Hay vacunas, pero no suficientes y el peligro sigue

Lo más recomendable ahora, es seguir cuidándose

Son necesarias más vacunas para toda la población.

Son necesarias más vacunas para toda la población.  Crédito: Getty Images

Abro la página de Facebook y Pablo Alvarado, un líder de los jornaleros en Los Ángeles, lamenta la pérdida de Godofredo Rivera, un artista integrante de Los Jornaleros del Norte, quien falleció debido al COVID-19.

Luego de escuchar el video y leer los comentarios sigo hacia abajo en la red y me encuentro que otro amigo, Fred Zermeño, anunciaba la muerte de su amigo Mark Flores. En la misma publicación Zermeño comparte una foto donde ambos aparecen pasando un buen momento.

Sigo hacia abajo y aparece la publicación de Carolina Estrada, una residente de Downey, quien perdió a sus dos padres a consecuencia del COVID-19 el mes pasado.

En este caso, Estrada agradecía a todos sus amigos y familiares los comentarios de apoyo y cariño que recibió luego de la muerte de sus familiares.

Todo esto ocurrió el viernes pasado, un día después de que Araceli Martínez —reportera de La Opinión— escribiera la historia de una familia inmigrante que permanecía con bien el 24 de diciembre de 2020, pero que un mes después, tres miembros de la familia fallecieron.

Estoy seguro que una gran mayoría de personas en todos los lugares está viviendo lo mismo, poco a poco las noticias de las víctimas llegan a nuestro hogar, ya sea de un familiar, de un amigo o de un conocido.

Al inicio pensamos que con la llegada de la vacuna las cosas empezarían a mejorar, pero parece todo lo contrario, a casi dos meses de haber llegado la ampolleta, las personas siguen muriendo a números de escándalo.

El condado de Los Ángeles, una de las zonas más abatidas por el coronavirus, anunció el viernes 12 de febrero la muerte de 137 personas en 24 horas, y 3,497 angelinos infectados.

Estas cifras aunque no son los más altos en cuestión de víctimas, siguen produciendo mucho dolor.

Desafortunadamente, la vacuna no ha llegado para todos y menos en los barrios que más la necesitan. Recientemente, la Clínica Romero recibió solo 100 vacunas en un área donde la comunidad migrante ha sido fuertemente afectada, lo mismo pasó en Skid Row y en el sur de Los Ángeles. En otras áreas, no se ven las luces de la vacuna.

Les comparto estos datos porque los negocios ya están abriendo, hay más gente en la calle, pero todavía se ven personas sin cubrebocas y sin la sana distancia para evitar cualquier posibilidad de contagio.

Evitemos ser la próxima persona que comparte una tragedia en Facebook y hagamos ejercicio, alimentémonos nutritivamente y sobre todo, sigamos las medidas de seguridad si es que tenemos que salir a la calle, no olvidemos que aunque la vacuna ya llegó, no hay suficientes y el peligro sigue.

Agustín Durán es editor de Metro del periódico La Opinión en Los Ángeles.

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