Médicos de pequeños consultorios privados: “Aliviamos la carga a la medicina pública y no nos quieren vacunar”

Desde que se inició la vacunación en México contra COVID-19, el Gobierno federal centralizó el esquema de aplicaciones, hizo un calendario según la vulnerabilidad de la gente y dejó fuera de las vacunas a los médicos de pequeños consultorios privados.

El médico general Vladimir Román

El médico general Vladimir Román Crédito: Vladimir Román | Cortesía

MEXICO.- Sentado en un minúsculo consultorio de poco menos de dos metros cuadrados en  la colonia Topilejo de la Ciudad de México, Vladimir Román, un médico general que trabaja para una farmacia privada, recibió cientos —quizás miles — de pacientes enfermos de COVID-19 frente a una mesita y un banquito destartalado.

Las condiciones para las que ha trabajado en los últimos años de su vida han sido tan precarias que la desinfección del espacio entre cada paciente es imposible. Y finalmente se contagió.

Sobrevivió por milagro de la naturaleza, porque es fuerte, pero no por sus condiciones laborales con un salario de dos dólares por consulta, sin prestaciones sociales, ni seguro médico.

Nos tienen en la miseria a pesar de que aliviamos 10 millones de consultas diarias a la medicina privada y aún así el presidente no nos quiere vacunar… ¡Por clasista!”.

Desde enero pasado de este año, médicos privados han solicitado sin éxito al gobierno ser incluidos en la vacunación como personal de alta vulnerabilidad

Al menos 76,000 de estos servidores de la salud ofrecen servicios de medicina general cotidianamente en pequeños consultorios ubicados al lado de farmacias, en barrios y colonias populares o en edificios médicos. En el país 43% de las consultas médicas se realizan en clínicas particulares; de ellas, 17% representan casos ambulatorios.

La primera atención a pacientes que presentan síntomas COVID fueron a dar ahí con estos doctores que los recibieron sin poner objeciones a pesar de los riesgos y la inconformidad que arrastran desde hace décadas por lo que consideran una competencia desleal por parte de algunas cadenas de farmacias que bajaron la consulta un 90%.

A finales de los 90, una consulta médica en consultorios privados costaba entre 50 y 80 pesos. Entonces apareció una empresa que lleva el nombre de Farmacias Similares que comenzó a ofrecer servicios de médicos por 10 pesos. “Así hizo quebrar a todos los médico generales porque el Gobierno no se metió a regular la competencia desleal porque vio que le convenía: ese sistema alterno y paralelo al sector salud, le quita de encima 10 millones de consultas al mes”.

Las consultas baratas de ese sector privado se logran gracias a los bajos salarios que pagan a los médicos que son contratados como freelancers.

Su única ganancia es la consulta de dos dólares y no hacen antigüedad para el retiro. Vladimir Román dice que tiene compañeros en condiciones laborales tan complicadas que dentro de poco no le extrañaría que pidan limosna en le calle. “A muchos les ha dado covid y han muerto”, señala.

Vladimir Román contrajo la enfermedad en febrero pasado. Estuvo encamillado durante tres semanas  y estuvieron a punto de intubarlo. Le colocaron una torre de alto flujo con oxígeno puro al 80%. Luego lo dieron de alta, sin nada más. Ni antifibrótico, sin esteroides ni antigulantes y podría complicarse con las secuelas sin ninguna protección.

El doctor Vladimir Roman calcula que, si se muere, su esposa se queda en la calle porque no tiene nada, no ha podido ahorrar, no tiene seguro social ni de vida y ahora ni siquiera puede sentirse protegido al volver al consultorio porque no le quieren dar la vacuna.

“¿Por qué el presidente nos hace quedar como si fuéramos privilegiados si no lo somos? ¿Por qué no dice que cobramos 40 pesos por consulta? Se oye muy bonito ‘medicina privada’, pero la medicina privada en México está tan mal o en peores condiciones que la pública con este esquema de las farmacias; los médicos de los grandes hospitales que podrían ganar mucho son pocos y aún así, no pueden comprar la vacuna”.

