El latino sobreviviente de la masacre en Georgia asegura que está vivo de “milagro”

Elcías Hernández Ortiz, el hispano sobreviviente de la masacre en los salones de masaje del área de Atlanta, regresó a casa el jueves tras ser dado de alta

Dos de los salones de masajes estaban en la misma calle.

Dos de los salones de masajes estaban en la misma calle. Crédito: ELIJAH NOUVELAGE | AFP / Getty Images

ATLANTA, Georgia – Elcías Hernández Ortiz, el hispano que sobrevivió los ataques ocurridos el mes pasado en tres salones de masajes de Georgia, dijo este jueves que está vivo de milagro, luego de que fuera dado de alta del hospital de Atlanta donde llegó herido de gravedad.

“Estoy recuperándome poco a poco, pero esto no ha sido nada fácil”, manifestó Hernández, quien permaneció hospitalizado por más de tres semanas debido a las lesiones que le provocó una bala que le impactó en la frente durante uno de los tiroteos desatados el 16 de marzo, que en total se cobraron la vida de ocho personas.

El mecánico guatemalteco, a quien todavía le cuesta hablar por las heridas que sufrió, asegura que se siente bendecido de estar vivo y agradecido por todo el apoyo que ha recibido de la comunidad, que ha recaudado más de $378,000 dólares en GoFundMe (www.gofundme.com/f/help-elcias-hernandez-ortiz-cover-medical-bills) para cubrir los gastos médicos en los que han incurrido.

“La verdad es que estoy vivo de milagro, gracias a Dios. La bala me impactó cerca del ojo izquierdo. Y no miro bien de ese ojo. Me siento bien contento al estar nuevamente con mi hija y esposa, aunque no me siento bien de salud, pero sí estoy motivado a seguir adelante con mi vida”, expresó Hernández, de 30 años.

Hernández relató que el presunto autor de los ataques, identificado como Robert Aaron Long, un joven blanco de 21 años, le disparó de frente, sin pronunciar una sola palabra, a pesar de que él le rogó que no lo hiciera. “Él solo quería sangre”, afirmó.

La bala le entró en la frente, le atravesó la garganta y le quedó alojada en el abdomen, explicó el guatemalteco, que agregó que los médicos recomendaron no extraerla debido a que esta cirugía era arriesgada.

“Solo pido a las autoridades que se haga justicia, que esta historia no se vuelva a repetir cuando esta persona salga (de prisión) en 15 o 20 años. Yo pido que se quede de por vida en una prisión”, dijo Hernández, quien asegura que sus “ganas de vivir” fueron tales que le permitieron sobrevivir pese a la gravedad del caso.

El tiroteo que hirió al padre latino se produjo en el Young’s Asian Massage Parlor, en el condado de Cherokee, un suburbio al norte de Atlanta, y fue el primero de los tres que ocurrieron en salones de masaje asiáticos, que acabaron con la vida de ocho personas, seis de ellas de origen asiático.

El sospechoso de la matanza negó tener una motivación racista y achacó los ataques a una perturbación derivada de su “adicción sexual”.

Douglas Rohan, el abogado que representa a Hernández, dijo que su cliente todavía debe ser sometido a varias cirugías y que debido a las lesiones que sufre no puede trabajar más en su taller mecánico.

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