Esperando al médico

Una de las frases repetidas en la mitología política es que Estados Unidos tiene el mejor sistema médico del mundo. Este es un argumento que reconoce el avance indiscutible de la ciencia, sin embargo ignora que de poco vale sino existe el acceso de los pacientes a la misma. Es difícil creer en la bonanza del sistema cuando miles de personas pasan una noche en la calle haciendo fila para tener la oportunidad de ser atendidos por médicos especialistas como un dentista, un cardiólogo o un podólogo entre otros. La imagen de la gente esperando a la intemperie para recibir un cinta de plástico para ser atendida por la organización sin fines de Los Ángeles, CareNow, no corresponde a una país rico como el nuestro.

La mayoría de los que esperaban afuera del Sports Arena de Los Ángeles no eran indigentes, ni desamparados, sino gente que ha perdido su empleo y personas que no pueden pagar una dentista o una consulta médica.

Ante este panorama cada vez más común en Estados Unidos, es indignante ver los intentos para eliminar la reforma médica del presidente Obama, cuya meta es una cobertura prácticamente universal.

Desde los aspirantes presidenciales republicanos hasta la Cámara Baja se ha impuesto la meta de eliminar el mal llamado “Obamacare”. Los legisladores republicanos hacen todo lo posible para detener la entrada en vigencia de distintos aspectos de la reforma médica quitándole fondos a cada paso.

La reforma médica del 2010 está muy lejos de ser perfecta y a lo largo de su implementación irá cambiando. Sin embargo, su intención es la correcta, dejar en el pasado la escena de cerca de 5,000 personas haciendo fila en la noche para recibir atención médica que necesitan y no pueden pagar.

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