El primer encuentro entre Biden y AMLO comienza hablando de la Virgen de Guadalupe

"Todavía tengo el rosario (de la virgen) que tenía mi hijo (Beau Biden) cuando falleció", dijo el presidente estadounidense

Joe Biden, Andrés Manuel López Obrador y Alejandro Mayorkas en reunión virtual bilateral

Es la segunda reunión (virtual) de Biden con un líder extranjero. Crédito: Anna Moneymaker-Pool | Getty Images

El presidente Joe Biden se reunió este lunes por primera vez con su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para hablar de temas que competen a ambos países y para abrir una “nueva etapa de colaboración”, como dijo el canciller mexicano Marcelo Ebrard. Pero la conversación no comenzó hablando de inmigración o economía, sino de la Virgen de Guadalupe.

Biden comenzó su intervención con la cordialidad de recordar a López Obrador la primera vez que se conocieron en la Ciudad de México en el año 2012, cuando el demócrata era vicepresidente de la Administración Obama y el líder de Morena era candidato a las elecciones presidenciales de su país.

Tras comentar su paso por la capital mexicana y asegurar que habló con mucha gente, Biden dijo que también “ofrecí mis respetos a la Virgen de Guadalupe” y mostró el rosario que llevaba en su muñeca izquierda y que perteneció a su fallecido hijo Beau Biden.

AMLO, como también se conoce al presidente de México por las siglas de su nombre, se mostró notablemente contento con la mención del presidente Biden a la patrona de su país. Y también empezó su intervención haciendo mención a ella.

“Inicio agradeciéndole la confesión sobre su devoción por la Virgen de Guadalupe. Los mexicanos admiramos dos símbolos […]: la Virgen de Guadalupe y Benito Juárez, un presidente liberal, el mejor presidente que hemos tenido”, aseguró el mexicano en su tradicional manera de enmarcar sus discursos políticos con alusiones históricas y culturales de México.

Biden es el segundo presidente católico que tiene Estados Unidos. Además, se retrata en público como un hombre de fe y en campaña era frecuente verlo asistiendo a la iglesia por la mañana o haciendo la señal de la cruz cuando la ocasión lo requiere según la tradición católica.

La anécdota y el credo de Biden hicieron que este encuentro virtual comenzara de manera amena y amistosa. Ambos presidente apelaron a la necesidad de mantener una buena relación bilateral y hablaron de la importancia de trabajar juntos para el beneficio de las dos naciones.

“También quiero agradecerles por querer basar nuestras relaciones en el respeto y la igualdad“, puntualizó el mexicano, que siempre ha hecho bandera de su política no intervencionista. Según él, este principio le llevó a no reconocer la victoria presidencial del demócrata hasta que los resultados se hicieron oficiales, más de un mes después de conocerse la victoria de Biden.

Sentados en la mesa desde la que el presidente de Estados Unidos hablaba con López Obrador estaban Tony Blinken, secretario de Estado; Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional; Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional; Elizabeth Sherwood-Randall, asesor adjunto de seguridad nacional para la seguridad nacional; Roberta Jacboson, coordinadora de la frontera sur de EE.UU. y Juan Gonzalez, director senior para el hemisferio occidental.

AMLO y Estados Unidos

En la segunda reunión de Biden con un líder extranjero (la primera fue con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau), se espera que AMLO pida que EE.UU. comparta sus vacunas con México y un acuerdo para facilitar la inmigración de trabajadores mexicanos. Además, los mandatarios hablarán de los carteles y del tráfico de armas.

López Obrador, consiguió tener una relación medianamente positiva con Donald Trump, a pesar de las amenazas del republicano de imponer aranceles a México y de su discurso racista (que AMLO señala en su libro Oye, Trump). De hecho, el único viaje de López Obrador como presidente fue a Washington para celebrar en medio de la pandemia el inicio del acuerdo comercial de América del Norte, un evento al que el canadiense Trudeau no asistió.

Sin embargo, para mantener los vínculos con los Estados Unidos de Trump, el mandatario mexicano tuvo que aceptar militarizar su frontera con Guatemala y recibir a inmigrantes (sobre todo centroamericanos) que buscaban asilo en México. Estas decisiones le expusieron a grandes críticas de activistas y de opositores políticos.

Con Biden, tal y como dijo el canciller mexicano Marcelo Ebrard, se abre una nueva etapa en las relaciones comerciales que se espera que sea de colaboración y que beneficie a los 38 millones de mexicanos que vive en el país que ahora preside el demócrata.

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