México, el otro beneficiado de los cheques de estímulos en EEUU

Fue a mediados del año pasado, cuando en EEUU comenzaron a darse los pagos por desempleo y los estímulos económicos de ayuda  por  la pandemia  de COVID-19

Nancy Moya en uno de sus trabajos en EEUU.

Nancy Moya en uno de sus trabajos en EEUU. Crédito: Nancy Moya | Cortesía

MEXICO.- En una empresa cooperativa que fundaron migrantes repatriados en este país notaron un cambio de la noche a la mañana. Su compañía de marketing y logística no había hecho hasta ese momento nada extraordinario más que mantenerse en pie con su trabajo en medio de la pandemia sin saber que pronto serían salvavidas de empresas en Estados Unidos desde México.

“Nos quedamos sin gente, ya no quieren trabajar aquí”, les dijeron desde California.

Fue a mediados del año pasado, cuando en EEUU comenzaron a darse los pagos por desempleo y los estímulos económicos de ayuda  por  la pandemia  de COVID-19.

Los beneficiarios sumaban alrededor de 450 dólares por semana por desempleo que da el estado más los 600 de la ayuda federal.  Esto  es, alrededor de 4,000 dólares  al mes que muchos no ganaban con un trabajo regular.

“Con esas ayudas yo recibía más del doble de lo que  ganaba cuando estaba trabajando”, reconoce Nancy M. Flores, quien trabajaba hasta antes de la contingencia por coronavirus en la Cámara de Comercio de la National City como consultora de negocios verdes.

“Me dieron de baja y yo apliqué a la ayuda  por desempleo”, detalla en entrevista con  este diario.  “Luego, cuando empecé a hacer cuentas, noté que era mucho  más y decidí mejor estar tranquila y esperar a que pasara la pandemia sin arriesgarme en otros empleos”.

Nancy M. Flores recibía 288 dólares semanales por el desempleo en California no los 450 porque cuando fue despedida sólo trabajadora de medio tiempo y  la compensación es proporcional. A esos 288 tenía que descontar los impuestos por lo cual le quedaban alrededor de 250 a la semana a la que agregaba los 600 de ayuda estatal. En total recibía 850 dólares  a  la  semana; antes, ganaba 480.

“Claro que me convenía mejor no trabajar igual que a muchos otros compañeros que vendían paneles solares”.

Las solicitudes de ayuda por desempleo rondaban en alrededor de 225,000 semanales antes que el estallido de la pandemia en marzo; días después de declarase la contingencia alcanzó un pico de 6.9 millones, cuando los esfuerzos para contener las infecciones lanzaron el país a una profunda recesión.

En ese contexto, se negoció en el congreso de EEUU el primer “cheque de estímulo”. El gobierno de EEUU comenzó a emitir los 600 dólares en abril de 2020 y durante 11  semanas a las personas con ingresos anuales menores a los 75,000 dólares  y la misma cantidad por cada uno de los hijos a cargo que tengan.

La mayoría de las personas no tenía que hacer nada, los pagos fueron directamente depositados en las cuentas bancarias o enviados en cheque en una tarjeta prepagada por lo que  resultó muy cómodo para muchos.

Nancy M. Flores decidió ahorrar  ese dinero y después de junio, cuando dejó de llegar el primer estímulo de 600, volvió a  buscar  trabajo en una empresa de comunicaciones. Era un trabajo temporal, pero le permitió sortear los embates de la crisis hasta el final de diciembre. Otras personas, en casos similares a ella, prefirieron usar el dinero para quedarse en casa más tiempo, con los hijos, descansando o esperando.

De alguna manera, Nancy M. Flores entendía esa actitud, cuenta: los pocos trabajos que se abrían  en ese tiempo eran de mucho riesgo como asistente de enfermería  para apoyar  a  enfermos de Covid-19.

“Ay, teacher, nos conviene más el desempleo”, le dijeron a Edwin O. Rendón, un profesor de California que da clases de emprendimiento a desempleados por lesión de trabajo. ”Mejor pasamos más tiempo con nuestros hijos”.

México

En el último trimestre del año pasado, cuando los picos de contagios por el coronavirus en Estados Unidos comenzaron a  crecer, Israel Concha, fundador de la organización de repatriados New Comienzos, recibió más solicitudes de trabajo para empresas inmobiliarias,  de logística, servicio  al  cliente,  cuentas por  cobrar y procesos de crédito.

