá me empezó a decir capullo debido a que mi nombre es Daisy”, dijo Iñiguez quien creció en el área del sur centro de Los Ángeles.

Ella dijo que cuando su padre vio el nombre postrado como insignia del negocio estaba muy contento y orgulloso.

“Él es quien vino a ayudarme a poner el piso y a arreglar todo antes de abrir”, dijo Iñiguez.

Ella también disfruta de la pintura y su negocio la motivó a diseñar y pintar el nombre, el cual tiene varios significados aparte del apodo que su padre le dio.

“Capullo significa algo que esta a punto de florecer y eso también se conecta con el café porque cuando lo vertimos tenemos que esperar que los sabores se abran para extraerlos mejor”, dijo Iñiguez.

Para endulzar se usan semillas de la vaina de la vainilla. / fotos: Aurelia Ventura.

Adicionalmente, el nombre es un símbolo de apoyo para mujeres que quieren comenzar sus negocios y ayudarlas a florecer, dijo Iñiguez.

Este apoyo se ve en las paredes del café donde cuelgan varias pinturas de diferentes tamaños. Todas son pintadas por mujeres y están puestas a la venta.

“Si se vende su pintura todo el dinero se va para ellas”, dijo Iñiguez quien disfruta ayudar a su comunidad pero sobretodo a las mujeres.

Cafe Capuyo oficialmente abrió sus puertas el 4 de agosto de 2018.

Pese a que Boyle Heights—al igual que muchos vecindarios—esta enfrentando el aburguesamiento, Iñiguez dijo que la comunidad le ha dado una grata bienvenida, principalmente por ser una empresaria latina.

“Ahorita yo siento que Boyle Heights esta apunto de florecer y siento que el cambio esta pasando dentro de la comunidad. Ellos no quieren que vengan de afuera a cambiarlo, quieren que seamos nosotros mismos que mantengamos los negocios de aquí”, dijo Iñiguez.

Un cambio familiar

Iñiguez dice que actualmente esta viviendo un muy buen momento en su vida pese a que en el pasado estuvo a punto de darse por vencida.

Primero sus padres se separaron cuando ella tenía 17 años. Un año después su hermana, Briza Iñiguez de entonces 21 años, falleció repentinamente por problemas del corazón.

Daisy Iniguez (der.), de 5 años, junto a su hermana Briza de 8, en el parque de las rosas de Exposition Park.

“Toda la familia estaba en shock, no hubo anuncio previo”, dijo Iñiguez. “Pero esto también fue algo que nos acercó, ahora siento que tengo una mejor relación con mis [dos] hermanas”, dijo Iñiguez.

Sus padres, pese a no vivir juntos apoyan completamente a Iñiguez en sus planes laborales y familiares.

Luchando por un mejor futuro

Iñiguez dijo que ahora como empresaria no solamente busca su beneficio pero también el de los negocios contiguos y la comunidad.

“Estoy viendo como podemos conectar a todos. Hay tantas personas en la comunicad como el consejo vecinal, la cámara de representantes y todos están haciendo cosas buenas para la comunidad pero no están conectados”.

Iñiguez dijo que su objetivo es invitar a todos a la sala de Boyle Heights para que se conozcan e intercambien ideas para mejorar el vecindario. Ella esta enfocada principalmente en dar una mejor imagen a los negocios sobre la calle Primera entre las avenidas Boyle y Soto.

En lo personal Iñiguez dice sentirse orgullosa de ser una latina emprendedora representante de Boyle Heights.

Ella recomienda a las mujeres latinas interesadas en tener su propio negocio que no tengan miedo.

“Confía en ti misma. Se verdadera contigo misma y no trates de ser otra persona”, dijo Iñiguez. “Confía en el universo y que lo que te mereces va a venir para ti”.

Capuyo Cafe esta localizado en el 1840 1/2 E. 1st Street en Boyle Heights. Para saber más visite:  www.capuyocafe.com

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