¿Por qué el COVID-19 está matando a niños latinos en tasas alarmantes?

NIños con sus barbijos de protección.

NIños con sus barbijos de protección. Crédito: Carlos Lemos | EFE

COVID-19 no impacta a todas las comunidades por igual. Incluso desde los primeros días de esta crisis, vimos la rapidez y gravedad con la que estaba impactando a las comunidades afroamericanas y latinas.

Pero incluso meses después del inicio de esta pandemia, continuamos aprendiendo lo cruel que es esta enfermedad. Un nuevo informe del CDC encontró que los niños de color representaban el 78% de todas las muertes por COVID-19 de personas menores de 21 años de edad. Y casi la mitad de los fallecimientos son niños latinos.

Durante mucho tiempo, se tuvo la noción de que los niños no morían de COVID-19 pero ahora sabemos que son vulnerables, especialmente aquellos con enfermedades respiratorias.

Asimismo, las complicaciones asociadas con el síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C)—una enfermedad rara pero grave asociada con el COVID-19— ha repercutido enormemente en la salud infantil.

Hasta el momento, Estados Unidos ha tenido 935 casos de MIS-C y la mayoría de ellos se han dado en niños de entre 1 y 14 años. Más del 70% de los casos reportados han ocurrido en menores latinos.

Como doctor, la ciencia nos dice que esto no es fortuito. Los niños latinos están muriendo debido a décadas de disparidades en la salud, desde el acceso y calidad de la atención médica, hasta la exposición a contaminantes y la falta de alimentos nutritivos. El COVID-19 se aprovechó de estas injusticias y las convirtió en una consecuencia mortal.

Especialmente las personas que viven en lugares con una mala calidad de aire son más propensos a fallecer de COVID-19. Este hallazgo es consistente con una investigación previa que ha demostrado que las minorías, especialmente los latinos, están más expuestos a una mayor cantidad de contaminación ambiental y a altos niveles de contaminantes tóxicos, lo que aumenta su riesgo de sufrir enfermedades como el asma.

Las muertes, infecciones y complicaciones desproporcionadas entre jóvenes de color son un reflejo de los números entre los adultos. Estudios anteriores han encontrado que el número de muertes a causa del virus es dos veces mayor entre las personas de color menores de 65 años que entre los blancos no hispanos.

Si realmente nos importa prevenir más muertes de niños afroamericanos y latinos necesitamos entender que las disparidades sistemáticas incluyen a las ambientales, como un ejemplo, la falta de acceso al aire limpio.

Nuestros niños merecen respirar libremente, sin tener miedo de que están siendo envenenados. Esto es lo mínimo que podemos hacer para asegurarnos de que estamos protegiendo su salud y su futuro.

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