Un perro y una cabra son elegidos alcaldes y recaudan donaciones para un curioso fin

Una cabra y un perro, que fueron elegidos alcaldes de una ciudad de Vermont, han ayudado a recaudar fondos para renovar un patio de recreo comunitario

Si bien las cabras proporcionan un método rentable para limpiar la hierba y maleza, algunos ambientalistas temen que también destruyan las plantas en peligro de extinción y alteren el ecosistema.

Si bien las cabras proporcionan un método rentable para limpiar la hierba y maleza, algunos ambientalistas temen que también destruyan las plantas en peligro de extinción y alteren el ecosistema. Crédito: David McNew/Newsmakers

Una cabra y un perro, cada uno de los cuales fueron elegidos alcaldes, ayudaron a recaudar fondos para renovar un patio de recreo comunitario de Vermont.

La extraña idea de que las mascotas se presentaran a la alcaldía tiene como objetivo recaudar fondos y rehabilitar el patio de recreo, ayudando así a que los niños locales se involucren cívicamente. La iniciativa provino de un administrador local del ayuntamiento.

En 2018, los residentes de Fair Haven eligieron a Lincoln, una cabra, como su alcalde honorario. Lincoln ayudó a recaudar alrededor de $10,000 dólares, mientras que el actual alcalde, Murfee, un perro de aguas de Cavalier King Charles, ha recaudado $20,000 dólares, informó el administrador de la ciudad Joe Gunter al Rutland Herald.

El ayuntamiento aportó otros 20.000 dólares.

La dueña de Murfee, Linda Barker, explicó que cuando la convencieron para que Murfee se involucrara en política, pensó que sería fácil recaudar dinero a través de camisetas, pero entonces llegó la pandemia.

Así que cambió a las máscaras. Ha hecho casi 1000 mascarillas y hará otra tanda para el Día de San Valentín. Ya recaudó más de $5,000 dólares gracias a las máscaras y una cantidad similar con rifas de canastas.

Para poder llevar a cabo las obras, el ayuntamiento también recibió recientemente una subvención de $50,000 dólares del Fondo federal para la conservación de tierras y aguas.

Irónicamente, el alcalde honorario no es bienvenido en el patio de recreo, ya que hay un letrero de “no se permiten perros”.

“Murfee se tratará eso con el ayuntamiento. Él va a impugnar eso”, contaba la dueña.

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