Escuela teme no obtener incentivo económico de California

Para poder abrir, los planteles educativos tienen que cumplir con ciertos requisitos para el 1ro de abril y así obtener un estímulo económico por parte del estado; no todas podrán lograrlo

Estudiantes de OCEAA. (Suministrada)

Estudiantes de OCEAA. (Suministrada) Crédito: OCEAA | Cortesía

Padres de familia y personal docente de una escuela del condado de Orange están preocupados de que su escuela pierda el incentivo que el estado está ofreciendo a las instituciones escolares. El problema, dicen, es que es casi imposible que abran de forma segura para el primero de abril.

Mike Limón, director ejecutivo de Orange County Educational Arts Academy (OCEAA), en la ciudad de Santa Ana, dijo que desde agosto del año pasado la escuela está planeando una reapertura segura. Sin embargo, ellos no esperaban un cambio tan repentino por parte de la legislatura y el gobernador de California.

Recientemente, el gobernador Gavin Newsom anunció que las escuelas que reabran para el primero de abril recibirán parte de un incentivo de $2 mil millones de dólares.

El acuerdo es que por lo menos los estudiantes del kínder al segundo grado deben asistir a clases en persona. La escuela OCEAA tiene pautado regresar a clases para el 12 de abril.

Limón dijo que la escuela no cuenta con equipo vital para la educación de sus estudiantes—como purificadores de aire con tecnología para desinfectar y tabletas.

Estudiantes de OCEAA. (Suministrada)

“Nos está tomando como nueve semanas para recibir los purificadores”, dijo Limón, indicando que probablemente les lleguen para el 5 de abril.

La escuela cuenta con 620 estudiantes del jardín de niños hasta el grado 8. El 93% son latinos y un 67% califica para almuerzos gratis o a precio reducido.

En octubre abrieron las puertas a unos 100 estudiantes, los más vulnerables y/o con discapacidades. El objetivo es que este grupo reciba el apoyo como el uso de internet y las clases vía Zoom.

Limón subrayó que cuando comenzó la pandemia tuvieron que pedir tabletas prestadas de una preparatoria. A ellos les tomó seis meses recibir tabletas para el 50% de su población estudiantil.

Él estima que por ser una escuela chárter más pequeña y que no está a la altura de otros campuses más poblados no reciben la atención necesaria.

Padres y  maestros preocupados

Laura Arce, maestra del sexto grado en OCEAA, dijo que algunas de sus mayores preocupaciones es la limpieza ya que con la nueva reapertura, se tiene que pensar más a fondo cómo mantener todas las superficies limpias y desinfectadas.

Otra preocupación es la falta de los purificadores ya que los salones de clase no cuentan con ventanas y tampoco tienen un patio lo suficientemente grande como para tener clases al aire libre.

“También nos preocupamos por la salud de los estudiantes y sus seres queridos al igual que los maestros”, indicó Arce. En este caso los estudiantes pudieran ser un punto de infección para sus padres y abuelos.

Ella dijo que se le hace injusto que el estado les quiera remover los fondos a su escuela porque no cumplen con la fecha límite de reapertura.

“No es justo porque estamos tratando de servir a nuestra comunidad lo mejor que podemos. En este momento nos estamos enfocando en lo que necesita la mayoría de los padres que aún no se sienten cómodos en enviar a sus hijos a la escuela”, indicó.

Paloma Greene antes de la pandemia. (Suminsitrada)

Uno de esos padres es Linda Hardman Greene,  quien tiene tres hijos en la escuela OCEAA. Dos comenzaron el kínder en el otoño y una está en tercer grado. Greene aseguró que conoce de primera mano el trabajo arduo que ha estado haciendo el personal de la escuela para tener una reapertura segura.

No obstante, hay una falta de equipo de protección, de educación y no es por la falta de interés en obtenerlo sino por la demora en recibirlo. Mientras estén estas faltas, Greene no se siente segura enviando a sus hijos a la escuela.

“Como tengo uno [hijo] con necesidades especiales, no creo que sea lo mejor para él”, dijo Greene. “Así que los voy a dejar a todos en casa porque no puedo permitir que uno se vaya y el otro se quede. Eso sería demasiado difícil y por ahora tenemos un buen ritmo, por lo que vamos a continuar el resto del año en esta forma”.

El director Limón dijo que a ellos les ayudaría mucho tener los fondos del estado, con los cuales pudieran servir para agregar personal en la escuela y más recursos escolares.

“Tuvimos que mover presupuesto escolar del año para poder comprar recursos como pizarrones inteligentes y amplificadores de voz con cámara”, explicó. “Era importante que los niños escucharan claramente a la maestra cuando habla”.

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