Desde México, este grupo de repatriados fundaron una asociación para autoemplearse brindando servicios al cliente a través de un call center.  Hasta  antes de la  pandemia, daban  servicios  a  una empresa  de  transportación con sede en California  y a una inmobiliaria en Nevada, pero las condiciones de ayuda en EEUU les abrieron otras rutas.

“El punto es que muchos empresarios están valorando el capital humano. Somos bilingües,  fuimos deportados y  necesitamos empleo; con lo que pagan a uno allá pagan  a tres en México y aquí no hay apoyo del gobierno por la  pandemia”, advierte Concha. “Ahora estamos en negociación con 50 empresas de EEUU que requieren nuestro trabajo porque allá no quieren o eso nos dicen”.

Romina Saaied, quien tiene una pequeña empresa de bienes raíces en Florida, se encuentra entre esos empresarios que actualmente buscan el apoyo en México con New Comienzos. Hasta el verano pasado tenía una asistente a la  que  entrenó en ventas y otros asuntos, pero en cuanto recibió el estímulo ésta dejó de laborar. “Después quiso regresar, pero yo ya  no  me fio: puede dejarme en cualquier momento”.

En estos días  comenzó a abonarse el segundo cheque  de estímulo  autorizado por el congreso. Seiscientos dólares más que  se sumará  al desempleo  de cada estado y aunque el número de personas en Estados Unidos que solicitó el seguro semanal por desempleo bajó  un poco,  el  gobierno  dice que el número total de personas recibiendo las prestaciones tradicionales por desempleo es aún de 5.2 millones semanales.

Además, el presidente Joe Biden firmó órdenes ejecutivas el pasado viernes para brindar una medida provisional de alivio financiero a millones de estadounidenses que  aumentarán la ayuda alimentaria, abrirán el camino para que los trabajadores y contratistas federales obtengan un salario mínimo de 15 dólares por hora y protegerá a los solicitantes de empleo en caso de desempleo.

Mientras tanto, el Congreso comienza a considerar la  propuesta que  Biden presentó para un paquete de estímulos por 1.9 billones de dólares que se destinarían, no solo en la reactivación de la economía, sino en la distribución de vacunas contra el coronavirus.

La propuesta de ayuda, que estará plasmada en un proyecto de ley, contempla un billón de dólares en ayuda directa para los hogares, otros 415 mil millones de dólares para reforzar la respuesta a la pandemia y 440 mil millones de dólares para las pequeñas empresas afectadas.

La ayuda directa de 1,400 dólares por hogar se sumaría a los 600 dólares que ya había aprobado la más reciente legislatura. Y el seguro de desempleo, que hoy es de 300 dólares semanales, aumentaría a 400 dólares.

Nancy M. Flores observa con cautela todos estos movimientos. Hace unos días encontró trabajo como freelance en la Brawley  Chamber of Commerce. Si ya no le dan dinero por  el desempleo, tiene guardado lo que falta que le den por las cinco semanas que  no cobró cuando encontró trabajo en medio  el primer paquete de estímulo.

“Lo importante es que la ayuda se puede cobrar después cuando realmente la necesites, pero el trabajo yo quiero tenerlo porque cuando venga el tema de impuestos vamos a ver de cómo nos toca, si nos van a descontar el dinero a futuro de nuestra pensión, aquí no se sabe”.

Los otros apoyos

José Luis Martínez ha tratado de ser un contribuyente ejemplar para no tener problemas en Estados Unidos. Tiene una pequeña empresa de pintura residencial y tanto para ésta como para él mismo hace puntualmente declaración e impuestos. Por eso le sorprendió que no  le dieran el cheque de 1,200 de ayuda directa a los hogares que prometió el gobierno de EEUU.

Después supo que fueron excluidos los ciudadanos casados con una persona que tiene Número de Identificación de Contribuyente Individual (ITIN), aun cuando declaren impuestos conjuntos, y los inmigrantes indocumentados, pero en el juego político del año pasado terminaron de eliminarse algunas restricciones.

De cualquier forma el dinero no llegó sino hasta principios de enero: 7,000 dólares para él, su esposa y  tres hijos de 21, 18 y 15. Uno más está en camino.

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