Una Alianza para Centroamérica trae esperanzas al Triángulo Norte

Una nueva iniciativa de cooperación entre la administración Biden y la iniciativa privada a través de la Alianza para Centroamérica intenta llevar a los países de origen - en este caso El Salvador, Guatemala y Honduras - soluciones económicas y sociales de envergadura

De izq. a der: Michael Pyle, asesor económico jefe en la Oficina de la vicepresidenta; Jonathan Fantini Porter, cofundador de la Alianza para Centroamérica; Ricardo Zúñiga, enviado Especial para el Triángulo Norte del Departamento de Estado de Estados Unidos y Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos.

De izq. a der: Michael Pyle, asesor económico jefe en la Oficina de la vicepresidenta; Jonathan Fantini Porter, cofundador de la Alianza para Centroamérica; Ricardo Zúñiga, enviado Especial para el Triángulo Norte del Departamento de Estado de Estados Unidos y Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos. Crédito: Alianza para Centroamérica | Cortesía

Este marzo, cuando el presidente Joe Biden encargó a su vicepresidenta Kamala Harris de manera informal la cartera de inmigración y, en ese contexto, de las relaciones de Estados Unidos con México y Centroamérica, muchos pensaron que le estaba encomendando una tarea imposible.

Argumentaron que “Biden le entregó a Harris una granada política, y se cuestionaban si ella puede puede desactivarlo.

Tras ello estaba la convicción generalizada en el país de que el tema de la inmigración es tan complejo que su gestión no podía prosperar. Y en consecuencia se especuló que ello a la larga  tendría efectos negativos para la administración, la imagen de Harris y sus perspectivas de postularse a la presidencia en el futuro.

La vicepresidenta estableció desde el comienzo una serie de prioridades que están en total contraste con la política caótica, aislacionista y revanchista de la anterior administración.

Cuando Trump anuló en 2017 la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), Harris invitó a su oficina del Senado a un grupo de Dreamers hasta entonces protegidos por DACA; fue una de los 10 proponentes de la ley Dreamers, que como se sabe nunca llegó a prosperar en el Senado.

Cuando la separación de familias ordenada por Trump llevó a encerrar a los niños en jaulas con un trato inhumano, Harris pidió la renuncia de la entonces secretaria de Seguridad Interna Kirstjen Nielsen.

Como fiscal general de California, ayudó a coordinar los abogados de inmigración para las familias que necesitan asistencia, junto con otras iniciativas políticas encaminadas a alejar a indocumentados criminales, y que le acarrearon algunas críticas.

Kamala Harris está entre quienes consideran que se debe contemplar el control de las actuales olas migratorias de emergencia atacando las razones de la emigración: la pobreza, la violencia y la desesperanza en los países de origen.

Es la misma idea que guió una iniciativa de 2015, a cargo del entonces vicepresidente Joe Biden. Se inyectaron de manera directa centenares de millones de dólares en la economía de estos países, pero el esfuerzo languideció a causa de la corrupción todavía imperante allí.

Harris puso manos a la obra. Este 27 de mayo, emitió en un evento en la Casa Blanca un “Llamado a la Acción“ para que las empresas y las empresas sociales asuman compromisos nuevos e importantes para ayudar a enviar una señal de esperanza” a los países de Centroamérica.

De esa manera, invitó a participar al sector privado para así “abordar las causas fundamentales de la migración irregular desde Centroamérica”, “mediante la promoción de oportunidades económicas”.

El evento es resultado de la cooperación entre la Casa Blanca y la Alianza por Centroamérica (“Partnership for Central America”), que tiene, efectivamente, como objetivo ayudar al desarrollo económico y social de los países del Triángulo Norte: El Salvador, Guatemala y Honduras.

“Creo que las empresas, en particular nuestro sector empresarial privado, tienen un papel muy importante que desempeñar en la creación de empleo, la promoción de oportunidades económicas y el desarrollo a largo plazo”, enfatizó después del evento la Vicepresidenta Harris en su cuenta de Twitter.

La Alianza por Centroamérica junta bajo un mismo interés a líderes del mundo empresarial como Mastercard, Microsoft, organizaciones sin fines de lucro como Pro Mujer, World Economic Forum o el World Economic Forum (WHO, World Economic Forum) y el mundo de la academia, específicamente la Escuela T.H. Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard.

En total han sido hasta el momento 12 empresas y organizaciones las que anunciaron su compromiso con los objetivos del grupo, como parte del lanzamiento del Llamado a la Acción.

Además de las ya citadas, están Nespresso, Chobani, Acción, Bancolombia, Davivienda, Duolingo y Tent Partnership for Refugees.

A ellos se dirigió la vicepresidenta al referirse a la importancia de su participación ya que, dijo, “tienen un papel muy significativo en la creación de empleos y en promover oportunidades económicas, y en generar desarrollo a largo plazo”.

Evidentemente, hay mucho por hacer. La situación social en  El Salvador, Guatemala y Honduras es grave; la violencia parece incontrolable, hace penosa la vida de la población y aumenta la de por sí imperante pobreza.

“Las familias en estos tres países confrontan los niveles más altos de violencia, desigualdad económica y cambio climático”, dijo Jonathan Fantini Porter, co-fundador de la Asociación. “Con iniciativas económicas que establezcan oportunidades, tendremos un impacto significativo en la vida de muchos en la región”.

La Alianza para Centroamérica se define como “una coalición de organizaciones del sector privado que impulsan soluciones prácticas para promover las oportunidades económicas, abordar los desafíos urgentes del clima, la educación y la salud, y promover inversiones a largo plazo y el desarrollo de la capacidad laboral para respaldar una visión de esperanza para Centroamérica”.

Los miembros de la Alianza ya han anunciado ambiciosos planes para avanzar su objetivo. Así, como detalla Martín Ocampo en HispanicLA.com,  “Mastercard buscará incluir a cinco millones de centroamericanos que hasta ahora no participan en el sistema financiero y digitalizar un millón de pequeñas y medianas empresas. Microsoft aumentará el acceso digital incorporando a 1.4 millones y Pro Mujer y Acción  proveerán micro-asistencia financiera y apoyo social a 8.4 millones. Nespresso promoverá la implementación de salarios dignos y lanzará un programa de resiliencia climática. DuoLingo y la Universidad de Harvard harán estudios relacionados con la educación y la salud”.

En la práctica, como organización sin fines de lucro 501 (c) 3  firmó un memorándum de entendimiento (MOU) con el Departamento de Estado para posibilitar su implementación en el futuro cercano.

El grupo se encuentra a la búsqueda de nuevos miembros – empresas e instituciones-  por lo que invitó a integrarse a quienes “deseen colaborar para desarrollar e implementar soluciones a los desafíos económicos, sociales y de gobernabilidad en Centroamérica, y para alinearse con los esfuerzos de los socios gubernamentales y del sector privado en EE.UU. y en toda la región de Centroamérica”.

Así lo resumió Alexandra Jaffe para AP:

“El objetivo del nuevo proyecto es enfocar la asistencia en apoyar a las poblaciones vulnerables, como mujeres y jóvenes, e invertir en acceso a internet, programas de capacitación laboral y en combatir la escasez de alimentos”.

Finalmente, para avanzar el proyecto, Harris visitará Guatemala y México a comienzos de junio, en su primer viaje al extranjero como vicepresidenta.

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Kamala Harris Triángulo Norte

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