Inmigrante mexicana obtiene ‘green card’ por su pareja del mismo sexo

En 2013, el presidente Obama ordenó que los matrimonios del mismo sexo tuvieran los mismos derechos que las parejas heterosexuales

Dulce Flores obtiene su residencia por una petición que le hace su esposa Nicole Flores Miceli. (Cortesía Dulce Flores)

Dulce Flores obtiene su residencia por una petición que le hace su esposa Nicole Flores Miceli. (Cortesía Dulce Flores) Crédito: Cortesía

Cuando la mexicana Dulce Flores conoció a la neoyorkina Nicole Miceli en un sitio de citas online, jamás cruzó por su mente que sería su esposa y mucho menos que su matrimonio le abriría las puertas para conseguir la residencia permanente en Estados Unidos.

“Nunca imaginé que a través de mi relación con Nicole, arreglaría mi estatus migratorio”, dice feliz de la vida tras hacerse residente en mayo.

Dulce es originaria de Tabasco, México, pero cuando terminó la secundaria decidió ir a estudiar la carrera de relaciones internacionales a la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) en Tijuana.

“Mi universidad tenía un programa de intercambio para hacer las prácticas profesionales en el Consulado de México en Los Ángeles durante cuatro meses. Yo apliqué y me aceptaron”.

Cuando terminaron sus prácticas, el Consulado la contrató de manera permanente. “El 7 de julio de 2007 comencé a trabajar con la Visa A2 que es únicamente para trabajar en el Consulado”.

Dulce Flores y Nicole Flores Miceli felices. (Cortesía Dulce Flores)

Pero 9 años después, en 2016, a Dulce y a cientos de trabajadores de los consulados mexicanos en Estados Unidos que trabajan con una Visa A2, les entró el pánico al recibir la noticia de que a partir del año 2020, ya no podrían renovarles su visado por una decisión del gobierno del presidente Obama.

“Si queríamos seguir trabajando para el Consulado y permanecer en este país, debíamos buscar la manera de arreglar nuestro estatus migratorio. De otra manera, tendríamos que regresar a México o quedarnos en el limbo”.

Una decisión difícil porque ya llevaba casi 10 años en Estados Unidos.

“Me sentí desilusionada, frustrada, triste después de tantos años de entrega al Consulado de México en Los Ángeles”.

De lo que sí estaba plenamente segura, es que no quería quedarse indocumentada en el país. Por lo tanto, su única opción era retornar a México.

En marzo de 2019 conoció a su hoy esposa Nicole Miceli por Internet. “Después de tratarnos, nos pusimos de novias en julio de ese año; y tres meses después en octubre, nos fuimos a vivir juntas”.

Ya para entonces cuenta que le había platicado a su pareja sobre su situación migratoria. “Le dije que para agosto de 2021, iba a perder mi estatus. ‘Si quieres seguir conmigo, va a tener que ser a larga distancia o tendrás que venir a vivir a México’. Ella me dijo que se vendría conmigo y empezamos a planear nuestra vida juntas en México”.

Dulce Flores y Nicole Miceli sellaron su compromiso con un beso en enero de 2020 en el Lago San Marcos antes del coronavirus. (Foto cortesía)

Nicole, quien se gana la vida como maestra de lectura para los niños de los primeros grados, contemplaba la idea de que vivieran en Tijuana y que ella trabajara en San Diego.

Sin embargo, el 31 de diciembre de 2019, la propia Nicole le planteó a Dulce otra solución, casarse y seguir viviendo en Los Ángeles.

“Yo le respondí que yo no me quería casar por los papeles. Nicole dijo que ella se quería casar porque estaba convencida de que no quería estar con nadie más que no fuera yo. Le pesaba que fuéramos a perder una vida aquí por una visa”.

Dudosa, Dulce recuerda que le preguntó varias veces, ¿estás segura que eso es lo que quieres? “¡Sí, vamos a casarnos!”, replicó Nicole sin dudarlo.

