Éxodo de industrias golpea barrios latinos

A lo largo de 15 años se ha registrado una dramática mudanza de empresas

La última pared de un centro de distribución de la lechería Swiss en Lincoln Heights fue tirada por dos excavadoras a finales de septiembre, como parte del proyecto de ampliación de un parque público. Así se despidió otra fuente de empleos en el noreste de Los Ángeles, donde, a lo largo de 15 años, se ha registrado un dramático éxodo de industrias.

Después de varios años de operar en un predio adyacente al Río Los Ángeles, la filial de la compañía Dean Foods (propietaria de Alta Dena, Borden y Oak Farms) decidió no renovar su contrato de arrendamiento y mudarse a la ciudad Commerce. Otras firmas han partido a sitios más lejanos.

“Ensambladoras de electrónicos, panaderías y plantas de manufactura se han ido a otros lugares, como Riverside y San Bernardino”, reconoce el concejal Ed Reyes, representante del Distrito 1, una de las jurisdicciones con menos ofertas de trabajo en toda la ciudad. “Ahora la gente tiene que manejar más lejos para ir a trabajar”, comentó a La Opinión.

Un estudio de la Cámara de Comercio de Los Ángeles concluye que la cantidad de empleos en esa zona, habitada mayormente por latinos, ha descendido en los últimos cinco años. Alrededor de 8,000 puestos de trabajo desaparecieron desde 2006, provocando un descalabro en los ingresos de sus residentes.

La diferencia salarial entre el Distrito 1 y el resto del municipio subió de $9,900 en 2009 a $14,000 el año pasado; mientras que la pérdida de empleos subió de 2.2% a 2.8% en ese mismo período.

“Si uno recorre el área nota que hay menos industrias”, comentó Hugo Pacheco, un activista y agente de bienes raíces. “La compañía Carnation, que estaba cerca de Chinatown, se fue; también una empresa grande que lavaba uniformes en Lincoln Heights”, indicó.

Algunos de los vecindarios donde han sentido la ausencia de negocios son Glassell Park, Cypress Park, Highland Park, Echo Park, Westlake, Angelino Heights, Chinatown, Lincoln Heights, Pico Union y MacArthur Park.

En la gran mayoría de los 15 distritos del municipio, sin embargo, ha ocurrido lo contrario. Un caso excepcional es la zona oeste del Sur de Los Ángeles (el Distrito 8), donde se observó un aumento importante de empleos, precisamente por la llegada de empresas y comercios antes, durante y después de la crisis. En 2010 tuvo un crecimiento del 9.1% en la generación de trabajos.

La clase empresarial reclama que los descalabros financieros obedecen a la falta de incentivos fiscales. Los Ángeles, de hecho, tiene el impuesto a los negocios más alto de todo el condado y uno de los más elevados del país. Una propuesta que ha ganado simpatía en el ayuntamiento es la eliminación de los ingresos fiscales brutos, una medida que intenta estimular la actividad económica.

Un reporte de la Escuela de Negocios Marshall de la Universidad del Sur de California expone que esta metrópoli podría crear 130,583 nuevos empleos si elimina el impuesto.

“La creación de empleos debe ser la prioridad en esta ciudad”, subraya Gary Toebben, presidente de la Cámara de Comercio de Los Ángeles, entidad que también recomienda al municipio apoyar la modernización del aeropuerto de Los Ángeles (LAX), echar mano de las sociedades público-privadas, elevar la competitividad del puerto de San Pedro.

Pacheco reclama, en cambio, que el ayuntamiento está dando prioridad a las compañías interesadas en establecerse en la ciudad. “¿Dónde están los incentivos para que se queden las que ya están aquí?”, expresó. “Los negocios nuevos no pagan impuestos por tres años, pero nosotros sí tenemos que pagar”, añadió.

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