Desde que se inició la vacunación en México, el gobierno federal centralizó el esquema de aplicaciones e hizo un calendario según la vulnerabilidad de la gente. En primer lugar quedaron los médicos de hospitales y clínica públicas, después las personas de la tercera edad, luego los profesores y posteriormente en una cuenta regresiva, los mexicanos de 50, 40, 30…

Así los profesionales de la salud que no laboran como parte del sistema de salud de los estados quedaron en una especie de limbo que cada día genera más inconformidades. En este momento, la batalla es porque se les pongan las vacunas a la par de los maestros, una etapa que arrancó en estos días.

La protesta

El presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió que los médicos privados no serán vacunados debido a que aún no les corresponde, según la lista prioritaria. Calificó de injusto el reclamo y afirmó que se trata de una campaña de manipulación para confrontar al gobierno con los integrantes del sector salud privado.

“No es que yo esté en contra de ellos, es que no es justo el querer decir ‘a mí me vacunas’”, dijo el mandatario. “No. Si no te corresponde, no”, reprochó en conferencia de prensa desde Palacio Nacional.

La respuesta del presidente ocurrió después de diversas manifestaciones por parte de médicos quienes han hecho todo lo posible por llamar la atención sobre su situación a las autoridades.

En Tijuana, por ejemplo, se apostaron en las inmediaciones de la garita de San Ysidro para atraer la atención de la prensa estadounidense. En la Ciudad de México suman varios plantones y un grupo de 15 médicos interpuso recientemente un recurso legal ante un juez para obligar al Estado a que los vacunaran. El juez les dio la razón y serán vacunados en breve, una decisión que disgusto al mandatario.

“Si hay un amparo y nos ordena un juez: ‘que se vacune a esta persona’, lo tenemos que vacunar, porque tenemos que cumplir con la ley. Pero yo le digo a esa persona: ¿Es justo?, ¿es un asunto legal?, ¿no crees que es un asunto moral?, ¿para qué vamos a templos?, ¿para qué vamos a las iglesias?, ¿para qué comulgamos?, ¿para qué confesamos si no actuamos con integridad, si queremos ser nosotros los primeros?”, cuestionó en una de las conferencias mañaneras.

En una afán por conciliar con el gobierno, algunos gremios de médicos que siguen sin vacunar, como los dentistas, han propuesto pagar de su bolsillo las vacunas al Estado, una idea que ha sido rechazada tajantemente.

“Por parte de la Asociación Dental Mexicana y Consejo Nacional de Cirujanos Dentistas les hemos propuesto también hacer un servicio social como voluntarios en la pandemia  a cambio de la inmunización y  la respuesta ha sido un no”, advierte Mayra Torres, odontóloga y estomatóloga de la Clínica Asistencia Pedíatrica.

Como dentista, Mayra Torres trabaja día a día con el elemento más contagioso del COVID-19: la saliva. A través de las microgutículas el coronavirus se puede transmitir cuando se habla, estornuda o se tose. Además, los aditamentos para limpiar o arreglar los dientes y muelas generan dispersión y esto es lo que queda impregnado ten el ambiente del consultorio dental, en la ropa, en los muebles.

Mayra Torres
Mayra Torres en su consultorio de la CDMX.

“Estamos más que expuestos: es un peligro muy alto de contraer el virus”.

Mayra Torres sabe de varios compañeros dentistas que han muerto. Ella no se ha contagiado porque es extrema en su seguridad debido al alto riesgo que tiene su esposo por enfermedad. Diariamente, al entrar a su consultorio se coloca una pijama quirúrgica, goolgles, doble cubreboca, careta, gorro, doble guante y zapato desechable.

Después, entre paciente y paciente deben sanitizar, limpiar, desinfectar y ventilar el área al menos una hora con la ventana y la puerta abiertas porque tienen prohibido por la Organización Mundial de la Salud usar el aire acondicionado o ventiladores.

El riesgo de contagio es también muy alto porque Mayra Torres trabaja con niños quienes pueden tener cuadros asintomáticos y podrían provocar una infección cruzada. En pocas palabras: que del consultorio salga el coronavirus a la calle.

