Carrera sobre la miseria

La aventura de F1 en la India deja una pista construida a costa de la pobreza

NUEVA DELHI, India (EFE).- La India ha dicho adiós a su primer Gran Premio de la Fórmula Uno, un ambicioso proyecto que no ha dejado indiferente a nadie tras una semana con mucho color, un perro callejero en pista y el siempre histriónico Mr. Bean en los “boxes”.

El circo de Bernie Ecclestone debutaba en el gigante asiático con muchas dudas en el horizonte sobre la capacidad del país para organizar un acontecimiento de envergadura después del sonado fracaso con los Juegos de la Commonwealth que tuvieron lugar en Delhi en 2010.

Se estrenaba entre críticas por el alto costo -unos 400 millones de dólares- de traer un espectáculo muy elitista, con entradas de hasta 300 dólares, a un país emergente con grandes desigualdades sociales en el que no existe ninguna tradición de la Fórmula Uno.

A las quejas se unieron campesinos locales que denunciaron haber recibido por sus tierras mucho menos del valor real de mercado para construir el circuito de Buddh, situado en medio de la nada, cerca de la ciudad dormitorio de Noida y a 50 kilómetros de Delhi.

Pero, en medio de la polémica, los corredores manifestaron curiosidad por la diversidad cultural india.

Las dudas se dispararon, eso sí, cuando los pilotos se encontraron en los primeros días una pista llena de suciedad -“como conducir sobre hielo”, dijo Fernando Alonso-, y los periodistas se encontraron con una sala de prensa con cortes de luz y un murciélago en su interior.

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