Mohamed Hadid, papá de Bella y Gigi, vende en $8.5 millones su mansión de $50 millones

El magnate inmobiliario israelí Mohamed Hadid, de 72 años y quien es papá de Bella y Gigi Hadid, finalmente pudo deshacerse de la mansión de sus sueños que se terminó convirtiendo en su peor pesadilla, después de que las autoridades de California le ordenaran demolerla por representar un peligro para sus vecinos en Bel-Air y por violar las normas de construcción.

La propiedad, que tenía un valor de $50 millones de dólares, fue negociada recientemente por el septuagenario en tan solo $8.5 millones de dólares, es decir, un valor muy por debajo de lo que él invirtió.

La noticia de la venta fue dada a conocer por el portal New York Post, en donde se detalló que la casa ya está bajo contrato, siendo cuestión de tiempo para que se oficialice la operación.

“Mohamed Hadid acaba de encontrar un comprador para su mega mansión que está siendo demolida”, informó el medio neoyorquino.

La identidad del valiente comprador, quien heredará todos los problemas de su antiguo dueño, aún no ha sido revelada, pero no sería de extrañar que saliera a la luz en cuanto estampe su firma.

Además de los $8.5 millones de dólares que le dará a Mohamed Hadid, el nuevo propietario también deberá destinar cerca de $5 millones de dólares para la demolición del imponente inmueble de 30,000 pies cuadrados.

Hasta el momento se desconoce qué se construirá en el lugar o cuál será el destino que tendrá el inmenso terreno de 1.2 acres de extensión.

Así comenzó la pesadilla del magnate

Los problemas para Hadid comenzaron cuando decidió construir más pies cuadrados de los permitidos en su proyecto arquitectónico original. La casa originalmente sería de 15,000 pies cuadrados, pero duplicó su tamaño sin contar con la aprobación de las autoridades.

Su actuar con la Bel Air Strada Vecchia, como es conocida la vivienda, causó la molestia de sus vecinos, quienes argumentaron que su edificación representaba un peligro para sus casas, por lo que se ordenó su demolición.

Con el fin de ganar tiempo y para evitar seguir gastando su fortuna en un proyecto que no iba a ningún lado, el magnate se declaró, el 3 de noviembre de 2020, en quiebra ante la Suprema Corte de California, al argumentar que no contaba con la solvencia económica suficiente para llevar a cabo la demolición de su megaproyecto.

“No tengo potencial actual ni previsible para financiar la demolición, ni ahora ni nunca”, argumentó Hadid en su momento, pero sus dichos no convencieron a los abogados de sus vecinos.

Con el cierre de la negociación en puerta, los molestos vecinos ya podrán estar más tranquilos, pues finalmente consiguieron por lo que tanto lucharon.

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