México ha tenido atrasos con el esquema de vacunación a pesar de que el gobierno anunció la adquisición de millones de dosis. El atraso de algunos laboratorios ha generado que en algunos casos siga pendiente la colocación de la segunda dosis.

En algunos estados, tampoco se ha podido terminar de vacunar ni siquiera a los médicos de los hospitales públicos. En el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, hubo un paro de labores del personal de salud de la jurisdicción 2 para exigir la vacunación de casi 800 empleados administrativos y médicos de centros de salud, a quienes se les ha dicho que no les corresponde la vacuna porque no son primera línea.

Hasta ahora los gobiernos estatales y municipales están imposibilitados para adquirir la vacuna por lo cual no han podido ayudar a la vacunación de los médicos privados, salvo cuando les quedan dosis que la población rechaza ponerse: México también tiene un extendido movimiento antivacunas.

En Michoacán, los reclamos de los médicos, enfermeros, dentistas, nutriólogos, químicos, radiólogos privados fueron escuchados y tras una reunión con autoridades federales y estatales, se acordó que serían vacunados dependiendo de la disponibilidad del biológico. Hasta el momento se desconoce la cifra oficial de cuántos fueron inmunizados por este acuerdo.

¿Médicos o profesores?

La demanda abierta de los médicos privados para ser vacunados coincide con el anunció de la vacunación masiva de los profesores de las escuelas públicas con miras a la reapertura de la educación y esto ha generado resentimiento en el gremio médico privado.

Leobardo Castro, quien dirige una clínica privada en el Estado de México, se quejó de la falta de sensibilidad por parte de las autoridades al tomar la decisión de inmunizar al gremio magisterial pasando de largo de sus demandas.

“Es muy triste ver que hay jubilados, personas de la tercera edad, maestros, profesionales que no están en primera línea y ya están vacunados contra el COVID, y uno que trabaja a nivel privado y está en riesgo, no lo estamos”.

México comenzará la semana que viene el proceso de vacunación de maestros de centros públicos y privados con la vacuna CanSino en cinco estados donde el nivel de contagios es menor y seguirá con el resto de entidades de manera progresiva a lo largo de mayo con el objetivo de que todos los alumnos puedan volver a las clases presenciales antes que termine el ciclo escolar en julio.

Campeche (en el golfo de México) fue el primer estado en vacunar a sus maestros hace ya meses y serán los primeros en volver a las aulas a partir de la próxima semana, justo cuando comenzará la inmunización en Veracruz, Chiapas, Nayarit, Coahuila y Tamaulipas.

El país ha recibido mucha presión por parte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para tomar las medidas necesarias que lleven al retorno a clases. México es el país de Latinoamérica donde las escuelas han estado cerradas por más tiempo debido a la pandemia y el organismo advirtió que el cierre de los centros educativos recrudecerá la crisis de aprendizaje que ya sufría el país antes de la contingencia sanitaria.

‘“Los resultados de 2018 de la prueba planea muestran que el 80% de estudiantes de primaria no alcanzaban los conocimientos esperados en matemáticas, lectura y escritura, detalló.

En agosto pasado, la Secretaría de Educación Pública informó que no había condiciones para que los alumnos regresaran a las escuelas debido a la pandemia , por lo que decidió que el ciclo escolar se realizara clases a distancia con convenios con Televisa,  Grupo Multimedios y Grupo Imagen para que retransmitan los contenidos escolares preparados por la institución con ayuda de los profesores.

La vacuna acelerará el retorno presencial a clases, pero no será suficiente, según observan algunos maestros. Diana Laura Vela, catedrática en una escuela primaria de Aguascalientes comenta que las escuelas no cuentan con los materiales de higiene necesarios como productos de limpieza para la sanitización o las condiciones de sana distancia en las aulas.

Diana Laura Varela, profesora de primaria
Diana Laura Vela, profesora de primaria

“A causa de la ausencia de alumnos también ha provocado que las escuelas sea vandalizadas y muchas deben declararse como perdidas totales irreparables por el daño a la infraestructura”.

Por otro lado, la falta de medios tecnológicos para mantener la comunicación remota con los maestros provocó que muchos niños desertaran. “En mi caso perdí contacto con el 30% de mis alumnos”.

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