La fiscalía de Veracruz apila cuerpos exhumados de fosas clandestinas ¡en un tráiler!

Ola de violecia en México

Ola de violecia en México Crédito: EFE

MÉXICO – En uno de los patios del ministerio público y apilados en un tráiler, 148 cadáveres extraídos de fosas clandestinas en el estado de Veracruz esperan por ser identificados. Deberían estar en frigoríficos especiales dentro del servicio médico forense, debería haber más de dos policías ministeriales y personal entrenado para atender la crisis, pero no los hay.

“Estamos tan mal que no hay nadie a quien acudir”, dijo en entrevista con este diario Lucía de los Ángeles, vocera del Colectivo Solecito, una organización de madres de familia que desde agosto pasado  busca a sus hijos cavando metro por metro en el estado del sureste corrompido por el crimen organizado al que se le atribuyen miles de muertes y desapariciones.

En cinco meses y sin ayuda de las autoridades, estas familias que pagan de su bolsillo la búsqueda de cuerpos, han encontrado 148; las autoridades sólo hacen presencia para testificar los hallazgos y luego para recibir a los muertos que van apilando dentro de bolsas biológicas en un tractocamión porque no tienen espacio en las instalaciones, según testimonios de Colectivo Solecito.

Además los forenses locales  no están capacitados para tratar con los cuerpos y falta personal. “Muchos cuerpos todavía tienen tejido y no saben quitarlo, no saben dejar el cuerpo limpio para guardarlo correctamente ni hacer las clasificaciones por sexo, edad, tiempo de fallecimiento ni todos los datos antropológicos que ayudarían a dar con la  identidad”, precisa Ángeles.

El descuido o desdén con el que tratan a los cadáveres, es otro tema. Por ejemplo: el  traíler donde guardan los restos no estaba cerrado con llave o algún tipo de seguridad por lo que hasta hace poco cualquiera podía entrar ahí y hacer lo que quisiera hasta que las madres protestaron.

“Cuando les preguntamos a los guardias si podíamos ver los videos de las cámaras del lugar nos dijeron que no hay terminal que los guarde: o sea, que las cámaras están de adorno porque no hay un registro del resguardo de los cuerpos”.

Hasta el momento la fiscalía de Veracruz no ha dado respuesta a estas acusaciones.

No es la primera vez que organizaciones en busca de desaparecidos se quejan de la malicia o inexperiencia de los funcionarios públicos para tratar a cuerpos no identificados. En marzo pasado, la fiscalía de Morelos  revolvió huesos, extravió ropajes, y enterró con sigilo a 116 cuerpos en la comunidad de Tetelcingo.

¿CUANTO CUESTA BUSCAR A UN HIJO DESAPARECIDO?

En Veracruz, no fue hasta que el hoy prófugo Javier Duarte dejó de ser gobernador cuando permitieron al Colectivo Solecito buscar por su propia cuenta. “La fiscalía nos daba largas”, cuenta De Ángeles, cuyo hijo fue secuestrado en 2013. Y cuando por fin les permitieron lo dejaron solo. “Hemos tenido que hacer rifas, cocinar y vender botanas y vender ropa usada para financiarnos porque es caro”.

Diariamente una brigada de 15 personas sale buscar a sus hijos. Las madres también cavan, pero no se dan abasto tan solo en el predio conocido como Colinas de Santa Fe en el Puerto de Veracruz y han tenido que contratar a cavadores y un “experto” en rastro de entierros clandestinos.

“En total gastamos unos 10,000 pesos (500 dólares semanales) entre personal, agua, algo de comida, bloqueador (la temperatura en Veracruz rebasa los 40 grados) y, cuando hay complicaciones, como el otro día que se enfermó un cavador, no hay dinero que alcance”.

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