Amaron a Santana

El célebre músico criado en la Misión, Carlos Santana, llegó a su antigua preparatoria para donar conciencia

SAN FRANCISCO.- Está ahí parado a menos de diez metros. Pero parece tan inaccesible, el legendario guitarrista Carlos Santana, quien regresó un día lunes a su antigua preparatoria de la Misión.

Dos hombres custodian las puertas de la biblioteca ubicada en el cuarto piso de Mission High School, donde el músico responde a las grabadoras y video cámaras de los medios. Se le puede ver a través de dos minúsculas ventanas, vestido todo de blanco, como un ángel o un santo al cual todos quieren tocar.

Constantemente, los guardias -que al parecer conocen por nombre a la muchachada, clásicos transeúntes cotidianos de los pasillos preparatorianos- exigen a los chavos curiosos que regresen a sus clases. Pocos obedecen. Se acercan a las ventanitas. Toman fotos con sus teléfonos celulares. Exigen entrar. No pueden. Van. Regresan.

Uno trae la playera que dice “Santana”, se dice un fan, por influencia de su padre. Una más trae una guitarra Fender en rojo y blanco que demanda tener el sello inmaculado del autógrafo. No lo obtiene, aunque asegura saber tocar el “Oye, como va”.

Las chicas son las que menos se desaniman. Parecen groupies ansiosas por ver a Justin Bieber… al final de cuentas, Santana es una leyenda viviente que incluso tiene un museo con algunos de sus artículos ahí mismo en la escuela. Hay al menos cinco insistentes ante la puerta. Prueban de todo: sonríen, coquetean, chillan ante los guardias. Nada funciona.

Una más toma un marcador y rayonea sobre el pintarrón: “We [corazón] Carlos Santana”.

Al fin permiten el ingreso al reportero, y ahora las muchachitas proponen cargar la cámara.

En uno de los salones están sentados frente a las cámaras: el actor Edward James Olmos, Cindy Blackman Santana, y por supuesto, el guitarrista oriundo de Autlán, Jalisco, Carlos Santana. Son entrevistados por cuatro chicas representantes de la diversidad escolar: hay dos hispanas, una afroamericana y otra anglosajona.

Santana habla sobre educación y guerra. Sugiere a los adolescentes crear una campaña para jalar la atención de los grandes medios, dice: “Si el departamento de arte crea un banner que diga: ‘Inviertan más en educación que en el Pentágono’, porque en el Pentágono es todo sobre el miedo, defender, proteger y atacar, y ellos reciben un cheque en blanco, y a mí me duele que sigan cerrando escuelas en California y estén encarcelando a más gente. Así, ustedes serán la noticia”.Más: ElMensajero.com

Recordó el movimiento que surgió en los setenta en el Área de la Bahía y que consideró tuvo influencia en Sudáfrica y en el movimiento de Nelson Mandela, con la lucha de los Black Panthers y los hippies, que era, dijo, la revolución de la conciencia.

El Pentágono, dijo, “tienen más de lo que necesitan”, por lo que alentó al gobierno del “hermano” Barack Obama a que “invierta más en el futuro de los chicos que en la muerte”

Una de las conductoras del canal de televisión de Mission High, MyTV, le pregunta al músico cómo era vivir en la Misión cuando él era más joven.

-¿Cómo era crecer en la misión?

-Era diferente, la comunidad era más cercana de lo que veo hoy, no era tan violenta en la noche, después se puso de miedo para niños y mujeres en algunas zonas de la Misión. Cuando yo era joven la gente estaba más dispuesta a cuidarse unos a otros que en pelear unos con otros.

Edward James Olmos, actor chicano ganador del Oscar en 1988, habló para un canal de televisión en español.

“Lo que estamos diciendo es que el futuro está en las manos de ellos [los jóvenes]. Ellos tienen que tomar responsabilidad y avanzar en el alcance de la mente”, dijo.

Una última sugerencia que hizo el actor fue: “Disciplina es hacer lo que le encanta hacer cuando no lo quiere hacer, eso es lo más importante del mundo”.

Carlos Santana donó durante su visita 30 guitarras a los miembros del departamento de música de la escuela.

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