Bien seguras de lo que querían. El 18 de enero, a bordo de una góndola veneciana en el lago de San Marco en San Diego, Dulce le propuso formalmente matrimonio a Nicole.

“Fijamos como fecha para la boda el 27 de marzo, pero que se nos viene la pandemia y una semana antes nos cierran todo. Ya teníamos todo para casarnos en la corte”.

El estallamiento de Covid-19 no detuvo sus planes, pero si la celebración.

Mi mejor amigo Gian Sevilla, quien es ministro de matrimonio, nos casó el 27 de marzo, en la banqueta, afuera de nuestro departamento en el barrio de Koreatown en Los Ángeles, ante la presencia de curiosos y amigos que fueron testigos de nuestra boda desde sus carros y protegidos con mascarillas”.

Dulce recuerda que ellas protagonizaron una de las primeras bodas que se transmitieron por Zoom durante la pandemia. “La luna de miel y la celebración en grande quedaron pendientes”.

Dulce Flores y Nicole Miceli, rodeadas de amigos durane su boda en marzo de 2020.(Foto suministrada)

Meses después en agosto de 2020, Dulce presentó la petición de la residencia en base a su matrimonio con Nicole. “La organización Caridades Católicas me ayudó a hacer el proceso”.

El 6 de mayo, Dulce y Nicole Flores Miceli tuvieron su entrevista para la residencia en el Servicio de Inmigración y Aduanas (USCIS)

“La entrevista fue excelente. El oficial de migración resultó un hombre súper amable y súper comprensivo. Nos preguntó cómo nos conocimos, quién le pidió matrimonio a quien. Hasta nos platicó de su vida y sus viajes. Fue una entrevista muy placentera. En absoluto dudó de nuestra relación”.

Al final de la entrevista, cuenta que el funcionario de USCIS, la felicitó y le entregó ahí mismo su carta de aprobación como residente y le dio la bienvenida.

“Empecé a llorar de felicidad mientras miles de cosas pasaban por mi cabeza. Mi esposa me abrazaba. La alegría era muchísima y nos fuimos a celebrar con un barbecue coreano”.

Dulce dice que la residencia de Estados Unidos significa una vida entera de oportunidades e ilusiones. “Por fin me siento que soy parte de un país que nos ha dado tanto”.

Y confía que cuando conoció a Nicole nunca la vio como su oportunidad para arreglar su estatus migratorio. “Yo ya tenía mis planes para regresar a México. No creía tener ninguna posibilidad de obtener la residencia, pero todo el camino se abrió de la manera menos imaginada”.

Dulce Flores y Nicole Miceli se casaron en Los Ángeles en plena pandemia. (Foto suministrada)

Después de trabajar en el Consulado de México en Los Ángeles durante 13 años, está lista para explorar otras opciones laborales donde pueda obtener mayores ingresos.

“El sueldo que he percibido durante años es muy bajo, $2,275 libres al mes. Las prestaciones solo incluyen el seguro médico, pero sin posibilidad de añadir a nuestras parejas”.

A pesar de lo limitado del salario y la falta de protecciones laborales, Dulce está muy agradecida con el Consulado de México en Los Ángeles, porque gracias a esta sede diplomática, vino a este país y ahí comenzó todo. “Estamos muy felices”, dice esta mexicana, recién estrenada residente de Estados Unidos, quien considera que ya con la residencia, es tiempo de abrir sus alas.

Después de que la Suprema Corte de la Nación dio el visto bueno para aprobar los matrimonios del mismo sexo en Estados Unidos en 2013, el presidente Obama ordenó a los departamentos federales, incluyendo al USCIS, asegurarse de darles los mismos derechos que a las parejas heterosexuales. Eso implicaba que los esposos o esposas con pareja del mismo sexo legalmente casados pueden pedir la residencia de sus compañeros o compañeras.

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